lunes, 15 de abril de 2019

GRACIAS, POR FAVOR, PERMISO

Tres palabras que resumen lo que debe ser nuestra vida diaria. Sin embargo “Gracias, Por Favor y Permiso” son palabras que cada vez han perdido presencia en nuestro hablar cotidiano
.
Ello sin duda conlleva una sociedad menos respetuosa de los derechos de los demás y también donde la gratitud es una cualidad menos presente, lamentablemente.
Gran parte de esto sin duda alguna no solo es producto de una enseñanza en valores en casa sino también en el colegio. Un ejemplo de ello es la ausencia de un curso de Educación Cívica como había antes.
Ello se refleja a diario en el bus, en el supermercado o en la misma calle. Ceder el asiento es una gentileza ante un discapacitado, una madre gestante o una persona de la tercera edad; pero ello debe ir acompañado de “un gracias”. Llegar a una edad o merecer un favor no da patente de corso para obviar “un por favor o un permiso”.

Desgraciadamente la sociedad ha perdido valores y “hacemos todo lo posible” para no recuperarlos. Algunos piden “tolerancia” para que la sociedad “los acepte” pero le importa un pepino ofender al pudor de niños menores e incluso de personas adultas que se molestan ante espectáculos aberrantes.
Hay pequeños detalles cómo el joven que pone los pies en un respaldar de un bus o faltas como el joven que camina fumando marihuana en plena vía público. Ni uno ni otro es censurado y menos castigado; pese que está demostrado que los grandes delitos están precedidos justamente por faltas o delitos menores. Por supuesto que la Policía muchas veces tampoco hace su parte en defensa de la Sociedad.

Qué decir del respeto a los demás guardando el orden de las colas para subir al Metropolitano o pequeños hurtos en tiendas o supermercados. Empecemos por ahí. Mañana será tarde.
Finalmente, aprendamos a ser agradecidos y a disculparnos con el prójimo cuando nos equivocamos o cometemos un desatino con ellos. Muchas veces “un disculpa” es un gran bálsamo que cura heridas profundas.


Aprendamos a tener siempre a flor de boca estas tres palabras. Cuánto dolor y amarguras se habrían ahorrado si las hubiéramos dicho a tiempo.

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