Ayer lamentábamos que la muerte
hubiera ganado y no sabíamos hasta cuándo.
Hoy el Cardenal Juan Luis Cipriani en un Responso ante los restos del
Presidente Alan García ha hecho un llamado al país para que cese el odio y la persecución.
Gran y acertado llamado en medio
de una vorágine que ha llenado de odio y mentiras al Perú haciendo difícil la
convivencia pacífica. De pronto los adversarios políticos se han convertido en acérrimos enemigos enturbiando no solo la vida política. Es la herencia malsana supérstite de los años
del terrorismo; cuando miles de peruanos murieron a manos de esas bandas
comunistas.
Estamos próximos a celebrar los
22 años de la retoma de la casa del embajador japonés en el Per{u y muchos
jóvenes ignoran esta gesta que permitió derrotar la extorsión emerretista que
puso en peligro de vida de decenas de personas y de todo lo avanzado en el
Perú. Sin embargo voces interesadas, las mismas que hoy han contribuido a
esparcir odio en nuestra Patria, han construido una “verdad mentirosa” y ésta ha sido enseñada a nuestros jóvenes
“gracias” a textos perversos que ensalzan al terrorismo y a una agenda
aberrante que busca pervertir nuestra Patria.
Aquí hay una gran culpa de los
diversos gobiernos que han permitido esto en los últimos ocho años no solo
desde el sector Educación sino desde todo el Estado con la anuencia y
complicidad de un sector del magisterio enquistado en gremios sindicales.
Todo esto debe parar. Ya se ha
aprobado que desde el Congreso se investigue las responsabilidades de quienes
han permitido que los textos de enseñanza sean vehículos de odio y perversión.
Esperemos que esta comisión trabaje rápida y eficientemente. Sin embargo eso no
es todo, la Agencia Peruana de Cooperación Internacional dependiente del
Ministerio de Relaciones Exteriores debe ser reestructurada y con ello permitir
que cumpla su tarea de supervisar el trabajo de un grupo de oenegés antiPatria.
Hoy Jueves Santo, pidamos a Nuestro señor Todopoderoso que su
sacrificio en la Cruz sea motivo para reflexionar sobre el futuro de nuestra
Patria y que nos colme de bendiciones a fin de que el Perú regrese a un clima
de paz y de prosperidad. Qué el odio y las mentiras cedan el paso a un Perú unido
y reconciliado entre todos aquellos que creemos en la Democracia. Ello no implica
dejar de luchar contra aquellos que buscan destruir al Perú. Ellos no tienen
cabida en nuestra Patria.
PS Reaparecemos este sábado 20 de abril
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