jueves, 18 de abril de 2019

BASTA DE ODIO Y PERSECUCION

Ayer lamentábamos que la muerte hubiera  ganado y no sabíamos hasta cuándo. Hoy el Cardenal Juan Luis  Cipriani en un Responso ante los restos del Presidente Alan García ha hecho un llamado al país para que cese el odio y la persecución.
Gran y acertado llamado en medio de una vorágine que ha llenado de odio y mentiras al Perú haciendo difícil la convivencia pacífica. De pronto los adversarios políticos se han convertido en  acérrimos enemigos enturbiando no solo  la vida política.  Es la herencia malsana supérstite de los años del terrorismo; cuando miles de peruanos murieron a manos de esas bandas comunistas.

Estamos próximos a celebrar los 22 años de la retoma de la casa del embajador japonés en el Per{u y muchos jóvenes ignoran esta gesta que permitió derrotar la extorsión emerretista que puso en peligro de vida de decenas de personas y de todo lo avanzado en el Perú. Sin embargo voces interesadas, las mismas que hoy han contribuido a esparcir odio en nuestra Patria, han construido una “verdad mentirosa” y ésta ha sido enseñada a nuestros jóvenes “gracias” a textos perversos que ensalzan al terrorismo y a una agenda aberrante que busca pervertir nuestra Patria.

Aquí hay una gran culpa de los diversos gobiernos que han permitido esto en los últimos ocho años no solo desde el sector Educación sino desde todo el Estado con la anuencia y complicidad de un sector del magisterio enquistado en gremios sindicales.

Todo esto debe parar. Ya se ha aprobado que desde el Congreso se investigue las responsabilidades de quienes han permitido que los textos de enseñanza sean vehículos de odio y perversión. Esperemos que esta comisión trabaje rápida y eficientemente. Sin embargo eso no es todo, la Agencia Peruana de Cooperación Internacional dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores debe ser reestructurada y con ello permitir que cumpla su tarea de supervisar el trabajo de un grupo de oenegés antiPatria.

Hoy Jueves Santo, pidamos a Nuestro señor Todopoderoso que su sacrificio en la Cruz sea motivo para reflexionar sobre el futuro de nuestra Patria y que nos colme de bendiciones a fin de que el Perú regrese a un clima de paz y de prosperidad. Qué el odio y las mentiras cedan el paso a un Perú unido y reconciliado entre todos aquellos que creemos en la Democracia. Ello no implica dejar de luchar contra aquellos que buscan destruir al Perú. Ellos no tienen cabida en nuestra Patria.


PS Reaparecemos este sábado 20 de abril

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