lunes, 22 de abril de 2019

LOS SECRETOS Y LAS TRAICIONES

“Un dolor entre dos es menos atroz” dice un dicho antiguo. Siempre necesitamos el brazo y consuelo amigo para pasar los sinsabores e infortunios de la vida.
Confiamos en nuestros amigos y en los que dicen serlo  y algunas veces somos traicionados.
Algunos dice que “si uno quiere que un secreto lo sea, que no lo cuente ni a la almohada”. Quizás sea un llamado pertinente pero no siempre lo es . Hay gente leal y amiga que no nos fallará nunca.
Lo cierto es que hay que saber escoger a nuestros amigos, algunos de esos que se llaman tal lo son por alguna conveniencia pasajera.

Las traiciones se pagan y quienes las cometen merecen nuestro desprecio.  Las perdonaremos a veces pero nunca olvidarlas. “ solo una vez capan al gato” dice un dicho.
Pero qué decir de las filtraciones de carpetas fiscales que deberían ser confidenciales y que aparecen en algunos medios “interesados” para sembrar mentiras y alimentar odios. ¿Qué hacemos con aquellos miserables que filtran fotos de difuntos y peor aún a ésos que las difunden?
Vivimos un país convulsionado, donde el respeto por la vida, por la verdad y por los derechos de los demás no vale nada.
¿Cuándo veremos verdaderas acciones fiscales que acusen a esos miserables y jueces que los sentencien en el marco de la ley y del respeto de los derechos conculcados?

Ya es hora de guardar secretos que nos confían, que seamos leales a los amigos y a la verdad. Basta de autoridades que promueven el odio y la mentira. Lo único que están haciendo es abonar un sendero por el que caminarán los que quieren cosechar la destrucción de nuestra sociedad; entre ellos, los promotores de la agenda aberrante (que dicen que no existe) pero que ya se demostró de qué se trata (la hipersexualización en la enseñanza de niños y jóvenes, por ejemplo).

Así como el accionar de los enemigos de la Fe, de la Vida, de la Familia y del Orden Natural no para; así tampoco debe parar la defensa de ello. No transigir con la mentira, el odio y las aberraciones. Basta de fomentar la destrucción de la sociedad promoviendo la promoción del consumo libre de drogas, tampoco el atentado contra el ser humano no nacido y menos ser cómplice de proyectos terroristas. Qué el Ministerio de Cultura no siga financiando y promoviendo “películas complacientes”; que el Ministerio de Educación y todo el Estado no promuevan Políticas Públicas aberrantes y que los altos dignatarios de nuestra Iglesia Católica no sean cómplices del mal con posturas laxas y cercanas.


Basta ya¡ 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario