sábado, 6 de abril de 2019

VAMOS AL DIRECTORIO¡

Vamos al Directorio¡¡ No era un aviso para discutir asuntos concernientes a una empresa ni menos para hablar de temas empresariales.
Fueron siete años de fiesta interminable donde gente de toda edad compartía música, buena onda y diversión.

Supe de El Directorio a través de un reportaje publicado en el diario El Comercio. Ese jueves quedé con un amigo en dar una vuelta “para sapear”. Al final mi amigo me aviso ya en camino que no iría. Igual fui; me senté en la barra; pedí una “chelita” y así nació una larga amistad con Gerardo y Pedro, los “responsables” de que por 7 años (2007-2014) El Directorio fuera parada obligatoria si ibas al Centro Histórico de Lima a pasar un buen rato, algo que confirmaron sendos reportajes en otros diarios como La República, Peru21 e incluso programas como el La Urraca que siempre se daba la vuelta para “verse con ganoza”.

Nadie ha replicado hasta ahora ese modelo de negocio donde se combinaba vasos de plásticos opacos, cervezas grandes, chilcanos azules y picantes (con rocoto), música ecléctica y súper buen ambiente.
El estilo de atención era resultado de la parquedad de Gerardo y Pedro, la desfachatez de Fer, la patería de César, el implacable estilo para cobrar del cajero Luis y la seguridad que brindaban Candela, el Chiqui y Jaen, así como la presencia del clon de Arnie Hussid y del gran Pepe Cortez.
Es de destacar el ojo (nisei) que tenían tanto Gerardo y Pedro para atender. Siempre atentos a pesar de los shots que se servían a lo largo de la noche. Siempre había una atención para los amigos y clientes. Luego de cuatro “verdecitas”, de ley había un par de 310 ml free.

El Directorio se caracterizaba porque siempre uno encontraría algo fuera de lo esperado. Música diferente, verse frente a frente con la Tigresa del Oriente o el AntiKaraoke, donde había gente que cantaba bien y de los otros. Una de las grandes sorpresas fue el baterista de Bjork que tocó en el 2008.
El Directorio supo bien lo que era “la oferta y demanda”. En hora punta, mucha gente llegó a pagar por entrar lo que no se pagaba ni en  Miraflores. Salir a divertirse y no conocer este “point” significaba que “no estabas en algo”.

Fuimos al Directorio con una batería (Annette, Pocho, Lalo, Peluca, Toronja, Vicky, Geraldine, Susanne y Jutta) por largo tiempo, después de un inicial prejuicio.. Gente de otros países iba y comprobaba que El Directorio podía fácilmente estar en el circuito mundial de la diversión sea en Tokio, Barcelona, NY o Berlin. Ahí era seguro que te encontraras con gente “brava” como Pelo Madueño, Olenka Zimmerman, Chaveta, Galleta, Raúl Echeandía, Pepe Reátegui y por cierto Don Tribi.

Desgraciadamente en el 2014, un “mala leche” hizo que El Directorio cerrara en el Centro y se mudara a Lince. Al poco tiempo, cerró sus puertas. Aún la gente se acuerda de este bar, que lo  hizo suyo casi como una fraternidad.


Para concluir, una jocosa anécdota. La citada amiga Jutta es una alemana que vivió un tiempo en Lima y hablaba muy bien el castellano; sin embargo, un día cometió una pequeña interferencia y  tuvo un error al decir ”..vamos al Dormitorio” en vez de decir “..vamos al Directorio”. Gajes de  hablar una lengua que no era su materna. A partir de aquel día, cuando queríamos planear una noche de diversión, el punto de encuentro no era El Directorio sino El Dormitorio, con todas las connotaciones que tenía decirlo.

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