En el 2011 un candidato liberal
postuló a la Presidencia llevando en su lista congresal a candidatos de un
variopinto y disímil espectro político. No ganó aquella vez pero sí lo haría 5
años después, no durando en cargo ni dos años.
El imaginario popular llamaría a
esa postulación como una “candidatura
sancochado”, otros dirían “un arroz
con mango”. Ambos conceptos tienen que ver con el uso de variados
ingredientes en el primer caso y en el segundo caso al uso de ingredientes que
hacen aparentemente incomible un plato elaborado con ellos.
En política creemos que sí se
debe hacer propuestas coherentes y principistas. Aquí no vale que en un grupo
alguien esté a favor del mercado, otros propugnen un estado empresario y otros
más una mezcla heterodoxa. Así mismo es inviable un proyecto donde algunos
defiendan la vida y la familia y otros fomenten una agenda aberrante. Ni más,
ni menos.
Sin embargo, no funciona así en
la gastronomía. Por muchos años, algunos se horrorizaban con el famoso plato
carretillero “Siete Colores” que incluye Ceviche, Papa a la Huancaína, Tallarín
Rojo, Chanfainita y otros más; años después el restaurante Aeropuerto hacía famosa a una herejía, el Tallarín en salsa Huancaína acompañado con una contundente porción de
Lomo Saltado.
Así es la cocina. Varía y gira
insospechadamente gracias al atrevimiento e ingenio de los chefs. Es por ello
que con mucha agudeza el analista político José
Cevasco se preguntaba si acaso los políticos deberían saber cocinar.
Comparto esa mirada pues como dijimos alguna vez, la cocina es el arte de la
mezclar ingredientes con generosidad, haciendo uso también de otras cualidades e
ingredientes más que permiten que un
plato salga perfecto a nuestros paladares; teniendo en cuenta el dicho
que “para gustos y colores, no han
escrito los autores”.
Y ya que hemos hablado del Sancochado qué mejor ocasión que este
domingo para hacer uno en casa con colaboración de todos los miembros del
hogar. No hay mejor manera de que la familia se una; primero en la cocina y
luego en el comedor.
Primero vayan al mercado y pidan
una generosa porción de pecho de res (1
kg) con el que harán un fondo al que desgrasarán luego que enfríe. Reserve
la carne cortada en porciones generosas.
Entre tanto, pelen y corten un par de zanahorias, un nabo, una buena
porción de zapallo, unas 4 papas blancas y un buen trozo de yuca (mejor si es
amarilla).
Si no han tenido tiempo, compre una buena porción de garbanzos cocidos,
corte un trozo de poro y de apio, pele una porción de habas verdes y corte en
mitades o tercios un par de choclos. Finalmente, corte media col mediana y cocínela aparte.
Una vez desgrasado nuestro caldo de punta de res, cocine en él las
verduras y tubérculos; retirándolos del fogón una vez estén ya cocidos. Agregue a la cocción sal, unas hojas de
Laurel, orégano y pimienta.
Finalmente cuele el caldo y sírvalo aparte de las verduras, tubérculos y la carne;
acompañándolos con un sabroso ají a la Huancaína y salsa criolla (cebolla con
limón, sal, un chorrito de aceite de Oliva y un ají Limo sin pepas ni venas
cortado pequeño).
Aquí me permito una sugerencia
(acorde con mi gusto). No ponga camotes
como ingrediente. Es algo que algunos usan pero no va definitivamente por
su dulzor (y menos aún si se trata de camote morado). Sin embargo, como ven es
cuestión de gustos. En mi caso no lo recomiendo.
Feliz Domingo y recuerden que
estamos en Cuaresma y no olviden de agradecer a Dios por todo lo recibido
incluyendo por supuesto este delicioso Sancochado.
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