La sociedad funciona en la medida
que sus componentes cumplan sus normas, sus deberes y respeten los derechos de
sus semejantes.
Recuerdo dos anécdotas que
ocurrieron cuando estuve en Alemania en los 90s. Una de ellas tiene que ver con
el cumplimiento de lo que nos comprometemos.
Una vez quedé con unos amigos en
visitarles. Fijamos fecha y hora y así debió haber sido; pero por iniciativa
mía cancelé dos veces con algunos días de anticipación esta cita (“Termin” en
alemán”). La tercera fue la vencida y si no hubiera sido así hubiera quedado
muy mal ante ellos. Una cita en Alemania (y en cualquier país que se precie
ordenado) se cumple. Se pacta muchas veces con bastantes días de anticipación y
sobre todo se cumple. No hacerlo es impensable pues ambas partes comprometen su tiempo y ello merece el
más estricto respeto. Es cierto que cierta flexibilidad debe existir ante
hechos realmente impredecibles e importes pero no se justifica si no cumplimos
por ir a otro compromiso o hacer cosas que se pudieron prever.
Otro hecho tiene que ver con
ciertas disposiciones de lo más simples.
Caminaba todos los días un trecho de aproximadamente 7 cuadras y para lo
cual cruzaba un óvalo por un pase peatonal subterráneo. Un día quise hacerlo
por la misma plaza. Las esquinas tenían unas cadenas que tan solo recordaban
que no era permitido pasar por ahí más solo disuasivamente pues si uno quería
podía cruzar la pista pero poniendo en peligro nuestra vida pues los autos
avanzaban a velocidad asumiendo que ningún tonto iba a cruzar. Al darme cuenta
de ello seguí mi camino hasta llegar a un crucero peatonal (a más de 5 cuadras
de donde estaba inicialmente). Camine por gusto casi un kilómetro pudiendo
haberlo hecho cruzando el paso peatonal (ni 60 metros). Esto que podría
ser solo anecdótico no lo es sino nos
enseña que el cumplimiento de las normas es eficiente también. Y así debería
serlo en toda circunstancia. Desde cosas pequeñas hasta el fiel cumplimiento de
la ley.
Las sociedades de países
desarrollados acuerdan una vida en común con respeto. Lamentablemente en Perú
habiendo este acuerdo tácito pero “en el papel” no se cumple y es una de las
razones de nuestro subdesarrollo. ¿Cuántos recursos escasos no se malgastarían
si las normas de convivencia (implícitas) y las leyes se cumplieran realmente.
Hagamos del Perú, un lugar donde
las normas se cumplan, donde respetemos a nuestro prójimo y defendamos Valores.
Foto: autopista.es
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