lunes, 29 de abril de 2019

EL PARAGUAS Y EL REPORTE DEL TIEMPO

Vuelvo a apelar a recuerdos de mi viaje a Alemania para graficar la importancia del buen funcionamiento de las instituciones en una sociedad, sean de importancia mayor o menor.

En las primeras semanas no sabía de la importancia que tienen los paraguas y la institución encargada de dar el reporte meteorológico hasta que un buen día me agarró una lluvia descomunal.  Esa misma tarde me compré un paraguas y a partir de ese momento lo llevaba conmigo a donde saliera.
Un buen día un compañero de estudios me preguntó por qué traía el paraguas conmigo y le contesté que para protegerme de la lluvia. Fue entonces que este amigo me preguntó si no escuchaba el reporte del tiempo antes de salir. Y era cierto, todos o la gran mayoría lo hacía y éste coincidía plenamente con la realidad. A diferencia del SENAHMI, no fallaba.

De igual forma, así como el reporte del tiempo, la justicia tampoco fallaba. Era totalmente predictible y justa. A nadie se le ocurriría imaginarse un “sistema de justicia” como la peruana y menos pensar que alguien puede ir a la cárcel “preventivamente” sin siquiera tener acusación fiscal.
Como dijimos la vez pasada, solo una sociedad desarrollada ofrece garantías sea para protegerse de la lluvia como de los infractores de la ley; así como brinda educación de calidad, acceso a un sistema de salud oportuna y eficiente hasta infraestructura que permita tener calidad de vida óptima.

Sin embargo valga la atingencia, en países como Alemania también hay problemas y prensa de dudosa calidad al punto que el diario más leído es Das Bild, un diario al estilo la prensa basura de aquí. En “todos lados se cuecen habas”. Sin embargo y a pesar de ello, Alemania camina.
Cuándo será que pesar de la prensa diaria que tenemos (con la excepción de Expreso) el país funcionara y no existiera el clima crispado por el odio y las mentiras. Miles de peruanos se paran en los kioskos y se “informan” (léase, envenenan) con titulares muchas veces engañosos llenos de sangre y escándalos. Desgraciadamente nuestra sociedad es reflejo de esos titulares que en vez de formar e informar, deforman y desinforman.

Es el colmo de ciertos periodistas pontifiquen sobre “la verdad y la moral” cuando en los mismos noticieros donde trabajan los titulares y noticias “principales” dan arcadas.

¿Alguna vez las empresas anunciadoras quitarán sus auspicios a programas basura o el Estado dejará de malgastar en publicidad innecesaria a la que muchos llaman con el apelativo de “mermelada”?


Ya es hora de “cambiar el chip” y transformar nuestra sociedad.

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