Para aquellos amantes del cine,
la genial película Cinema Paradiso es
una oda a esa afición y que trata de la vida de un joven y su paso de la niñez
a la adultez en medio de películas y de un cine de pueblo en Italia. Muchas
veces nuestra vida está relacionada con hechos, lugares y por qué no a películas y a cinemas, como
esa película se encargó de recordárnoslo. Y es por esto que haré un recuento de
los cines de Lima que fui en los años
70s hasta fines de los 80s y las
películas que vi en aquellos lugares.
En los años 70s Lima tenía cines
monumentales y los diferentes distritos tenían los llamados “cines de barrio”.
Recuerdo los avisos cinematográficos y las carteleras. Eran avisos en blanco y negro donde
anunciaban los clásicos westerns, las
primeras películas de Kung Fu con el épico Wan Yu y las italianas “aptas para
estrictamente mayores de 21 años” con Lando Buzanca o la película ícono,
Malizia así como las colosales producciones como Ben Hur, Lawrence de Arabia y
de personajes inolvidable como El
Padrino interpretado magistralmente por Marlon Brando.
Iba mínimo dos o tres veces a la
semana al cine con mi hermano Juan. Recorrimos
casi todos los cines de estreno y muchos de los llamados “de barrio”
cercanos a nuestra casa y aún muchos de otros distritos.
Cerca a nuestra casa en Pueblo
Libre estaban el cine Diamante donde
recuerdo haber ido a ver, entre otras,
“Tiburón”; el cine Idolo en Pueblo Libre; el Mariátegui donde fui a ver “La
Aventura del Poseidón”; el Opera,
un cine con pocas pretensiones, donde vi “Archivos
de Odessa”.
De los cines del Centro, recuerdo
el cine Venecia, a metros de la
Plaza Dos de Mayo, especializado en películas de Kung Fu; el Tauro, uno de los más lujosos; el Colmena y Le París, ambos en la avenida
La Colmena, en donde en el segundo de los mencionados recuerdo las películas de
Louis de Funes; los cines de la
Plaza San Martín, dos de ellos vetados cuando era menor de edad como el San Martín y el Colón y el Metro donde vi
“El Exorcista”. Un poco más allá de
la plaza, el colosal cine República,
uno de los cines más grandes de Lima.
En El Jirón de La Unión estaban
los primeros cines dobles Adan y Eva;
el Excelsior y su famoso balcón y el
exclusivo Bijou que estaba en un
sótano en una galería comercial.
Otros cines del Centro Histórico
que ya no existen eran el Central, el
Imperio, el Lido en Jirón Moquegua, el imponente Tacna donde vi “Patrullero
777” con el gran Cantinflas.
Ya fuera del radio del Centro
Histórico pero aún en Cercado y Breña;
el Ritz, el Roxy y el Capitol. En Santa Beatriz estaban los cines Petit Thouars, el Azul, el Roma donde vi
“Terremoto” con sensurround. En Lince
recuerdo a tres cines, Independencia,
Western y el Ollanta. En La Victoria,
el México y el Odeón casi al final
de Manco Cápac y en el Rímac fui al Francisco Pizarro.
En San Isidro, el Orrantia
donde vi por primera vez “Woodstock”;
el San Isidro, el aledaño Alhambra en Lince y los modernísimos
“para la época” Real 1 y Real 2 en Camino Real. En Miraflores,
el famoso Pacífico y los ochenteros Romeo y Julieta. Por Barranco, el Premier en la esquina de Grau con Piérola y también
el Monarca en el barrio de San José y el
Callao en el Callao.
De los llamados cines “de barrio” fui a muchos, entre ellos; el Bolívar cerca a lo que hoy es Mesa
Redonda y sus clásicas películas continuadas; el Omnia a metros del Parque Universitario; los victorianos Lux, Beverly y Olimpo; el cine Grau (que era de estreno pero no
parecía); el Alameda al final de la
avenida Grau; el Alfa en Rufino Torrico;
el Rívoli y sus películas para
“adultos”; el Astral frente al
diario Expreso en Jirón Ica en la llamada calle Orejuelas; al Florida en Pueblo Libre; el Brasil, Broadway y el Gardel en Magdalena; el Varela, Hollywood y Danubio en Breña ; el Colina en Miraflores; el Nacional y Palermo en Jesús María así como
el Balta en el óvalo del mismo nombre en
Barranco,.
Finalmente cómo no recordar a los
Cine Clubes con películas de años pasados y a mucho menor precio. Entre ellos
el Antonio Raimondi donde vi por
primera vez “Nos habíamos amado tanto”
del gran Scola; el Santa Elisa
de jirón Camaná donde vi “El Imperio de
los Sentidos” del gran Oshima, el Cinematógrafo de Barranco; el antiguo y nuevo
del Museo de Arte, en el antiguo donde vi inumerables películas francesas
de Gabin, Belmondo, Signoret, Ventura,
Delon y otros y en el nuevo local donde vi por primera vez “El bueno, el malo y el feo”; el de la Alianza Francesa de Garcilaso de la Vega;
el del Ministerio de Trabajo donde
vi una impactante película con Diane
Keaton y el Pardo Aliaga.
No he pretendido hacer una filmografía que vi desde adolescente ni
menos citar las mejores películas vistas hasta finales de los 80s sino solo mencionar
unas cuantas películas que recuerdo al momento de escribir estas líneas y los
inolvidables cines, muchos de los cuales que ya no existen.
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