miércoles, 19 de agosto de 2020

RESPONSABILIDAD Y EMPATIA


 Hemos escuchado muchas veces a los gobernantes soplarle la pluma de sus carencias e incapacidades a sus gobernados. Es la culpa de los "irresponsables" la cantidad de infectados y muertos, dicen con el aplauso de sus amigos, algunos de convicción y muchos interesados aficionados a las guaripolas.

Días atrás se anunciaron algunas restricciones que implican que volvamos a ser encerrados los días domingos. Quizás sean necesarias no porque con ellas mejoraremos la performance de los gobernantes sino que con ello disfrazarán de alguna forma los resultados desastrosos del gobierno.

Los peruanos estuvimos encerrados por más de cien días y no se lograron resultados positivos. Hasta ahora siguen mintiéndonos sobre el número de muertos, muchos de ellos por la incapacidad de los burócratas incapaces de comprar medicinas, oxígeno o camas UCI y no por irresponsables. Encierro sin contención con pruebas moleculares. Ya sabemos los resultados que se lograrán.

Sin embargo algo hay de cierto sobre la irresponsabilidad ciudadana a la hora de sacrificar algunas horas de deporte o diversión. Hemos visto cómo algunos corrían cuando estaba prohibido salir. La gran mayoría podría haber sido asintomático pero irresponsáblemente esparcía el virus y los contagiados morían incluso en sus casas, en la calle o en la puerta de un hospital.

Así como habían "runners", hubo también "fulbiteros, cheleros y divertidos" que no les importaba nada ni nadie ¿Producto de qué es esta conducta?

Hay mucho "alpinchista" o gente que no creen que vivimos una pandemía peligrosa y que no tiene cura aún. Vemos cómo algunos hinchas priorizan el festejo de un aniversario más del club de sus amores pero no son empáticos con el dolor y sufrimiento de millones de peruanos que hoy enfrentan la muerte de seres queridos y necesidades que no pueden ser cubiertas.

Cuando una sociedad no es empática está condenada a su desaparición, la que podría acelerarse por el fomento de agendas de muerte y aberraciones.¿Qué decir cuando la salud y vida está en manos de gente que no cree ni defiende la vida de los seres humanos no nacidos? ¿Por qué debemos creer que se puede luchar contra el hambre y miseria cuando algunos apuestan a que esto se profundice para tener el "caldo de cultivo" para reventar al Perú?

La responsabilidad no solo tiene que ver con la actitud de los gobernados sino también de los gobernantes quienes  no luchan de manera eficiente contra el tráfico de drogas porque algunos de ellos apuestan por su legalización o dicen combatir contra la corrupción mientras siguen contratando con empresas corruptas.

Es hora que no solo se hable de "esfuerzos sin resultados" ni confianza producto de "hoy una promesa, mañana una traición" como dice "Amores de estudiantes".Ojalá que se trabaje con eficiencia y honestidad.


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