Muchos limeños se movilizan no solo en los medios tradicionales como los buses, combis, Metropolitano o el Tren sino también con los llamados mototaxis, no de ahora sino por lo menos desde hace 30 años aproximadamente.
Asociados en diversas cooperativas y otras formas, ya están reconocidas por las autoridades municipales, algo que ha facilitado su formalización aunque aún falta mucho para que estos empresarios del transporte popular accedan a a un sistema pensionario y atención de salud.
Los mototaxistas iniciaron sus viajes en las zonas donde no llegaban el transporte público, sobre todo en las zonas perifericas de Lima. Hoy podemos verlas en distritos de Lima Centro como Magdalena o San Miguel acercando a los limeños a sus viviendas y a otros destinos. Cabe mencionar que los servicios son privados, de ahí su denominación (mototaxis). No son colectivos o sea las dos personas que comparten los asientos del mototaxi que tienen capacidad para dos adultos e incluso un niño adicional se conocen o son familiares. La gran mayoría de los formales tienen paraderos asignados por las Municipalidades como es el caso del paradero entre Jirón Grau y Avenida Brasil en Magdalena.
El mototaxi es un vehículo muy simple. Su estructura se monta sobre una motocicleta de tres ruedas. Inicialmente eran adaptaciones artesanales: hoy ya importantes empresas (como Honda y Bajaj) las fabrican lo que da mayor seguridad a los usuarios y por supuesto a quienes las manejan. Seguridad que se refuerza en los casos de los formales pues pasan por revisiones técnicas y tienen pólizas de seguro contra accidentes. Sus tarifas son mucho menores que las de un auto porque sus costos (el combustible principalmente) son menores.
Desgraciádamente algunos fascinerosos las usan para cometer actos delictivos lo que da mala imagen a los que las manejan, sin embargo son excepciones al igual que algunos que las manejan temerariámente. Sin embargo los buenos y esforzados conductores son la mayoría. Recuerdo mucho a uno que era el Presidente de una Asociación cuya ruta recorría la zona de Ceres, Tilda, Zavaleta (entre Pista Nueva, la línea de Tren, el Grifo Tokio y la pista auxiliar de la Carretera Central). No recuerdo su nombre pero sí que era una buena persona. Trabajador y responsable. El a su vez tenía un punto de venta de Caldo de Gallina en la esquina de Pista Nueva con la Carretera Central, donde comía de cuando en vez cuando regresaba tarde a casa. Muchas veces pagaba por un pack, vale decir un Caldo y el viaje a donde vivía (Zavaleta).
La crisis sanitaria ha afectado a los mototaxistas como a muchos. Esperemos que las autoridades municipales y los Ministerios de Transporte y Trabajo hagan algo para apoyar a estos esforzados trabajadores que han sabido adaptarse a los protocolos de cuidado contra el covid.
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