El Perú se encuentra embarrado por las miasmas de la corrupción y a punto de ser un país inviable por la incapacidad de quienes dicen "gobernar" y hay gente que aplaude creando las condiciones para una explosión social.
¿A quiénes les conviene ello? A los promotores del comunismo que hablan de lo mal que les va a los pobres pero comen en restaurantes cinco tenedores y saquean el erario nacional.
No hace mucho el premier Torres, "un hombre atinado y responsable", dijo con cierta razón, "qué tanto hablan quienes no han podido solucionar problemas en tantas décadas si se dicen tan capaces". Capaces lo son o lo fueron pero eso no era suficiente. Además de capacitados se requería que fueran honestos y patriotas. Muchos no lo fueron por eso hubo Lava Jato y tantas raterías. Hace tiempo que, como decía González Prada, en el Perú brota la pus sin mayor esfuerzo.
Sin embargo y a pesar de todo el Perú resucitó en 1990 y avanzó hasta un punto en el que ya hablábamos de ser pronto "un país desarrollado" y por cierto habíamos obtenido el Grado de Inversión. Pero el 2011 llegamos al punto de inflexión y con pocas excepciones empezamos el camino de retorno. Detrás de ello estuvieron (hasta hoy) aquellos que nunca ganaron unas elecciones pero desde el 2000 están aupados al poder de turno. Claro, me refiero al caviaraje.
Hoy "nos gobiernan" no solo corruptos sino incapaces. Cualquiera puede ser ministro, congresista o alto funcionario. A diario nos enteramos de flagrantes casos de nepotismo y raterías pero como alguien dijo -no sé si en serio- "ahora les toca". Ya otros robaron y vivían en barrios residenciales; ahora les toca a quienes vivían en los suburbios y ahora compran departamentos en zonas residenciales sabe Dios con qué recursos.
Ni los corruptos de "otros" ni los presuntamente "nuestros".
El Perú necesita una fumigación y resurgir moralmente. Ahora debe tocarle a gente capaz, honesta y patriota.
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