Un abogado en busca de notoriedad esbozó una explicación sobre su estrategia de defensa basada en "el arte del engaño", o sea amagar hacer algo y terminar haciendo lo contrario. Ello es válido; lo hacen los jugadores de póker cuando "blufean" y lo hacían los ninjas quienes a diferencia de los samuráis utilizaban diferentes estratagemas contrarias al Código Bushido.
Sin embargo una cosa es simular algo para lograr resultados lícitos y otras para estafar o causar daños que van contra la moral. ¿ Engaño o estafa? se preguntan millones de crédulos que votaron por el comunista Castillo, quien ofreció que "no habría más pobres en un país rico" y los únicos que han salido de la pobreza son él, su familia y sus allegados mediante el presunto saqueo de las arcas fiscales, como mostrarían las acusaciones fiscales.
Van 16 meses de desgobierno y no hay una obra que resaltar. Cada día surge un caso de nepotismo, de raterías y de mal uso de los recursos públicos; todo ello gracias al arte de "estafar" las esperanzas del pueblo al que tanto apelan.
Y qué decir de las maniobras que buscan desviar la atención de la ciudadania apelando a mamarrachos "cojurídicos" como el que planteaban pedir "cuestión de confianza". Hay que ser caraduras para a estas alturas "pedir confianza " en medio del descalabro social, económico, político y moral como consecuencia del desgobierno. La incapacidad es tan flagrante que no han podido comprar aún úrea para los agricultores.
El Congreso se puso los pantalones y mandó al traste la intención comunista de querer promover una acción anticonstitucional.
Por cierto no están solos en medio de esa "estrategia del engaño". Hay cómplices y tontos útiles que patrocinan la venida de una "misión" de la OEA para verificar in situ si hay "un golpe de estado en ciernes". Cuando vengan lo que constatará la catadura moral de este desgobierno y por cierto del intento de cierre del Congreso al estilo del genocida Vizcarra, los ataques a la prensa libre y las maniobras para acallar a la oposición como bien se pudo constatar en la feroz represión policial del pasado 5 de noviembre a manos de un cuerpo policial cuasi castrochavista.
Ni qué decir de esos "empresarios" mercantilistas o aquellos que lindan con la estupidez de "confiar en un comunista".
Ayer el Congreso "se amarró los pantalones" y puso coto a las maniobras del comunista Castillo. Esperamos que de una vez por todas ponga fin a este nefasto desgobierno con las armas que da la Constitución.
#FueraCastilloBoluarte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario