Tras el fracaso de la clase política en los años 80s surgieron como alternativa los llamados "independientes" que provenían en muchos casos de los propios partidos a los que criticaban.
Muchos de los dirigentes de larga data desaparecieron tras las constantes críticas contra "los partidos tradicionales", algunos de los cuales resurgieron (e incluso gobernaron gracias al voto popular como el APRA o en forma transitoria como lo fue con Acción Popular).
Sin embargo pese a todo ciertos liderazgos tanto de opinión como expresados en las urnas se mantuvieron por un buen tiempo. Mulder y Del Castillo en el APRA; Lourdes Flores en el PPC; Martha Chávez, Luz Salgado, Cecilia Chacón y Absalón Vásquez en el fujimorismo; Vitocho García Balaúnde en Acción Popular; Pepe Barba y Rafael Rey entre otros. Algunos dejaron de competir electoralmente y otros fueron bloqueados por una absurda prohibición para tentar la reelección, entendiéndose ésta como una posibilidad que debía ser validada por los electores y no una imposición.
El pretexto de ello fue que la representación política debía renovarse con jóvenes y nuevas caras. ¿Pero qué trajo todo esto, salvo honrosas excepciones? Nada bueno. Aventureros amparados en el voto preferencial y gente sin ninguna preparación ni representación.
La reforma electoral impulsada por el genocida Vizcarra tuvo por objetivo terminar de destruir partidos históricos que hoy intentan resurgir. En su "reemplazo" aparecieron franquicias y vientres de alquiler electorales que anidan a topos y tránsfugas que sin juramentar como congresistas ya habían abandonado al partido por el cual fueron electos (Valer en este Congreso).
Lo que tanto se criticó en el 2000, hoy se ha reproducido sin pudor ni vergüenza bajo la forma de los llamados "niños" aunque más de uno hace rato que "dobló la esquina". Son ellos los causantes del rechazo de la población hacia una Institución como el Congreso y no unos cuantos que si dan lustre al cargo de congresistas.
¿Qué hacer para remontar esto? Tarea ardua y compleja. No es solo cuestión de hombres sino de procedimientos y un reglamento anquilosado. Por un buen tiempo el hoy Oficial Mayor José Cevasco planteó una serie de modificaciones y alternativas; agenda que "duerme el sueño de los justos" ya que esto depende del propio Congreso, vale decir de los congresistas.
Pero si hablamos de representación política, ello no debe limitarse solo al Congreso y quienes ocupan una curul. Si así fuera, ni Haya de la Torre ni Bedoya Reyes hubieran tenido la trascendencia que tuvieron. Ambos solo ocuparon una vez un cargo congresal de eleccion popular cuando fueron constituyentes en 1978-1979.
Hoy se requiere partidos políticos "de verdad", dirigentes honestos, representativos, formados y capacitados en el arte de la Política. No es cuestión solo de juventud. El mensaje "los viejos a la tumba, los jóvenes al poder" no tiene vigencia porque los propios jóvenes no les interesa participar, mucho nihilismo, egoísmo y "alpinchismo". Sino, ¿dónde están aquellos que se decían parte de esa farsa que denominaron "generación del Bicentenario" y que hoy no luchan por recobrar la esperanza de un Perú mejor?
Mucho se habla que se necesitan nuevos liderazgos y lo que aparece como tal son oportunistas o gente que se voltea "como una media" y ni bien dejan de estar en un partido se pasan a otro donde podrían tener mejor opción.
Hoy se requiere gente que esté dispuesta a ir al frente incluso sacrificando muchas cosas personales. Como diría Haya de la Torre, hoy se necesita ejercer "decencia y docencia".
¿Hay gente dispuesta a ello? Creo que sí. No somos una Sociedad "perdida ni fallida", pero estamos en peligro de serlo.
Estamos a tiempo de expulsar de la vida política a incapaces, corruptos y a los que "roban pero hacen obra".
Ahora o nunca¡
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