martes, 29 de noviembre de 2022

NO CAIGAMOS EN EL JUEGO

 


Las redes sociales son un hervidero en donde algunos tienen algo qué decir con argumentos y otros haciendo eco de rumores y de los llamados "fake news". Pese a esto, muchos creen a pies juntillas todo lo que se dice ahí.

Algunos respetables analistas hablan de un golpe "ya consumado" e incluso ya dan por "muerta" a la Democracia en nuestro país. Es cierto e innegable- que el comunista Castillo está empeñado en cerrar el Congreso de manera ilegal e incluso el ex Premier ya dijo que "no le importa" la opinión del Tribunal Constitucional; pero nada está dicho y menos concluido o por concluir inexoráblemente. 

El acto ilegal de Castillo y su gabinete (de suponer que no se le hadado "la confianza" requerida) ha convalidado un despropósito constituyendo a entender de especialistas una Infracción Constitucional, la cual debe ser asumida  en sus alcances legales incluso por la misma Dina Boluarte pese a que no firmó el acuerdo de Consejo de Ministros pero tampoco renunció al cargo de ministra. 

Lo que está ocurriendo hoy en el Perú es el intento de una presunta organización de encubrir sus fechorías y no una confrontación política. Para ello lo que buscan es combatir a quienes levantan la voz contra la corrupción  y no dudarán incluso en recurrir a la violencia a través de lumpen, grupos radicales y gente que alquila su voz a cambio de una "Carapulcra sin presa".

Hoy la salida la tiene no solo el Congreso que ya debería vacar o suspender a Castillo y a Boluarte  sino la ciudadanía movilizada, los gremios empresariales, las universidades e incluso las Instituciones Tutelares. No está en juego el futuro de 130 congresistas sino de la Democracia.

Los demócratas no debemos hacer el juego a quienes intencionalmente o sin querer siembran las calles de dudas y miedos. En el Perú no se ha producido un golpe de estado, el comunismo lo quiere pero no puede pues no tiene el apoyo necesario

Lo que sí queda claro es que a Castillo y a su gavilla le quedan dos caminos: la fuga o la cárcel; al Perú sólo uno: hacer justicia. Basta de impunidad. Con los corruptos no se dialoga menos se negocia. A los corruptos hay que combatirlos y llevarlos a la cárcel, tal como dice el analista Juan Carlos Eguren.

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