La historia y sus personajes si no son rescatados corren el peligro de ser olvidados y peor aún, ser recordados como algunos quisieran que hayan sido. Ejemplos hay de sobra como la “historia” contada por una comisión que destilaba odio y mentira.
En este caso esperemos que esta semblanza de un grande del fútbol peruano sirva para que las generaciones que lo vieron jugar o entrenar lo recuerden o las nueva generaciones sepan quién fue MARIO “LA FOCA” GONZALES BENITES, un grande que paseó su calidad por diversas canchas peruanas y del exterior tanto como jugador como entrenador. Fue por ello que nos reunimos con La Foca el pasado viernes 4 del presente y de una larga conversación surgieron los recuerdos que a continuación escribimos.
“La Foca” nación un 19 de enero de 1936, año que un grupo de grandes jugadores dieron capote en las Olimpiadas de Berlín. Nació y vivió sus primeros 4 años en la Calle Mono Pinta (Jirón Caiiloma con Jirón Quilca) hasta que el terremoto que asoló Lima en 1940 hizo que se tuviera que mudar con su familia al Barrio Obrero de Caquetá.
La historia dice que Mario Gonzales debutó a los 11 años acompañando al equipo juvenil de Alianza Lima (donde destacaban Sono, Monteverde y otros) a una gira en Trujillo, donde jugó contra el Unión Laredo y el Sanjuanista. Mario nos cuenta que se escapó de su casa y ya en el camerín el 28 de julio de 1946 se impuso a base de llantos y reclamos para salir al campo uniformado. La Foca fue la atracción al presentarse en el campo dominando la redonda ante la aclamación del público, quien lo reclamo a finales del segundo tiempo para que entrara. El DT del entonces equipo juvenil, Rafael Castillo (el padre del Cholo) hizo caso a la tribuna y La Foca jugó los últimos 10 minutos. Al día siguiente volvió a jugar medio tiempo y el 30 de julio jugó los 60 minutos, los que duraba un partido de juveniles.
La Foca se había robado el corazón de los trujillanos como cuando hizo grandes campañas en los 70s con el Carlos A. Manucci.
Gonzales hizo su carrera, ganando títulos entre 1947 y 1953, en menores con grandes como Huaqui Gómez Sánchez y su primo Víctor El Conejo Benítes así como con su gran amigo Ismael “Jalisco” Crespo, padre de Jorge “el Cholo” Crespo, uno de los grandes de las artes marciales peruanas. Gonzales fue seleccionado juvenil en 1953 representando al Perú en el Sudamericano de Venezuela.
Sin embargo cuando le tocó debutar no fue convocado por lo cual reclamó al dirigente Souza Ferreira recibiendo de él un desplante. Fue entonces que decidió marcharse y aterrizó en el eterno rival de Alianza, el Mariscal Sucre con quién debutó en Primera. No solo ganó sino el triunfo fue gracias a un gol suyo de cabeza y tapó la boca a una pléyade de grandes como Barbadillo, Valeriano, Huaqui, El Conejo Benítez y Félix Fuentes. Al final del partido La Foca fue a la concentración de los Dinamiteros en la avenida Manco Cápac y cuando ya estaba descansando fue “visitado” por la “artillería pesada” grone quien lo llevó a “debutar en otras canchas”. Sin embargo, como era menor edad solo brindó con Coca Cola.
Cuenta Gonzáles que esta situación fue especial pues no solo primero abandonó al Alianza sino luego le ganó al equipo del que era hincha. La Foca había sido hincha del Municipal siendo niño, al punto que encima de la blanca camisa con la que iba al colegio ponía una banda roja para simular una camiseta de La Academia. Sin embargo la tarde del 28 de julio de 1947, siendo un niño de 11 años, lo marcó al punto de olvidar su amor primerizo y se hizo hincha del Alianza.
Al concluir ese año, 1956, Gonzáles fue considerado “jugador revelación”. El año siguiente fue de su consolidación y también del nacimiento de la leyenda. El gran periodista Pocho Rospigliosi lo bautizó como “La Foca” por su gran parecido con el gran Dámaso Pérez Prado quien había llegado al Perú en ese tiempo. Pocho no solo lo bautizó sino lo promocionó entrevistándole en diversas locaciones. Había nacido La Foca.
En 1958 pasó al Deportivo Municipal, su primer amor, donde jugó hasta 1964 al lado de uno de los 3 Gatitos Tito Drago. En ese tiempo, 1960, fue parte del combinado Sport Boys y Deportivo Municipal que recorrió tres continentes jugando en América (Estados Unidos, México, Colombia y Ecuador), el Asia (Japón, China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Singapur) y Europa (Italia, Alemania). Cabe señalar que en 1964 jugó seis meses en Chile en el Cacique (Colo Colo).
En 1965 fichó por el Carlos Concha pero solo jugó 6 partidos pues un irresponsable “dirigente” no le pagó lo convenido como le pasó también al Tano Bártoli. Fue entonces que el propio Juan Aurich lo contrata como refuerzo para que juegue por el club norteño que llevaba el nombre del dirigente contra el Boca Juniors con Gatti en el arco. Una inoportuna renuncia del entrenador Pissani hizo que La Foca no solo jugara (e incluso hizo el gol del triunfo de tiro libre) sino que debutara como DT. En el Aurich de entonces jugaban Daniel Ruiz, Fernando Cárpena y el Muerto González. La Foca se quedó ese año en el Aurich jugando con el Perro Vílchez, Próspero Merino y otros.
En 1966 va por primera vez a Iquitos donde entrenaría al Sport Loreto donde saldría campeón en primera; con el 2 de Mayo en segunda y con el Politécnico Nacional del Oriente en tercera, donde dirigió a Valentín Zegarra, uno de sus mejores jugadores y quien se convirtió luego en su amigo hasta el día de hoy. En 1967 dirigió al Sport Loreto de Iquitos y en 1968 jugó en el Deportivo Municipal en Segunda y también fue, primero asistente, de Alejandro “El Cholo” Heredia y terminando siendo el DT principal. La Foca ese año llevó a Hugo Sotil al Municipal pues siendo DT del Galliard le propuso ir a jugar a La Academia. El primer contrato de Hugo Sotil fue por 100 mil soles. Había nacido otro crack del fútbol peruano. Municipal ese año campeona en Segunda y regresa tras un año a Primera División.
En 1969 estuvo por Iquitos donde campeona con el Aviación. En 1970 dirige al Carlos A. Manucci que contaba con jugadores como Moacir Pinto, Enrique Camacho, Cañamero Quispe y Víctor Corbacho.
Los éxitos no paraban de sonreírle a La Foca. En 1971 sube a Primera al SIMA del Callao y ese año un emisario del club paraguayo Nacional (Andrés Herrera) le propone ir a dirigir a este equipo
que luchaba por salvar la categoría. Su romance con el fútbol paraguayo empezó y duró 22 años con diversas interrupciones. Era el quinto entrenador de la temporada y “agarra un fierro caliente” y del brazo con el dirigente Sigfrido Majluf debutó en el Defensores del Chaco jugando contra el poderoso Olimpia. Cuenta La Foca que minutos antes de salir a la cancha sacó una imagen de San Martín de Porres y prendió unas velitas y posteriormente arengó a los jugadores entre los que estaban el arquero peruano Reynaldo Párraga y los paraguayos Sergio Gonzalez, Coco Fleitas, Virilo Campo, Carlos Torres, Luis Torres y Monito Gonzáles, varios de ellos juveniles aún. Ese día ganaron 1-0 y nació la “Leyenda Guaraní”. Tras ganar 7 partidos terminó tercero en la tabla.
Luego de esa gran campaña (1971-1972) siguieron otras con el Melgar (1973); con la selección juvenil del Perú con jugadores como Caíco Gonzáles Ganoza, el Chiquillo Duarte, el Cholo Aparicio, Balarezo, Jota Jota Oré, Roberto Mosquera y otros (1974); Barcelona de Ecuador (1974); con Cerro Porteño (Paraguay) y con el Deportivo Junín (1975); y con el León de Huánuco con jugadores como Francisco Narduzzi, Kerosene Rodríguez, Máximo Falla, Raúl Gorriti y Bernabé Navarro (1976).
En 1977 fue campeón del torneo Apertura con Alianza Lima pero en el Claúsura tras una mala racha que tuvo su punto más bajo con la goleada en contra con el Sporting Cristal (0-4), La Foca fue separado de la dirección técnica. La prensa y afición consideró injusta la salida de La Foca quien indignado lanzó “un maleficio” para que Alianza no campeonara. Sin embargo ante el pedido de la hinchada, Pocho Rospigliosi organizó la concurrencia a La Foca a Matute para que levantara la maldición. Ese año Alianza campeonó de la mano del uruguayo Hobberg.
En 1978 la gloria le volvió a dar la mano a La Foca al campeonar en la Copa Perú con La Palma de Huacho con Walter Minetto, William Huapaya, Enrique Bravo, Farromeque y otros.
La Foca siguió triunfando en Paraguay con el Nacional a quien ascendió en 1979. También dirigió a otros equipos paraguayos como Sol de América (1979-1980) con el que fue campeón en 1980, al Tembetary (1981), al Cerro Porteño (1983), con el River Plate (1985), al Olimpia (1990) con quien fue campeón juvenil y de reservas y con el Resistencia en la Segunda (1992).
También dirigió al Wilsterman de Cochabamba (1982) con el que campeona, al Portuguesa de Venezuela (1984) sacándole campeón, Saprisa de Costa Rica (1987) y en 1989 volvió a ascender a su querido Nacional. En el Perú dirigió dos años al Carlos A. Manucci (1985 y 1986); al Deportivo Junín (1988); al Destroyer de Santa Cruz (1991); la selección juvenil de Paraguay (1991) y el Unión Minas (1993).
En 1995 volvió a Paraguay a dirigir al Nacional; al Sportivo Limpeño (1998 y 1999) y el 2000 salvó al Nacional de ir a la Tercera y dirige al Tembetarig en el 2002.
Al final de su carrera, La Foca se abocó a sacar nuevos valores femeninos y del fútbol escolar (fue campeón del ADECORE con el Almirante Guise). Oficialmente su último equipo fue el Cultural Casma de Huarmey en el 2004.
Con una vida dedicada al fútbol, hoy Paraguay aún recuerda a Mario La Foca González quien fue invitado y homenajeado el pasado año en su segunda patria. Ojalá que el Municipal y el Alianza Lima le hicieran un homenaje en vida.
Resumiendo, La Foca fue campeón en el Perú en un torneo Apertura de Primera División (Alianza Lima, 1977); en Segunda División (Deportivo Municipal en 1968 y SIMA en 1971), en la Copa Perú (La Palma de Huacho en 1978); en ligas amateur de Iquitos donde saldría campeón en primera con el Sport Loreto y el Aviación; con el 2 de Mayo en segunda y con el Politécnico Nacional del Oriente en tercera y en el exterior; con el Nacional de Paraguay a quien ascendió a Primera en 1979 y en 1989, con Sol de América con el que fue campeón (1980), con el Olimpia (1990) fue campeón juvenil y de reservas; con el Wilsterman de Cochabamba (1982) y con el Portuguesa de Venezuela (1984).
Una Foca Gigante recorre aún, gracias a Dios, el Centro de Lima. Salve Foca¡¡
PS Debido a una observación, he corregido respecto a que La Foca solo habría jugado con Tito Drago. Sin embargo consigné a Los Tres Gatitos por indicación del propio Foca. Consultando con diversas fuentes, habría habido un error de parte de nuestro querido Foca.
También dirigió a la selección de concepción de Paraguay conocida como la V AZULADA
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