lunes, 2 de noviembre de 2020

DISIDENCIAS Y TRANSFUGUISMO



Días atrás leímos  un interesante y conceptual artículo de Antero Flores Aráoz en el portal LaAbeja.pe sobre el panorama desolador de la política partidaria en el Perú.

Como bien dice siempre ha habido rupturas productos de cambios en los partidos o en sus militantes. Lo que hoy distingue la situación es la falta de justificaciones y los volteretazos sin mayor rubor.

Si me remontó al siglo pasado un caso icónico fue el de Eudocio Ravines, quien de comunista pasó a ser un furibundo anticomunista. Los conocía muy bien.

El APRA sufriría su primer cisma como resultado de una serie de cambios en su percepción ideológica y de acuerdos tácticos como la famosa Convivencia con Prado, su eterno enemigo lo que dio origen al APRA Rebelde que luego se convirtió en el MIR violentista que organizó las guerrillas de 1965.

Un año antes, el Partido Comunista se rompió entre los seguidores de los rublos soviéticos y los dictados de Mao, ruptura que fue producto de una a nivel mundial. Ya antes los comunistas habían seguido su camino tras romper con los socialistas.

Si bien siempre hubo portazos destemplados, rupturas y expulsiones, éstos empezaron a ser más frecuentes. Primero fue la ruptura entre democristianos y socialcristianos en 1966 que dio origen al PPC; luego la ruptura en Acción Popular con la ida de los llamados "termocéfalos" encabezados por Edgardo Seoane quienes  rompieron con la corrupción del gobierno belaundista. Luego esta fracción se llamaría Acción Popular Socialista y luego Acción Política Socialista donde apareció el "empresario de izquierda" Gustavo Mohme Llona. 

Tras el golpe de 1968 importantes cuadros apristas,  comunistas y satélites prestaron sus servicios a la dictadura velasquista formando parte de la llamada Aplanadora y de SINAMOS. Recordemos que producto de ese apoyo, 

ahí cobraron César Hildebrandt y Hugo Neyra.

Sin embargo no todo fue ruptura; también hubo cambios en el logo para poder sobrevivir. Fue el caso de la Unión Nacional Odriista (UNO), el Movimiento Democrático Pradista (MDP) y el leguiísmo que pasaron a llamarse Unión Nacional, Movimiento Democrático Peruano y el Partido Democrático Reformista (PDR) respectivamente. Los dos primeros desaparecieron tras las elecciones de 1980 y el último de los nombrados en la de 1978.

Tras la derrota en 1980 el APRA vuelve sufrir una gran ruptura. Andrés Townsend y un grupo pequeño pero significativo se fueron tras romper en el Congreso Partidario fundando el Movimiento de Bases Hayistas, que desapareció tras las elecciones de 1985 cuando fueron parte de la Convergencia Democrática. En este grupo distinguimos a un permanente "disidente" o como algunos señalan, tránsfuga. Me refiero a Alberto Borea Odría.

Las elecciones de 1980 dieron origen a una confluencia comunista llamada ARI (Alianza Revolucionaria de Izquierda) que se rompió por la pelea por  curules y a la labor de zapa del trotskismo. Meses después y tras el descalabro electoral, el comunismo prosoviético, prochino, la llamada Nueva Izquierda y otros grupos menores entre ellos los llamados herederos del Velascato formaron la Izquierda Unida (IU), que dicho sea de paso nunca hizo honor a su nombre. Siempre estuvo pegada con mocos y babas. Incluso se rompió en pleno del que debió ser su Congreso Fundacional en 1989. Antes ya partidos integrantes de la IU como Patria Roja, el Partido Comunista Peruano y el hacía poco fundado Partido Unificado Mariateguista (PUM) se rompieron fundándose  los llamados bolcheviques' el grupo autodenominado Mayoría (luego integrados en el terrorista MRTA) y el Mariateguista Revolucionario (PMR) cuya cabeza visible fue Agustín Haya. Hasta los movimientos terroristas sufrieron rupturas que "las solucionaron" a punta de balazos y asesinatos de los disidentes.

Para 1989 surgen los "independientes". El primero fue el broadcaster Ricardo Belmont quien resultó electo alcalde de Lima. Hoy Belmont va con UPP. Luego en 1990 surge Alberto Fujimori quien resultó electo tras derrotar al novelista Mario Vargas y su millonaria maquinaria. Fujimori no quiso formalizar un partido propio y del primigenio Cambio 90 pasó a tener diversas denominaciones hasta el hoy Fuerza Popular quien "dice ser" heredero del fujimorismo. Fuerza Popular no estuvo ajeno a "salidas". Primero fueron algunos innombrables, luego los llamados "avengers" y el hoy "somista" El tema no es solo la traición  sino quién los convocó  para qué "los represente".

Pero no todas las rupturas sucedieron en masa. Hubo diáspora "de gotas en gotas" como sucedió en el PPC, del cual se fueron de a pocos importantes cuadros como el propio Antero Flores Araoz, entre otros (cuya historia ya hemos reseñado). Flores Araoz se "jubiló" en Orden; Kouri fundó Chim Pum Callao; Andrade, Somos Perú y así por el estilo.

Atrás quedaron folclóricos movimientos como el FNTC, el FIM de un desesperado Popi Olivera (uno de sus principales socios Luis Iberico hoy está en APP, mañana quién sabe dónde) por inscribir otro logo e incluso de una Democracia Cristiana que intenta cobrar vida.

La historia reciente es una suerte de idas y  venidas. El ex populista Aureo Zegarra es cabeza de Todos por el Perú y su candidato presidencial iba a ser Pedro Cateriano que de libertario pasó a ser ollantanadinista y el ex aprista Francisco Diez Canseco es ahora cabeza de  Perú Nación por citar dos casos.

La informalidad se expresa también en la política y en sus organizaciones. Partidos de una vertiente se han transformado en sentido diametralmente opuesto y los tradicionales como el APRA, AP y PPC hoy ya no representan lo que fue su esencia. El APRA supérstite intenta deslindar de Alan García ya difunto, AP incuba elementos folclóricos-radicales como Lescano y el PPC ya no es ni "popular ni cristiano". Tampoco el Movimiento UPP que llevó a la candidatura presidencial a Javier Pérez de Cuéllar en 1995; es lo que fue. Un fantasmal Vamos Perú  hoy alberga  al Antaurismo radical.  El fujimorismo  hoy aparentemente quiere regresar a un mensaje "albertista" pero en los hechos hasta podría ser otro partido caviarizado. Quizás un resurrecto FREPAP es el único con un mensaje coherente con su pasado.

El ex Restauración Nacional (Hoy Victoria Nacional) de influencia evangélica ahora cobija al "favorito" de Palacio, fiel a la prédica del NOM y los escombros del ppkausismo hoy corren con el membrete de Contigo. Entre tanto grupos menores albergarán candidaturas de izquierda radical, con pocas posibilidades.

Ya ni qué decir de Somos Perú o lo que queda del partido "Nacionalista . Otros partidos-membretes  sin duda alguna serán parte del  cementerio de siglos tras las elecciones del año 2021. Tan solo APP se mantiene firme pero cada cierto tiempo "contrata" figuras de otros partidos como ahora al General Chiabra (ex tolexista) y  Daniel Abugattás (ex ollantanadinista).

PODEMOS del ex aprista Luna Gálvez intentará competir con cierto éxito llevando al ex candidato de ollantanadismo Urresti y un descolorido Partido Morado se diluye y no sé si resultará lila o rosadito.

Esperemos que las transformaciones de Avanza País y Renovación  Popular (ex Solidaridad Nacional) sean duraderas y aporten no solo con su participación electoral sino en la vida política con Principios y Bases Ideológicas.

Así estamos de cara al 2021. La mala semilla sembrada en 1989 hace rato da frutos podridos. La deslealtad expresada en el infame  Transfuguismo tiene sus íconos, quienes compiten por ser el que más "camisetas" han vestido. ¿Quién se llevará ese ominoso "reconocimiento"? 




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