Conspicuos "líderes de opinión" pertenecientes a la rancia estirpe caviar se unen a los mercantilistas y a los comunistas para reclamar un cambio constitucional.
Cada quien tiene sus razones pero muy pocos fundamentan su propuesta. Como bien dijera el constitucionalista Enrique Bernales, refiriéndose al vacado por incapacidad moral Vizcarra y haciendo extensivo ese dicho a muchos, "no han leído la Constitución y si lo han hecho, no han entendido nada".
Hoy día tenemos "constitucionalistas" que opinan a destajo, pasando por ágrafos en derecho y en "izquierdo" y hasta peloteros que no dan pie en bola pero opinan de lo que no saben. Peor aún candidatos que balbucean tontera y media y "equivocados" envenenados por sustancias no determinadas reclaman a viva por por "un cambio de Constitución ".
Ayer en un diario cercano, el Acceditario Sagasti se sumó a los que reclaman un cambio pero "no por ahora".
Los "cambistas" (no de dólares ) concuerdan solo en que hay que "cambiar la Constitución" pero no dicen siquiera un bosquejo de lo que vendrían a ser sus propuestas.
Irresponsabilidad pura. Primero se podrán los zapatos y luego las medias.
Rojos, caviares y confusos claman por igualdad, no de oportunidades sino que todos seamos iguales como en Cuba. Todos míseros, salvo la cúpula narcotraficante y exportadora de revoluciones (muerte y miseria).
La discusión sobre modificar o cambiar la Constitución de 1993 aprobada por Referéndum requiere primero que se plantee algo tan básico como decir en qué Sociedad queremos vivir. En libertad o en esclavitud comunista.
Aquellos que reclaman que la C93 no logró mejoras sustantivas en el periodo de vigencia simplemente mienten o son unos perfectos ignorantes. Las cifras demuestran lo contrario con total transparencia.
Y si hubiera que cambiar algo, los que lo pretenden están obligados a plantear primero sus propuestas. Y será mejor que sus voceros no sean los mismos vendedores de sebo de culebra de siempre.
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