domingo, 31 de marzo de 2019

ALEMANIA: GRANDES RECUERDOS

Viajé hará unos 29 años a Alemania por motivo de estudios. Eran otras épocas y otras circunstancias. Junto con mis actividades académicas pude visitar 32 ciudades entre grandes (Berlin, Hamburg, Frankfurt , Stuttgart, Dusseldorf y Munich), medianas (Freiburg, Ulm,  Bremen y  otras) y también pequeñas como Prien.
Siendo joven tuve suficiente energía para emprender exigentes horarios y largas horas de caminatas en las ciudades, lo que posibilitó aprovechar al máximo los casi seis meses que estuve; en la idea que no sabía si volvería de nuevo, algo que sucedió casi un año después.
Logré encontrarme con amigos que había conocido en el Perú como la pareja Raymonde y Knut (Hamburg), Ralf (Berlin), Michael y Barbara (Ulm), Bernd e Ingrid(Stuttgart) así como conocí gente muy amistosa como Elke (Freiburg).
En aquel año aún las comunicaciones eran lentas (correo) y las comunicaciones se hacían básicamente a través del teléfono fijo.
Gracias a mis profesores del idioma Alemán (Goethe Institut) pude tener una satisfactoria estadía ya que pude comunicarme con bastante solvencia en dicho idioma, lo que me permitió conocer  gente y experimentar la vida diaria.
Muchas cosas fueron novedosas y no solo me referiré a costumbres sino incluso en detalles como ir a un Centro Comercial como el Europa Center en Berlin (en la famosa Kudamm).
Mencionaré algunos detalles que en su momento fueron sorprendentes o novedosas como que los dos principales diarios de distribución nacional no eran publicados los domingos (Frankfurter Allgemeine y el Sudeutsche Zeitung; los suoermercados no atendían más allá de las 6.30 pm y  tampoco los domingos; las cosas eran mucho más caras en las tiendas de las Estaciones de Servicio; el servicio de transporte público era puntual y ordenado y contra lo que muchos podrán pensar, el diario más leído era el Bild (lo que aquí llamaríamos “prensa basura”).
Otras cosas novedosas para mi fueron que la numeración de las calles eran empezando del 1 y no como aquí desde el 100 (lo que hizo que en una ocasión caminara harto buscando el 384); también los pulsos ahorradores en las escaleras, las puertas que se abrían cuando un sensor detectaba un cuerpo frente a él; el primer piso de un edificio (Erste Stock) era el segundo para nosotros y uno podía comprar un diario sin que hubiera alguien presente sea porque había una máquina expendedora automática o porque simplemente uno dejaba el costo de la moneda en una canastita y se llevaba su ejemplar.
Mucha gente habla de la “frialdad de los alemanes” algo que pude constatar pero contrariamente. Conversé con mucha gente en la calle, en los kioskos, en el transporte público o en cafés y bares. Guardo el mejor de los recuerdos de la “Deutsche Gemütlichkeit”.
Degusté variados platos incluidas por supuesto las variadas salchichas,  fui a sitios con historia como el Hofbreuhaus en Munich; probé variadas cervezas y también los vinos del Rhin y los destilados de la Selva Negra (Kirsh) y diariamente iba a la Mensa de la Universidad de Freiburg (cuando estuve en esa ciudad) y en el Comedor  del Dresdner Bank. En Freiburg el costo del menú era de 3.20 marcos (equivalente a 2 dólares) y en el Dresdner Bank, el mismo banco asumía el pago en el almuerzo.
Si alguien me dijera qué país debería visitar en Europa, mi recomendación sin duda alguna sería Alemania. Un país de contrastes y de zonas imperdibles. El Alster y la calle Repperbahn de Hamburg, el Englischer GarteN, el Oktober Fest y el Olimpia Zentrum de Munich, los centros históricos de cualquiera de las ciudades; la SchwarzWald y el bar Jazz Haus de Freiburg, el Palmen Garten y el barrio de Sachsenhausen de Frankufurt, los baños romanos de Trier; los enormes atractivos de Berlin y tantos otros que la memoria ya no alcanza a recordar.
Finalmente tres recuerdos que siempre llevaré en mi corazón tienen que ver con la hospitalidad de mis amigos. Una vez (debido a problemas de conexión del transporte) volví a Ulm y al despedirme por segunda vez de mis amigos, los esposos Henni, recibí de ellos una “lonchera” para el viaje que aún me quedaba hacer rumbo a Luxemburgo. Otro fue la cena que compartí con Elke Gust, a quien conocí viajando en un servicio de viajes compartiendo asientos en un auto privado (Mit Fahr Zentral); aquel día era mi cumpleaños y ella tuvo la enorme gentileza de darme esa sorpresa, días antes que iniciara mi camino a Frankfurt, luego de haber estado casi 10 semanas en la ciudad de Freiburg. Y el tercero sucedió en Essen donde conocí a Annette, entonces casada con Mario, con quien mantengo amistad tras tantos años. 
Han pasado 29 años de aquel viaje y aún recuerdo cada detalle. Regresé al año siguiente (1991)  permaneciendo algo más de cuatro meses y no volví a regresar.

Vamos a ver si la vida me da una nueva oportunidad para ir a tan maravilloso país.

viernes, 29 de marzo de 2019

A LA MECEDORA DILE NO

Algo tendrá que cambiar en la forma cómo buscamos conquistar el corazón de una mujer, por lo menos aquí en el Perú, ahora que hay una serie de miradas diferentes en relación al “acoso” y otros temas.
Digo esto porque en el Perú “un no” no necesariamente es “no” en el mediano plazo. Podría ser “sí” incluso pasado un tiempo. Esto también sucede en el cortejo amoroso. A veces “caemos y rebotamos” pero la cortejada acepta seguir saliendo con uno, al cine, a comer o a tomar una copa, en la idea de ganar tiempo para tomar una decisión al respecto.
¿Debería ser tomado como acoso nuestra persistencia, sabiendo que así son los “protocolos de enamoramiento” en el Perú? Por cierto que no, pero lamentablemente eso es parte de una forma poco sana de la convivencia diaria.

No sabemos decir “no” y menos “sí” de manera firme pero segura. Nadie tendría por qué sentirse molesto ni ofendido si habiendo pedido un favor, un apoyo o una colaboración recibe por respuesta un lacónico “paso”, tal como me dijo un compañero de estudios secundarios cuando le solicité colaborar con el lanzamiento de mis relatos cortos en formato digital que estoy promocionando estos días.
Al respecto quiero agradecer a aquellos que préstamente han respondido positivamente a mi pedido. Incluso algunos me pedían facilitar el depósito mediante transferencia vía el código interbancario, algo que había obviado (cosas de los adelantos tecnológicos que nos facilitan la vida). Otros aún no lo hacen porque evidentemente la vida es muy complicada y casi no hay tiempo para nada que no sea trabajar. Eso es entendible, más no lo es el silencio con el que a veces creemos poder afrontar dar una respuesta.

También quiero llamar la atención a algunas “respuestas” recibidas que no significan nada salvo un simple “floro y mecidas”. Recuerdo a un fulano que requerido por un ambulante para que le comprara un dulce, su respuesta fue “otro día” (en vez de un “no, gracias”) como si la probabilidad de encontrarse con ese ambulante fuera del 99%. Simple manera de mandar a “pasear a la gente”. Recibir como “promesa” un “luego” es bastante decepcionante no solo por la respuesta misma sino por  la poca solidaridad de quien consideramos amigo o simplemente su poco entender del fin de ese pedido.

Somos una sociedad muy afecta a no ser francos. “Mañana”, “no te preocupes” o “cuenta conmigo” son formas comunes para salir del paso.

Entiendo también aquellos amigos que son francos y dicen pasar algunas estrecheces. Todos las pasamos y aquellos que me lo dijeron ya están en la lista de los que recibirán digitalmente mi libro. No lo está, por cierto,  alguien que me dijo “gracias” pero cuando le dije que había una colaboración que hacer, me respondió que “pensaba que era gratis” (sic).


Finalmente, solo recordar que así como debemos ser francos y directos, también hay que tener tino a la hora de un “no”. Nuestros amigos merecen una consideración que todos queremos para nosotros mismos.

jueves, 28 de marzo de 2019

NO UNO SINO MUCHOS CARLITOS

Los años 80s fueron años perdidos, no cabe duda. Perdió el Perú, perdieron los peruanos. En aquellos años empezaron a irse del Perú muchos buscando un mejor porvenir. Incluso aquellos que gozaban muchos beneficios, incluso en demasía, gracias a trabajar en el Estado.

Miles de los que se quedaron trabajando en empresas estatales, al poco tiempo, perdieron su puesto de trabajo “de por vida” luego que el Presidente Fujimori sincerara la economía a fin de combatir la feroz crisis heredada (y gestada desde el primer gobierno de Belaúnde).
Algunos de los que perdieron su trabajo aún no aceptan que ello constituyó un mal necesario. Sin embargo muchos entendieron que fue “el costo” que tuvimos que asumir para que el Perú volviera al rumbo correcto.
Las veces que he podido lo he explicado en estos términos; fuimos víctimas al perder el puesto de trabajo y todo lo que conllevaba ello  pero fuimos victimarios también pues las empresas estatales para las que trabajábamos eran deficitarias e inviables económicamente y sobrevivían “gracias” a la maquinita, al déficit fiscal y por cierto a la inflación que generaba lo anterior dicho.
Sin embargo, no solo perdía el Perú como un todo sino los mismos trabajadores que en un número exagerado e inútil poblaban esas empresas, muchas veces sin hacer nada. Exactamente como lo digo literalmente; nada. Ello ocasionó un stock de capital humano que no estuvo luego preparado para competir en un mundo donde primaba la empresa privada. Un reflejo de ello fueron los miles de trabajadores que de oficinistas tuvieron que trabajar en empleos menores como “choferes de combi”. No obstante hubo muchos que sí fueron reabsorbidos por el mercado laboral e hicieron una brillante carrera. Haciendo este hincapié quiero decir que en el Estado hubo  mucha gente valiosa y trabajadora pero  también gente como el que referiré a continuación.

Sostengo que el peor costo que se tuvo que asumir fue acostumbrarse a “trabajar de verdad”. Y cuándo me refiero a ello se me viene a la memoria un entonces joven inteligente y despierto pero que no supo aprovechar esas cualidades para bien.
Lo conocíamos por su nombre en diminutivo. Era el típico empleado que le sacaba la vuelta a las pocas normas que se cumplían en el banco donde trabajamos. La gran mayoría de veces llegaba fuera de hora, trabajaba muy poco y la gran parte del tiempo se la pasaba haciendo cosas personales o escabulléndose de los cobradores pues era un comprador compulsivo desde comida que la ingería en horas de trabajo hasta cosas más costosas pero que no podía pagar su costo pues su presupuesto no aguantaba tanto despilfarro. Y no era que se ganara poco en esa entidad; 18 sueldos al año más un sueldo extra (“sueldo ´pacto”) que se recibía por un acuerdo entre los bancos y la Federación de Empleados Bancarios (FEB) amén de una serie de beneficios como préstamos para comprar casa (más ampliatorios), un seguro médico que cubría íntegramente lo que el Seguro Social no hacía y otros.

Por supuesto este joven al que me refería también hizo uso y abuso de esos beneficios incluyendo por supuesto a un sinnúmero de ampliaciones para “hacer mejoras” en su departamento, las mismas que nunca se hicieron, por supuesto.
El joven al que llamaremos Carlos tenía su pinta y era muy enamorador, a pesar de ser casado. Enamoraba hasta a las señoras que vendían refrigerio en el banco y claro está a varias compañeras con quien tenía algunos escarceos amorosos en la escalera auxiliar del edificio. Así de irresponsable era.

Pero cómo nada dura para siempre; el año 1991 fue fatal para él y para muchos. Quedó desempleado y con pocas armas para defenderse. Cómo dice el dicho, en esos años “la calle era dura”. Carlitos no se capacitó a pesar que el banco brindaba muchas oportunidades para hacerlo. Las veces que tuvo oportunidades para ello, las desaprovechó; es por ello que tuvo pocas armas para afrontar esta situación de crisis que tuvo que vivir.
Las relaciones que tuvo (“vara”) lamentablemente las usó para salvar el pellejo cuando sus “vivezas” no podían ser sostenidas o para aprovecharse de los beneficios que brindaba el banco “gracias” a una tía que trabajaba en una oficina clave que tramitaba los préstamos para remodelar la casa adquirida, también con préstamo del propio banco.


Para los que añoran el Estado Empresario y por ende el Estado como “gran empleador” vean lo que fueron los años 80s. Claro está este caso que expuse no era una excepción sino uno de los muchos que vi. Algo lamentable, como dije no solo para el Perú, los peruanos sino para los propios “Carlitos” que desaprovecharon su vida a pesar de tener las cualidades necesarias para ser exitosos.

miércoles, 27 de marzo de 2019

"JURO POR LA PLATA"

Hoy través de unas transcripciones de conversaciones interceptadas legalmente hemos comprobado lo que ya se sabía no de ahora sino de mucho tiempo atrás.
Los “abogados y asesores” de comunidades que negocian ciertos beneficios económicos con la empresa que explota Las Bambas al parecer se mueven no por fines orientados a defender a las comunidades “del abuso capitalista”. Menos aún buscan proteger a la “Pachamama” o a la “ecología”. Sus intereses son más crematísticos no importando, al parecer por lo escuchado, la vida siquiera de los que dicen defender.

Los comuneros para estos señores son meros muñecos y sus vidas no importan. En estas protestas al estilo de los años 80s (paros armados) “tienen” que tener sus muertos para que “sean efectivas”.
Mientras tanto el Estado está inerme, sea por complicidad (como hemos visto en el caso de ciertas autoridades subnacionales) o por incapacidad para enfrentar estas “protestas” que solo buscan crear el caos y pobreza. ¿O sino qué buscan? ¿El bien común?¿ Desarrollo?
Claro que no. Ya sabemos que busca el comunismo y en qué terminan procesos cómo ésos. ¿Ejemplos? Cuba, Venezuela y tantos más. Al comunismo no le importan que los pobres dejen de serlo. A esa ideología y a quienes la abrazan les importa que existan más pobres para que ellos “sean los ingredientes del caldo de cultivo” con el que iniciarán “la lucha armada libertadora”.

A raíz de esas conversaciones transcritas recuerdo lo que me contaba un amigo, experto en conflictos sociales, quien tenía que contribuir a ciertos revoltosos vía el pago por ciertas “notas periodísticas”. En caso no se les pagaba o no se les aceptaba “sus condiciones”, simplemente esos plumíferos lanzaban todo tipo de ataques a los proyectos que buscaban “su licencia social”. Otro caso fue el que viví en Puno en pleno paro regional no hace muchos años. El bloqueo de las pistas nos iba impedir el viaje de Puno a Cusco en un servicio privado. “Afortunadamente” el encargado del viaje en Puno contacto con los “dirigentes” de la protesta y “previo  sencillo” les convenció para que nos dejara pasar. Así ocurrió pero quien no logró pasar fue otra unidad que no había “contribuido voluntariamente” y en cambio recibió decenas de piedras que le destrozaron las lunas de la unidad.
Así funcionan estas protestas. Los comuneros o supuestos beneficiarios son solo “carne de cañón” o tienen que “aportar los muertos” para “legitimar la lucha”.
Mientras tengamos autoridades timoratas o en el Estado sigan enquistados comunistas que solo buscan “sus lentejas” el Perú no avanzará.

Finalmente, amigo lector pregúntese sino por qué ciertas instituciones estatales buscan ser copadas. ¿Alguna vez ustedes han visto que una conferencia contra el hambre se haya hecho en un comedor popular? Claro que no. Estas conferencias son hechas en hoteles cinco estrellas a todo dar.
Pregúntese también si cientos de asesorías sirven para algo o si los principales promotores de oenegés o líderes de la izquierda comunista y caviares viven en alguna zona marginal de Lima, por decir algo?
Claro que no. La lucha contra la pobreza, la corrupción y otras las lacras sociales siempre serán pretextos para que unos cuantos “vivos vivan a cuerpo de rey”.

Qué no nos agarren de cojudos¡


UNA FARSA LLAMADA DDR

Un poco más de 40 años duró una de las mayores estafas que han ocurrido en Europa. Me estoy refiriendo a la DDR (Deutsche Demokratische Republik) cuyo cuadragésimo aniversario se celebró con una gran parada militar donde asistieron los dinosaurios del comunismo mundial, entre ellos Fidel Castro, por citar a uno de ellos.
Sin embargo, algunas semanas después el Muro de Berlín que separaba el Mundo Libre del oprobio comunista cayó para siempre. Este año celebraremos los 30 años de la caída del Muro, en cuyos alrededores murieron un número indeterminado de personas que intentaron fugar hacia Berlín Occidental. El Muro existió desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989.

Estuve en Berlín a pocos meses de la caída del Muro y por cierto de la DDR. Pude comprobar la farsa que significó el supuesto adelanto económico y social con el que se vendía lo que luego se llamó “vergonzosamente” Socialismo Real para justificar las enormes diferencias con lo que se pregonaba para promover un modelo socialista.

La DDR fue un estado policiaco que subyugó por cuatro décadas a un pueblo. Como todo proceso similar había una casta que vivía en opulencia y una gran mayoría en pobreza y esclavitud. Un buen ejemplo de lo que fueron esos 40 años lo podrán ver en una película llamada La Vida de los otros (Das Leben der Anderen), una magnífica película que muestra descarnadamente lo que fue ese mundo que se decía “democrático” https://www.youtube.com/watch?v=n3_iLOp6IhM
Imperdible película como otra película llamada “Good Bye Lenin”, https://www.youtube.com/watch?v=nDFgzU94OSk comedia que también refleja lo que vivieron los alemanes del este luego de la caída del comunismo que se camuflaba en la sigla SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands, en castellano Partido Socialista Reunificado de Alemania).

Aún recuerdo que la DDR se vendía como una potencia no solo militar sino industrial. Ni una ni otra. El llamado cuarto ejército más poderoso del mundo de la Guerra Fría se empezó a desmembrar ni bien cayó el Muro y de potencia industrial nunca tuvo nada a pesar de que venía periódicamente a nuestra Feria Internacional del Pacífico a “vender” sus “avances” tecnológicos.

El tránsito entre el comunismo y la reunificación alemana no estuvo exenta de problemas como la caída de un primer gobierno transitorio debido a que sus cabezas fueron descubiertas como parte del Ministerio de Seguridad, conocido como Stasi, brazo opresor que controlaba la vida de todos los alemanes del este.

30 años después, Alemania es otra. Los costos económicos y sociales fueron asumidos y pagados en base a trabajo y sacrificios. Un ejemplo para nuestros gobernantes que no atan ni desatan con la  Reconstrucción del Norte e incluso de Pisco.

En América, a imagen y semejanza de la DDR, el castrismo ha convertido a Cuba en una cárcel donde la pobreza y opresión campea tras 60 años y Venezuela quizás esté viviendo los estertores del chavismo.

Ninguna dictadura permanece en el tiempo, por más represión que ejerza. El ser humano es libre por naturaleza y así lo demostraron los alemanes del este y seguro esos aires de libertad que hoy corren por Alemania tarde o temprano llegarán a las costas de Cuba y Venezuela.

Ojalá que así sea y no sigamos pidiendo en el Rum BarvThe Parrot Shadow de Miraflores “una mentirita” (o sea un Cuba Libre) . 

martes, 26 de marzo de 2019

LA SOPA QUE NO HABIA COMIDO COCODRILO

Algunas personas comen no solo por la necesidad de alimentarse sino para compensar la falta de afecto y también por otras razones de lo más raras e incomprensibles.
Saborear un exquisito plato para agradar al paladar es una alternativa válida si no es la principal así como tampoco debería serlo si se va a un restaurante de moda como una forma de “elevar la autoestima”. Incluso vemos casos donde la gente come y luego deglute por problemas como la bulimia. Entonces llevarse un plato al estómago se vuelve  solo un pretexto para justificar una serie de problemas psicológicos y por qué no decirlo, aberraciones.

Conocí un caso muy de cerca de una joven que no paraba cuando empezaba a comer No exagero si digo que la vi comer kilos de fruta sin parar. Si bien era algo subida de peso no lo era tanto habida cuenta de lo que comía.
Uno de esos tantos días que solía comer en exceso no se le ocurrió mejor idea que comerse como píldoras decenas de cebollines y otros vegetales encurtidos. No paró hasta, incluso, tomarse el vinagre donde se conservaban éstos. El resultado fue una baja tremenda de la presión arterial que la hizo casi desfallecer. Su tía atento a ello supo de qué se trataba y con un café triple la volvió en si . La joven terminó finalmente en una emergencia para que le hicieran un lavado gástrico.

Rosa, como llamaremos a la joven, era de un apetito insaciable. Su madre solía traer un pollo a la brasa del cual la joven se comía la mitad incluyendo la mayor parte de las papas fritas y muchas veces terminaba comiéndose el cuarto de pollo que le guardaban al padre, quien un día regresó a casa con apetito, por lo que abrió la refrigeradora y al no encontrar más que un plato de una aparente sopa con un enorme filete de hígado frito tuvo que comerlo a pesar de saber algo mal.
Al día siguiente, el padre algo molestó emplazó a su esposa  que preparara algo mejor que lo encontrado la noche anterior. “Ya te voy a dejar de dar tanto dinero. Nunca encuentro algo mejor que esa sopa de anoche”, dijo molesto.
La esposa sorprendida le preguntó a qué sopa se refería pues la que ella había guardado era la comida de Cocodrilo, un perro que no había comido la noche anterior.

Así era Rosa. Siempre llena de excesos y egoísmos. Desgraciadamente así había sido criada o mejor dicho malcriada.
Desgraciadamente se cosecha lo que se siembra y la vida siempre nos hace pagar nuestros errores y las oportunidades que dejamos de aprovechar o los excesos que cometemos. Rosa pasa sus días en medio de estrecheces que jamás imaginó en los días que su refrigeradora siempre estaba bien surtida

Reflexionemos sobre lo sucedido con Rosa. También podemos aprender de errores de otros. Difícil pero no imposible.


Ni avaros que no podamos darnos un gusto ni dispendiosos hasta la exageración. Solidarios pero no al extremo y menos egoístas con el prójimo que necesita una ayuda.

lunes, 25 de marzo de 2019

¿TODO PASADO FUE MEJOR?

Algunos amigos que me leen han preguntado si a mi consideración “todo pasado es mejor” como dice el dicho tan popular.
Esta pregunta viene a raíz de los diversos artículos que he venido escribiendo recordando anécdotas, música, programas de radio, diarios que ya no se publican y por supuesto escenas de mi primera juventud.

Creo que no necesariamente todo pasado fue mejor ni el presente no es perfectible. Sino recordemos con objetividad y no sublimando varias cosas que no marchaban como hoy marchan. Por citar alguna de ellas, señalaré las comunicaciones hoy en tiempo real y no como  hace muchos años cuando una carta llegaba a su destino en 15 días o encontrar un teléfono público era casi una hazaña.
Distingamos bien las diferencias. La vida antes era más lenta, con todo lo que ello conlleva. Las tertulias después de la cena unía a la familia. Hoy, las comunicaciones vía redes sociales casi han deshumanizado a los “seres humanos”, por indicar algo negativo de la modernidad.

El avance de la industria alimentaria ha hecho que comamos menos sano y natural. Sin embargo es cierto también que hay una gran oferta de productos naturales, algo más caros. Por ejemplo ya no se consiguen huevos blancos salvo en tiendas naturistas y claro. Se puede encontrar de todo pero siempre y cuando contemos con los “recursos”.

Como señalé en otros artículos hoy en día podemos estar informados al momento de lo que pasa en el Perú y el Mundo, lo que no ocurría antes; sin embargo la información es tanta que ya abruma y corremos el riesgo de consumir mucha “basura y fake news”.

Ni qué decir del paisaje citadino en ciudades cómo Lima. Antiguos edificios lucen deteriorados o han dejado paso a enormes rascacielos; sin embargo para aquellos que suspiran por el pasado les sugiero que se den un paseo por las calles del Centro Histórico de Lima un domingo entre las 4 y 6 de la tarde (sugiero que lo hagan entre Jirón de la Unión, Jirón Ica,  Jirón Azángaro y Jirón Cusco. Creerán que han regresado por un “túnel del tiempo”).

Volviendo a nuestra niñez y primera juventud, recuerdo cosas positivas como por ejemplo el respeto que se guardaba en la Semana Santa (hoy llamada despectivamente por algunos como “semana tranca” por los excesos que se cometen). Así mismo el respeto a los mayores y a las propias reglas (¿será que antes nos enseñaban Educación Cívica?).

Finalmente, pero sin cerrar el tema, aquellos que creen que nuestros políticos fueron mejores antes (por decir 1963-1968 o 1980-1985) diré a contrapié que hay que leer un poco la historia. Ellos fueron los culpables de la gran crisis de los 80s. No lo olvidemos.

Cómo el tema da para más, seguiremos desarrollando el tema en otras entregas.

Hasta mañana¡

domingo, 24 de marzo de 2019

LA TELEVISION DE LOS 60s y 70s

En una anterior entrega recordábamos nuestra relación con la radio y señalábamos que no fue la misma con la televisión pues no tuvimos un televisor sino hasta 1977. Eran los años de Disco Club dirigido por el gran músico Gerardo Manuel.

Pese a lo dicho tenemos gratos recuerdos y añoranzas relacionados con programas de televisión o hechos que vimos a través de ella como la llegada del hombre a la Luna, algo que impactó a varias generaciones.

Cuando vivía en un edificio en Pueblo Libre, los primeros 9 años de mi vida, iba a la casa de mi amigo César para ver televisión. Recuerdo haber visto los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 (cuando peleó el boxeador peruano Carlos Burga quien perdiera en cuartos de final frente al que finalmente terminó siendo medalla de oro). También recuerdo los programas de dibujos animados, las series Batman y Superman así como algunas veces, el programa sabatino Perú 70 (y conforme pasaba el año, cambiaba la denominación con el año) que incluía el famoso Trampolín a la Fama. En uno de los primeros espacios de ese programa sabatino, el periodista Alfonso Tealdo tenía un espacio de entrevistas. Tealdo siempre fue polémico incluso con gente que sabía más del tema tratado como ocurrió con un experto en armas a raíz del asesinato del empresario Luis Banchero. Luego de este programa, algunas veces veíamos Danzas y Canciones del Perú dirigido por Edith Barr.

Otro de los lugares a dónde  iba era la casa de nuestros grandes amigos, la Familia Torres, donde recuerdo haber visto los partidos de las clasificatorias para el Mundial 1974 y una serie los domingos al mediodía, Chayane, un wenstern de los buenos con Clint Walker.

Ya en 1970, nos mudamos a la casa de una tía muy cercana al edificio. En su casa sí había televisor, uno muy moderno para la época pero que no podía estar prendido muchas horas porque se recalentaba. Durante la semana casi no veía televisión más sí los viernes, sábados y domingos y hasta las 10 de la noche como máximo.
Fueron años de las series Tierra de Gigantes, Los Invasores, Los Rebeldes, El Fugitivo, Departamento S, Manix y también los partidos de la Libertadores de 1971 y en especial la broncaza en la Bombonera entre los jugadores del Boca Juniors y el Sporting Cristal. Cómo me hizo recordar mi amigo César, no puedo dejar mencionar el programa cómico El Tornillo. 

También entre mis remembranzas están los días que iba a la casa de los Carrillo a ver la Copa América de 1975 u otros partidos importantes.

Ya en 1977 empecé a ver series como Bonanza, El Gran Chaparral, el mencionado Disco Club y un programa de concursos mexicano, Fiebre de Sábado cuya temática era la música Disco, muy en boga por aquellos años.

Finalmente mencionaré los programas políticos uno de ellos dirigido por César Hildebrandt por citar uno en plena furor de las elecciones para la Constituyente de 1978.

Años después vi, gracias a la magia del Youtube, dos series que fueron un éxito en su momento;  Dimensión Desconocida y Un Paso al Más Allá. Ambas atraparon la atención de millones como la mía en esta época.

Para concluir, fui testigo del tránsito de la televisión en blanco y negro a la de colores, gracias a los cambios tecnológicos que ocurrieron justamente en el Perú a fines de los 70s, época que tuve mi primer televisor de 12 pulgadas…blanco y negro.


sábado, 23 de marzo de 2019

¿DONDE LUCHO O DONDE MARIO?


1977 fue el año que concluímos la secundaria y el inicio de una nueva etapa de nuestras vidas. Fines de los 70s también fue la época de la música Disco y las fiestas con luces a colores. Fue el inicio de las primeras fiestas, del descubrir y experimentar.

Fueron los años de los primeros Marlboro, More o Dunhill y de los “preparados” y la Guinda Huaura.
Esperábamos los fines de semana para ir a las primeras fiestas. ¿Dónde Lucho o dónde Mario? Era la pregunta que hacíamos para ver a dónde ir. Ambos fueron compañeros del colegio y amigos de toda la vida  y eran quienes organizaban las fiestas alternadamente.
En aquellas épocas las fiestas empezaban entre 8 y 9 de la noche y terminaban para mí al menos a medianoche.

Eran las fiestas con música de “Saturday Night Fever”, Grease o “Love Hurts” Nazareth. Los primeros acercamientos con el sexo opuesto se daban en los bailes “lentos”, tan impersonales como furtivos.
Los que siempre compartimos esas fiestas eran los dueños de casa, Mario y Lucho; el eterno Abuelo Carlos; las siempre guapas Paty, Melba, María Teresa e Ivonne así como Rocío, hermana de Mario y las primas de éste María Elena, Giovana y Liz. También iban a estas recordadas fiestas Miguel, Ivo, Bertha, Lalin, Tito y Mito y otros más que la memoria ya no recuerda sus nombres.

Eran otros tiempos y otras formas con las que los jóvenes se interrelacionaban y con las que reafirmaban su personalidad en formación. El pelo largo y la moda de los zapatos con plataforma o pantalones palazos eran formas cómo los jóvenes establecían sus primeras barreras y reclamos.
Años después volvimos a encontrarnos con Paty y Melba con el mismo cariño con quienes compartimos nuestras primeras ilusiones, experiencias y respeto. Parecía que el tiempo no había pasado. Con Mario siempre nos vimos y Lucho lamentablemente dejó de participar con nosotros. El Abuelo Carlos se fue a Chile, donde hoy reside. Nunca olvidaremos sus pases de baile “a lo Travolta” ni sus ocurrencias siempre ingeniosas.

Fueron los “años felices” de nuestra adolescencia, de las promesas de un mundo mejor, de los planes de vida que se cumplieron en algunos casos y en otros no.

A todos los mencionados y aquellos cuyos nombres hemos olvidado nuestro cariño eterno. Los momentos vividos, nunca olvidaremos. Estos recuerdos nos acompañarán siempre y nos ayudan a pasar algunos malos ratos que nunca faltan.

viernes, 22 de marzo de 2019

¿DIAS FELICES?


Hará unos días leía que los peruanos éramos unos de los terrícolas más felices. Ello no solo me sorprendió sino que hizo que me preguntara sobre qué era la felicidad y si uno vive feliz o tiene instantes felices.

Recuerdo una ocasión en el desastroso gobierno de Belaúnde2 los periodistas le preguntaron al entonces Primer Ministro Javier Alva por qué siempre se le veía con el rostro adusto. El acciopopulista, de paso cuestionado por el Tribunal Constitucional, respondió que “no podía vivir alegre en un país con tantas necesidades y donde la gente la pasaba tan mal”. Extraña forma de “autocrítica” para alguien que era alto funcionario de un gobierno que no solo había hecho muy poco sino que había profundizado una crisis que venía del primer gobierno de Belaúnde.

Pese a lo dicho Alva algo tenía de razón. Nadie en su sano juicio puede vivir “feliz” en medio de tanto problema, nos atañe o no, Sin embargo,  luego de años del desastre de los 80s, el Perú logró levantar cabeza. Ya los peruanos no querían irse del país y más bien miraban con optimismo el futuro. Lamentablemente a partir del 2011 (sin contar por supuesto el hasta entonces desconocido entramado de Lava Jato que existía escondido desde el 2001) el Perú volvió a emprender una caída cuesta abajo que no tiene aún visos de inflexión.

Dicho esto, ¿creemos realmente que el peruano vive feliz? Por motivos de reducir el ámbito de análisis; ¿creerá usted amigo que me lee que un limeño vive feliz estando 4 horas del día en promedio en medio de un infernal tránsito viajando en un Metropolitano, Tren o buses apiñados?
¿O creeremos que vivimos carcajeantes cuando estamos expuestos a ser asaltados incluso en lugares cerrados y aparentemente seguros como un Centro Comercial?
El 70% de la vida económica es informal, incluyendo el empleo (precario y mal remunerado). Ello no garantiza un mínimo de vida satisfactoria lamentablemente. Sin embargo ello no implica que estemos abogando por un “estado empresario o un papá-estado”; la solución a esto es un Estado Promotor e inversionistas privados que generen empleo bien remunerado.
Ahora bien, no todo lo material asegura “felicidad” y tampoco pensemos que una vida con muchas restricciones no trae problemas. Dice un dicho, “el dinero suficiente no te trae felicidad pero te tranquiliza los nervios”.

Volviendo a si la felicidad es un continuo o son instantes en medio de un sin número de emociones, creemos que es lo segundo. Los amigos o familiares nos pueden proporcionar gratos momentos, como los que viví ayer que fue mi cumpleaños o ver el mar en lontananza también dan una sensación sin par, algo que pocas personas que viven en una capital latinoamericana tienen esa posibilidad. Tenemos una de las mejores gastronomías del mundo y ello no solo nos llena de orgullo sino que nos da la posibilidad de comer rico, siempre y cuando tengamos algunos recursos para destinar a salir un fin de semana o hacer algo especial en casa.

He tenido la oportunidad de viajar al Viejo Continente y soy testigo de que la calidad de vida, a pesar de las condiciones materiales, podría ser considerada mejor en países como el nuestro. Qué difícil es para muchos europeos tener una mano amiga en un momento de soledad o crisis emocional; algo que tenemos aquí, muchas veces sin plazos ni horarios, gracias a una interrelación más cercana con nuestro círculo de amigos y familiares.

Finalmente, sería bueno que quienes han hecho ese estudio sobre “la felicidad” viajen en combi o bus y miren las caras de los que viajan en el transporte público y constaten cómo la gente ha perdido la capacidad de comunicarse sanamente con su vecino de asiento. La tecnología evidentemente pone su grano de arena con algunas cosas positivas y también con algunas negativas como el ensimismamiento en el que viven muchas personas pegadas a un celular que se ha convertido en algo más que un teléfono incluso  para “chatear” con desconocidos, con los problemas y peligros que acarrea esto.

Ojalá que nuestras autoridades piensen en trabajar para lograr la felicidad de los ciudadanos, vale decir en crear las condiciones de seguridad, para mejorar el clima de inversión y empleo y para mejorar las condiciones para tener un nivel de vida mejor.

No sé si los resultados de “esa encuesta de felicidad” es cierta o no pero evidentemente la gente no vive feliz ni con la clase política ni con el gobierno por una sencilla razón, no hay resultados que hagan divisar un mejor horizonte. Allá el gobierno y los políticos si quieren vivir engañados. Lo que sí puedo decir es que la ciudadanía no se come ese “sapo”.

jueves, 21 de marzo de 2019

NO ERAN TERMITAS

Cómo toda promesa es ley, aquí les paso a contar otra de las tantas anécdotas de mi niñez y juventud. No identificaré a los personajes por obvias razones pero cumplo en contar este relato tal cual ocurrió.

Dos hermanos, con alguna diferencia de edad, planearon un día hacer algo movidos por la curiosidad. ¿Qué pasaba al otro lado de la pared colindante con la casa de los vecinos? Era una pregunta que se hacían y a raíz de ello se “impusieron la tarea” de hacer un hueco en la pared de la biblioteca por dónde miraran al otro lado de la pared.
Para ello, consiguieron un fierro de construcción delgado y se pusieron manos a la obra. Fueron varias horas distribuidas en al menos tres días las que les tomaron en llegar al otro lado. No fue una tarea fácil, pero para su suerte no fue notada por el vecino y menos por su madre ya que el hueco en cuestión lo tapaban con un librero.

Al concluir “la auto impuesta tarea”, el menor de ellos sugirió taparlo debido a que podían ser descubiertos y tener que afrontar una reprimenda. Procedieron entonces a poner macilla y con un poco de cemento nivelaron la pared y luego la pintaron. Todo quedó cómo si no hubiera pasado nada, al menos desde su casa.
Sin embargo, ya los vecinos se habían percatado del hueco e inmediatamente fueron a hablar con la señora Ana, que así se llamaba la madre de los dos inquietos perforadores.

Muy mortificada la señora vecina exigió a la señora Ana ver el estado de la pared vecina, algo que no llegaba a comprender Ana. Dicho y hecho subieron a la habitación con el menor de los hijos pues el mayor estaba en ese entonces trabajando.
El jovenzuelo, aparentando sorpresa y molestia, desocupó el librero y procedió a moverlo de su lugar. La señora vecina pensó encontrar la entrada del hueco que desembocaba en su habitación pero cuál sería su sorpresa cuando vio la pared completamente en buen estado.
La señora Ana algo incómoda pero sin perder la compostura le hizo ver la aparente “impertinencia” del reclamo y dicho esto bajaron al primer piso. El hijo menor se quedó poniendo en orden los libros pero no dudó en decir lo siguiente, ”Vea señora, quizás sus propios hijos han hecho eso y no llegaron a perforar hasta aquí o será que hay termitas y éstas han hecho este hueco”.


La vecina había llegado muy molesta y se iba harto preocupada. La señora Ana, por supuesto, nunca supo qué había sucedido y los dos hijos “celebraron” no haber sido descubiertos y menos castigados. Ana era buena pero severa cuando debía serlo.

miércoles, 20 de marzo de 2019

LA RADIO ESTA MAS CERCA DE LA GENTE


“La radio está más cerca de la gente” decía una publicidad de la Asociación de Empresas Radiales que llamaba a incrementar el número de radioyentes. Una publicidad acertada por lo verídico que resulta ello. No hay rincón más alejado de nuestro territorio donde no llegue una radio; además para escuchar su programa favorito uno no tiene que dejar de hacer otra actividad en paralelo, a diferencia de ver la televisión.

La radio está relacionada con mi niñez y primera juventud, habida cuenta que recién a fines de los 70s tuvimos un televisor en casa, comprado por mi hermano Juan. Recuerdo un radio transistor que nos acompañó desde niño y donde escuchaba los famosos tripletes de los primeros descentralizados de fútbol  con las transmisiones de Ovación de Radio El Sol dirigido por el gran Pocho Rospigliosi..”Pocho, ¿cuál es la pila?, preguntaba Chocherita Sandoval y Pocho respondía, “Rayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyoooooooooooooovac es la pila”. "Veía" los partidos de aquellos años en las voces de Lucho Izusqui, Juan Portanova y otros.

En casa también había un radio de mesa en el cual mi madre escuchaba las radionovelas y yo a veces los radioteatros y series de Radio Victoria, una de ellas recuerdo que se llamaba El Agente  009”, a similitud del naciente 007.
En aquellos años existía un radio curiosa para ese tiempo, Radio Reloj que transmitía noticias todo el día y también marcaba la hora con el sonido de un tic tac de fondo.
Ya algo mayor, escuchábamos las radioemisoras que transmitían la música de moda como Atalaya, 1160, Panamericana, América y Radio Miraflores, la Radio Chiquita de Corazón Grande. Eran los años de la Beatlemanía (segunda etapa), “Tú, yo y mis discos” de la gran Diana García, “La Hora Pirata” de Gerardo Manuel, los rankings de fin de año de Panamericana y ya a fines de los 70s, aparecen Telestereo de Speedy González (hoy Mágica donde destaca el programa Ruta 88 del gran Carlos Guerrero), Stereo Lima 100 (que ya existía desde antes, quizás la primera FM del dial) y Doble 9, La Radio Rock de Lima, donde muchos años estuvo el gran Chapu, hoy en Oasis.

Además de Ovación, no podemos dejar de señalar a Pregón Deportivo de Oscar Artacho y su gran plantel (Radio Unión), Campeonísimo del Tigre Tito Navarro (primero en Radio Central y luego llamada Moderna, La Radio Papa y el programa ya más reciente de Litman Gallo Gallito así como las maratónicas transmisiones de Bruno Espósito Morzán en Golazo en Radio Callao, Súper Radio, donde “recorría toda la cancha”, aún las amateur.

Otro de los programas que marcaron historia fue Radioperiódico El Mundo en radio Victoria, luego cambió a una radio propia, Cora, dirigido por Juan Ramírez Lazo y su célebre frase, “Nos Preocupa”. Con él competía en Radio Miraflores, el noticiero El Momento  dirigido por Ricardo Palma, quien aproximadamente 7.30 am se dirigía al Primer Mandatario con la frase “Señor Presidente….”. Luego surgirían RPP aún vigente y la desaparecida CPN. No podemos dejar de citar al noticiero de Radio El Sol, “El Sol en la Noticia” ni los programas de Radio Nacional donde desde las 07.50 am se tocaba marchas militares en la época del Velascato y a las 08.00, 12.00 y 18.00 se transmitía “La Hora Oficial Peruana controlada y transmitida por la Marina de Guerra del Perú con la aproximación de un milésimo de segundo”.

Y para concluir, recordaremos al gran locutor boliviano Jorge Pelaez Rioja y su “Cajita de Música” en Radio El Sol, los tangos que transmitía Radio Victoria, los que mi padre escuchaba con gran deleite, el programa “Lo que el Mundo necesita es amor” de José Carlos Kovaz, Iván Márquez y su “Eva y Yo”, “Las Pastillas para levanta la Moral” en RBC de Ricardo Belmont, el Tío Ronco en Radio Mar, “La Hora del Lonchecito” de Koki Salgado, el pequeño Gigante” y a Raúl Maraví Ayala quien desde Súper Deporte en Radio Unión luego  inmortalizara el grito de “Suker, Suker, Sukerrrrr” (narrando un gol del brillante croata Davor Suker).

Finalmente, mencionaré algo que nunca imaginé poder hacer. Escuchar cualquier radioemisora del Mundo con total fidelidad. En los 60s y 70s junto con mi hermano Juan escuchábamos la Onda Corta con muchas dificultades (BBC, Radio Francia, Deutsche Welle, Radio La Habana, Radio Moscú y algunas más). Hoy a través del internet algo que era muy difícil antes se ha convertido en cosa común. Las radios que compró mi hermano en los 70s, Hitachi y Nivico, ayer eran imprescindibles; hoy se volvieron obsoletas aunque nunca las olvidaremos.

Efectivamente, la radio está más cerca de la gente¡

martes, 19 de marzo de 2019

EL GATO VOLADOR


La infancia y primera juventud siempre guardan recuerdos y experiencias algunas jocosas, otras dramáticas.
Contaré la siguiente en forma breve, con personajes cuyas identidades guardaré por ciertas razones y que es más jocosa que nada.

Todo ocurrió una mañana cuando la señora Ana regresara  a su casa luego de hacer el mercado. En aquellos años se compraba usualmente lo que se consumiría en el día, entre ellos los productos frescos sobre todo porque  pocos tenían refrigeradora.
Aquel día luego de dejar las bolsas de compras en la cocina, la señora Ana subió a la azotea para recoger ya secos, los manteles, servilletas y secadores que había lavado la mañana anterior.
Cuál sería su sorpresa al  encontrar un gato muerto encima del tanque elevado de agua ante lo solo  atinó, con más asco que miedo, a coger al gato por la cola e intentar lanzarlo abajo pero no contaba que el cuerpo salió despedido hacia el patio vecino y ella se quedó con la cola en las manos.
Ante ello, bajó rápidamente mientras empezaba a escuchar los insultos y gritos desaforados del vecino. “Quién diablos ha lanzado este gato”, preguntó fuera de sí el anciano vecino. El cuerpo del gato había caído sobre la ropa recién lavada que estaba tendida en los cordeles del patío y por supuesto que la había ensuciado.

No pasó ni cinco minutos y el vecino tocó la puerta donde vivía la señora en mención y sin más ni más preguntó por sus hijos y por una sobrina, todos menores, que vivían en la casa. Por supuesto que el señor no imaginó siquiera que había sucedido y más bien pretendía culpar a unos de los vecinos menores de aquella situación.
La señora no se atrevió a contar qué había pasado pues el vecino estaba fuera de si. Incluso se atrevió a acusar a unos vecinos de “brujería” porque él suponía que no le tenían buena fe.

Nunca se enteró el vecino cómo había aterrizado el gato en medio de su ropa a medio secar y la señora, responsable que el “gato hubiera volado post mortem” se quedó con el secreto del “Gato Volador”, el mismo que hoy dilucido 45 años después.

lunes, 18 de marzo de 2019

CAMINO AL BICENTENARIO



Lo que debería ser un gran acontecimiento, hasta ahora a falta de algo más de 28 meses, no es sino motivo para que un grupo de burócratas tengan una oportunidad de empleo bien remunerado. Lamentable pero cierto.
Hay una Comisión en el Congreso y otra adscrita al Ministerio de Cultura. ¿Resultados? ¿Propuestas? Naranjas agrias. Hasta ahora la celebración del Bicentenario está pasando desapercibida y no vemos nada concreto.

Recuerdo, que a mis 10 años fui parte de esa generación que celebró con orgullo y unción patriótica la llega del Sesquicentenario de la Independencia. En el colegio los profesores nos inculcaban los valores patrios desde niños. Sabíamos qué era la Patria, qué era la Nación. Nos enseñaban a amar el Perú. Aún guardo como uno de mis más preciados tesoros los suplementos que editaron El Comercio, La Prensa, Crónica, Correo y Expreso, a la sazón los principales diarios de entonces, para recordar a nuestros Próceres, Precursores y todos aquellos que no solo pusieron su inteligencia al servicio de la causa libertadora sino hasta dieron su vida para liberarnos del yugo español. ¿Sirvieron para algo esos esfuerzos? ¿O es que acaso todo fue en vano?

Hoy, ¿qué se quiere celebrar el 28 de julio del 2021? ¿Acaso la instauración de una agenda aberrante o un Perú donde las drogas sean legalizadas? Es lamentable ver lo que piensa el actual Primer Ministro sobre ello.
Ingenuos no somos. Vemos con preocupación cómo cierta facción ha tomado por asalto el Estado y desde ahí quieren que una agenda aberrante domine transversalmente toda acción estatal; desde el sector Educación, Salud o Programas Sociales. Hasta el Ministerio de Defensa está “comprometido” en esos “esfuerzos por promover Políticas de Estado” que no tienen nada que ver con la promoción de Valores que busquen hacer del Perú, un Gran País.

Siempre dije que para hacer OBRAS no hay recursos pero para el dispendio siempre los habrá. ¿Alguien podrá decirnos cuánto y en qué se ha gastado miles de soles en las citadas comisiones? El  congresista Juan Sheput, el locuaz ex escudero del corrupto Toledo y de otros tantos, podrá decirnos qué ha hecho desde el Congreso para preparar la celebración de esta magna fecha?
Sabrán nuestros políticos quiénes fueron Hipólito Unanue, Francisco de Zela o los hermanos Paillardelli. Pocos o casi ningún congresista cita o tiene cómo guía a uno o más de los grandes hombres que forjaron la Peruanidad. Una de ellas es la congresista Rosa Bartra a quien siempre la escucho citar al epónimo Faustino Sánchez Carrión.

Desgraciadamente el Congreso se debate en un medio de un descrédito terminal; frente a ello harían bien otros miembros al sumarse a una campaña para relievar esta magna fecha y por supuesto no solo ellos, sino la prensa nacional sea parte de este esfuerzo de construir un Perú más grande, más solidario y donde primen los Valores. Basta de mentiras y basura¡


domingo, 17 de marzo de 2019

PRENSA POPULAR: 60s y 70s


Un buen amigo se sorprendía que la prensa llamada “popular” estuviera tan presente incluso en los albores de la República. La verdad no me sorprende que así fuera. Lima, lugar donde se editaban la gran mayoría de los diarios y publicaciones, siempre fue afecta a lo sensacionalista y a los rumores; aunque valga verdades si comparamos aquella prensa de los años 60s y 70s, ésta no tiene ni punto de comparación con lo que hemos visto a partir de los 90s, en un constante proceso de degradación apelando al morbo, chisme barato e incluso a la mentira.

La prensa popular de los años 60s y 70s siempre estuvo vinculada al horario vespertino, en aquellos años que se trabajaba en “horario partido” y en las que las noticias no fluían con la velocidad de hoy en día.
Mencionaré a cuatro vespertinos que competían básicamente apelando a temas de fútbol, espectáculos y de los vinculados a la “crónica roja” (delitos de diversos tipos y lo relacionado a esas noticias).
Extra estaba vinculada al diario Expreso y en los 70s cubrió todo a lo referente al sonado crimen que terminó con la vida del magnate Luis Banchero Rossi. Ultima Hora estaba vinculada a La Prensa y con titulares impactantes (usando replana) cubría básicamente espectáculos con la brillante pluma de Guido Monteverde, deportes y también las noticias “rojas”. El Comercio tuvo un fugaz hermano, El Comercio Grafico que apelaba sobre todo a la cobertura de fútbol y espectáculos. Finalmente La Tercera, vinculado a La Crónica, cubría noticias de fútbol con la mano magistral de Pocho Rospigliosi y una gran pléyade de periodistas y las noticias “rojas”.
Sin embargo, debemos decir que  la edición de Lima del diario Correo (en un inicio en formato tipo El Comercio) y su hermano OJO también abarcaban este espacio aunque ambos salían a la venta a primera hora.

Cabe señalar que uno podía encontrar titulares llamativos pero ello no significaba que las notas estaban mal escritas. Brillantes periodistas  estrenaron sus plumas en esos diarios y un detalle importante a destacar fue que Ultima Hora fue uno de los bastiones de la lucha contra la dictadura militar hasta que cayera en manos del velascato en 1974 (era famoso su suplemento político de los días sábados).

Ya con el inicio de la transición democrática a raíz de la Asamblea Constituyente, los diarios tomaron partido por las diversas opciones y reaparecen publicaciones como la revista de izquierda Marka, Opinión Libre de los hermanos Chirinos, Equis X de Ismael Frías y dos ya existentes se fortalecieron;  Gente de Escardo y la hoy aún sobreviviente, Caretas. Todas ellas de marcado tinte político, excepto Gente que lo tenía pero era más farandulero.
A ellos se les sumó dos publicaciones satíricas como Monos y Monadas de Yerovi y Don Sofo (dos páginas que llamaban a continuar en la página 24) del gran Sofocleto.
A fines de los 70s e inicios de los 80s, época con la que concluiré la nota, trajo consigo la aparición de dos diarios de izquierda La Voz de Efraín Ruiz Caro y sectores vinculados al PC moscovita y El Diario de Marka ligado a la izquierda autodenominada “mariateguista”. A ellos se suma El País de corta duración; un proyecto ambicioso como El Observador bajo el paraguas del Grupo Vulcano del magnate Luis León Rupp y el diario La República, de un accionario difundido que luego fue fagocitado por el poder económico del “empresario de izquierda” Mohme Llona, diario que nace de la mano del primero de una larga lista de diarios populares que empiezan a aparecer, El Popular.
Con la aparición de los nuevos diarios citados, los vespertinos se convierten en simples matutinos y desaparece el gran diario La Prensa que hasta el final representó a sectores de derecha.

No tardarían en aparecer nuevos diarios y semanarios hasta la aparición de una prensa de dudosa moral y peor aún calidad. La noche de la prensa peruana había empezado a oscurecer.

sábado, 16 de marzo de 2019

EL CUERNOFONO DE LOS PICAPIEDRAS

Sencillamente es ridículo leer a ciertos jovencitos lanzando incendiarias proclamas usando sus modernos celulares contra la inversión privada.
¿Cómo podría haber pasado esto si continuáramos con el modelo estatista que mantenía decenas de empresas estatales, todas ellas ineficientes y deficitarias, entre ellas la Compañía Peruana de Teléfonos (CPT)?

En 1994 este modelo “empresarial” (por decir algo) se quebró con la gran privatización de la CPT y ENTEL (más de 2000 millones de dólares pagó la Telefónica por adquirir las acciones de ambas empresas). Se acababa con las líneas telefónicas a 2 mil dólares y esperas al infinito para conseguir una. Cientos de miles de líneas de telefonía fija y cientos de teléfonos públicos surgieron como hongos benignos para satisfacer una necesidad imprescindible. La de comunicarse.
Pasaron los años y apareció la telefonía digital que como toda novedad fue muy cara al inicio y hoy se ha expandido hasta alcanzar cifras inimaginables aquel 1994. Hoy existen algo más de 26 millones de líneas de telefonía celular pero cabe decirlo, aún a pesar de la competencia entre los operadores, el servicio no es óptimo y hay mucho desconocimiento entre los consumidores al momento de optar por un plan de telefonía y por qué no decirlo, hay falsas ofertas y ante ello el organismo regulador OSIPTEL aún no cumple cabalmente su papel. Los reclamos de los clientes casi nunca son atendidos favorablemente a pesar de la justeza de sus reclamos (yo mismo he sido “víctima” de esas injusticias).

Es impensable aún cuál será el futuro de las comunicaciones. Pensar que tuvimos no hace mucho la telefonía IP que devino en obsoleta con la aparición de los Smartphones cada día más potentes. Ya las llamadas desde teléfonos fijos ni se realizan y el uso del WhatsApp superó largamente al Skype en poco tiempo. Seguro que ni Stanley Kubrik en 2001 Odisea en el Espacio se imaginó que fuera posible la escena de la comunicación entre dos personas a través de una versión futurista  del Skype.
El mercado evoluciona a pasos agigantados. Ahora tener un celular con capacidad de 32 Gigas ya es algo casi obsoleto sobre todo para el uso que hoy se le da, ya que ha dejado de ser un mero teléfono para convertirse en una computadora portátil y soporte para escuchar música, ver películas y comunicarse vía redes sociales. Sin embargo, no podemos imaginar todavía como cierta empresa ofrece como gran “oferta” cuatro servicios a la vez (telefonía celular, telefonía fija, servicio de internet y televisión en cable) pero no ofrece “dúos” de solo internet y televisión de cable o telefonía celular e internet (hoy ya muchas personas ven películas y series vía Neflix obviando por completo la televisión llamémosla tradicional).

¿Los adelantos tecnológicos conllevan mejor calidad de vida? Quizás. “El Mundo al Instante”, como decía un antiguo noticiero que los cinemas pasaban previo a las películas, ya no es solo un dicho sino una realidad. Conversaciones en tiempo real “face to face”, envío de información al momento y otras cosas positivas; sin embargo el uso de la tecnología también ha traído consigo un proceso deshumanizante de las relaciones interpersonales (pueden estar 4 personas sentadas juntas y no comunicarse entre sí por estar atentas a las redes sociales); jornadas de trabajo sin fin pues hay la “obligación” de estar atento al teléfono del centro laboral; hasta incluso modismos como hablar con el micrófono entre dientes.

Finalmente, es bueno saber que todo exceso es malo y que todo lo que vemos como adelanto se debe a que ha habido emprendedores, gente visionaria y sobre todo personas que han invertido tiempo y dinero para tener lo que tenemos. El sueño del “Estado Empresario” es una ilusión que siempre termina en pesadilla. Los peruanos ya

viernes, 15 de marzo de 2019

UN COMBO ALGO INDIGESTO Y EL RIVOLI


Recuerdo los años 70s cuando lo peruanos éramos “mayores de edad” a los 21 años. Ello implicaba no solo el derecho a sufragio sino cosas tan venales como ingresar a los cinemas para ver películas “para adultos”. Los avisos cinematográficos hacían alusión a “películas de alto voltaje para estrictamente mayores de 21 años”. Habían también películas para mayores de 18 que no eran tan demandadas por quienes no tenían aún la mayoría de edad.
Eran los años de Lando Buzzanca, Edwige Fenech, Laura Antonelli, Porcel y Olmedo y otros. Años atrás era famosa la dupla Armando Bo-Isabel Sarli, musa de millones de latinoamericanos.

Cada barrio tenía su cine “especializado” en este tipo de películas. Por citar algunos; Olimpo en La Victoria; Alfa, Ritz, Imperio, Omnia y Colón en el Centro de Lima; Gardel en Magdalena y uno que era el favorito de cientos de jóvenes que por una pequeña compra adicional (un chocolate) al pago de la entrada se les permitía ingresar a ver este tipo de películas.

Justo hará unos semanas me encontré con un gran amigo de la juventud, el famoso Peluquita. Tras 45 años compartimos gratos momentos, como si no hubieran pasado los años.
Justo fue él quien me hizo referencia al cine del combo “entrada-chocolate”. Se refería al famoso Rívoli, ubicado en el Jirón Chota, a pocos metros del Paseo Colón.
El procedimiento para acceder al combo era sencillo. Comprabas tu “combo” y tenías que esperar que empezara la función (estando ya la sala a oscuras) para poder ingresar. Más de uno termino de bruces en el suelo o viendo la película de pie pues el aforo ya estaba copado.

Me cuenta Peluquita Farfán que estando internando en un colegio de Magdalena, aprovechaba cualquier oportunidad para salir por la ventana, la que dejaba abierta para poder hacer el camino inverso cuando regresaba de sus correrías cinematográficas. Junto con él iban Pepito Bazán, Jorge Cobo y alguien más a quien no quiero recordar, no porque quiera guardar su anonimato sino por otras razones.
Las visitas al  Rivoli como a otros cines de su “especialidad” siempre traían consecuencias poco afectas como las picaduras de pulgas o el chocar de roedores por nuestros pies.

Pasaron los años y a las películas picarescas y de algunas escenas “subidas de tono” sucedieron las películas hard core (porno duro) acogidas por los mismos cines y otros como Ollanta (Lince), Le Paris y Colmena ya en su época de desgracia, el San Martín en plena plaza del mismo nombre; Brasil y Broadway en Magdalena y otros de poco decorosa “fama”.

Hoy esos cines cerraron dando paso a nuevos modelos de multicines con salas mucho más pequeñas. Las antiguas salas en su gran mayoría hoy se han convertido en salas de oración de algunos grupos evangélicos e incluso fueron derruidos para levantar enormes edificios como ha sido el caso del Diamante en Jesús María o locales de diversión como el Mariátegui en ese distrito (local Maracaná).

Hoy somos ya mayores a los 18 años pero el acceso al internet, formatos como Neflix y primero, las copias en DVs terminaron con “combos” como el del Rivoli.

A pesar de ser recuerdos hasta cierto punto cómicos, tengo que reconocer que fueron modelos malsanos para evadir las normas desde muy jóvenes, algo que lógicamente debemos lamentar a pesar de todo.

jueves, 14 de marzo de 2019

LANZAMIENTO DE CUENTOS: VENCEREMOS

Uno de los diez cuentos de la serie VENCEREMOS que lanzaré el 30 de abril vía digital.






MALDITO CHICHARRON

John Table era un tigre con las finanzas. Los cálculos financieros era su fuerte y con ello se ganaba un adicional a su sueldo en el banco donde trabajaba. Pero su habilidad con las finanzas no estaban avaladas por una actitud ética. A Table no le importaba si sus clientes ganaban o perdían. El cobraba su comisión y lo demás era lo de menos.
Su vida pasaba entre sus horas en el banco donde no producía nada importante y los ratos en que negociaba con los representantes de financieras informales como Refisa o Clae para mover el dinero que le encargaban incluso sus propios compañeros de trabajo.

Su suerte cambió un día que se encontrócon un amigo del Rímac, Joaquín Bermúdez. Ellos habían militado en Vanguardia hasta los 23 años, hasta que John prefirió los verdes del Tío Sam.
Aquel día John se enteró que Joaquín tampoco mostraba mayor interés por la militancia, algo que le llamó la atención. Al despedirse, John le alcanzó una tarjeta personal y le dijo que si sabía de alguien que quisiera mover un dinero, le pasara la voz. Eran épocas difíciles.
Joaquín le miró con detenimiento y dijo que aunque él no creía en eso, creía que ese día se le había presentado la Virgen. Le preguntó si tenía tiempo pues quería hablar de negocios.

John y Joaquín entonces se fueron a Don Pedro, bar de los bancarios frente al BCR y se ubicaron en una de las mesas del fondo. Ahí Joaquín le habló de un negocio grande. Necesitaba mover 5 millones de dólares, nada menos. Los clientes querían discreción y alguien de confianza y al parecer él era ése, pensó John.
Quedaron en viajar juntos a Tarapoto para conversar con el “hombre” y así fue. John pidió permiso por una semana en su trabajo “oficial” y enrumbó al nororiente peruano junto con Joaquín. El encuentro no fue en la ciudad como él pensó. Luego de una dura travesía que incluyó hasta una dura caminata en el monte, al fin llegaron al punto de encuentro.

Joaquín le alertó que todo eso era “top secret”. Los cumpas no perdonaban a los que les fallaban. “El fondo del Huallaga está lleno de traidores”, fue una clara advertencia.
Al llegar, se encontró con el camarada Pedro, líder de la sanguinaria banda del MRTA, que había hecho de los secuestros a empresarios adinerados, su mayor fuente de ingresos. Lo demás eran pretextos.
Al salir de aquella reunión, John se repetía para sus adentros que esta era su oportunidad. 5% por colocar los recursos era mejor que el “sueldo pacto” que recibía cada año por el Pliego FEB.

John debía informar periódicamente a Joaquín sobre las utilidades de las inversiones hechas; pero había un detalle, Joaquín era quien lo contactaría cada vez que fuera necesario. Así fue durante casi un año. Todo marchaba bien hasta que no volvió a saber de él. Al principio no le llamó la atención pero pasaron varias semanas; hasta que un día yendo al banco se sobreparó en un kiosko en la esquina de Ica con Camaná donde siempre leía las noticias que aparecían en las primeras planas de los diarios que colgaban. Una noticia le llamó la atención. La primera plana del semanario Cambio, órgano oficioso del MRTA se refería a la “masacre de Molinos”. Una foto grande ilustraba la nota y ahí pudo distinguir la cara de Joaquín en primer plano. Una cara inconfundible por una enorme verruga que colgaba de la nariz.

John nunca más tuvo contacto. Al tiempo caía toda la cúpula del grupo terrorista y de pronto se convirtió en dueño de más de 6 millones de dólares, monto que había logrado gracias a sus hábiles movimientos financieros.
Pasó el tiempo y todo el dinero lo trasladó al floreciente CLAE. Si Carlos Manrique podía ser presidente, que duda podría haber para desconfiar del floreciente banquero de inversión.

John Table era ahora todo un potentado. Ese sábado como todos los sábados iba a tomar desayuno a Don Pancho, una de las cafeterías de moda en la capital. Pidió su café y un contundente pan con chicharrón.
Se llevó a la boca el enorme pan y comenzó a mascar un buen bocado cuando de pronto la TV emitía un flash de último minuto. CLAE había sido intervenido y todas las operaciones congeladas.

El trozo de chicharrón se convirtió en una trampa mortal. No podía respirar. La gente solo sintió la caída del cuerpo inerte de Table. Su camino al infierno había empezado.