martes, 12 de marzo de 2019

AQUELLOS AÑOS


Eran los años de mi infancia y primera juventud ¿Cómo no recordar los Picolines de Ambrosoli, los caramelos de Perita y de Limón de Field y las galletas Chaplin?
Era la época de la felicidad sin par. De los juegos en el parque y de los paseos en bicicleta. Eran los años de la leche de marcas Plusa, Vigor, Upa y Maranga, todas ellas venían en botellas de vidrio de varios usos. En aquellos años yo era el encargado de comprar para el desayuno el pan, la mantequilla, la leche y la jamonada en la panadería de Don Jesús, un afable huancaíno que nunca decía no. “Don Jesús, 10 panes” le pedía una señora  que recién llegaba y él respondía, “cómo no…”, aunque se demorara varios minutos.

Don Jesús hacía el mejor pan “Tolete” e “Integral”;  Rovegno de la cuadra 12 de la Avenida Brasil, el mejor “Francés” y Romeo de la cuadra 16 de la Brasil, el mejor pan “Coliza”. Panes infaltables en la hora del desayuno y lonche pero también en el almuerzo y cena.
Eran los años que recién aparecían las mermeladas en conserva, mucho mejores que las actuales, aunque mi Madre las hacía ella misma. De tomate, fresa y naranjita china.

Aquellos años, finales de los 60s e inicios de los 70s escuchábamos la radio a toda hora. Cerca de la casa quedaban las estaciones de 1160 y Atalaya en el cruce de Borgoño y Huaraz. Eran los años de los inicios de esos fantásticos músicos que integraban la banda We All Together y que ensayaban en la azotea de la casa donde vivía Felix Varvarante. Muchos, entonces, pensaban que era un grupo estadounidense cuando interpretaba el remake de Carry On en la voz del gran Carlos Guerrero.

Recuerdo también la cevichería El Caracol de unos nikeis encabezados por Antonio, la florería Jardín Colón que quedaba en la esquina de Brasil con Borgoño; la farmacia Ibérica de la Dra Yoni Galarza, las tiendas de la Señora Clotilde, del chino Lucho, el señor Hermoza y de unos hermanos chinos en la esquina de Perú con Borgoño; todos ellos en Pueblo Libre, el barrio de mi infancia.
Otro de los personajes eran unos fruteros que se ubicaban en Borgoño y Perú y al lado un kiosko del Chino Raúl y su mamá donde compraba los diarios dominicales (El Comercio, La Prensa, Correo y la Crónica), los lunes Ultima Hora (por el suplemento escolar) y los martes Correo (por el suplemento Jaimito). Los otros días mi padre traía El Comercio en las mañanas y La Tercera en las tardes. Todos los días teníamos en casa el Expreso y de lunes a sábado el Extra, pues mi hermano trabajaba ahí .

Finalmente recordaré mis compras en el mercado de Jesús María: el pollo donde el casero Costa; el pescado donde Elba; la fruta donde Ofelia y en la señora “amable” Beatriz; la verdura donde Lala; la carne donde Demetrio ; los víveres varios donde Manuel; los huevos donde Rosa y Elena, unas señoritas nikkeis; las especerías donde Pedro y las hierbas medicinales donde “Pete, el Negro”.

Y para concluir, las amistades, la familia Torres, los Williams, los Cansino, Francisco Ruiz de Castilla, Lalo Flores, Carlos Moreno, Fernando Tarazona. Elíseo Sholls,  los González Faco, los Sánchez, Miguel Aguilar, los Chunga, Victor Llontop  Los Varvarante, los Curonisi, la familia Cabrera. Las misas en San José y en Corazón de Jesús y mi escuela Pre Escolar de la cuadra 13 de la avenida Perú.

¿Habrá alguna época mejor que la niñez en un hogar donde si bien no sobraba nada  material pero sí mucho amor? No lo creo¡ni

En memoria de todos los nombrados que hicieron de mi niñez y primera juventud, una época feliz.

2 comentarios:

  1. Una entrañable crónica, sin duda alguna de una infancia feliz y de un infante que lo sabía todo y prestaba atención a cada detalle. Gran memoria Tribi.

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