Sencillamente es
ridículo leer a ciertos jovencitos lanzando incendiarias proclamas usando sus
modernos celulares contra la inversión privada.
¿Cómo podría
haber pasado esto si continuáramos con el modelo estatista que mantenía decenas
de empresas estatales, todas ellas ineficientes y deficitarias, entre ellas la
Compañía Peruana de Teléfonos (CPT)?
En 1994 este
modelo “empresarial” (por decir algo) se quebró con la gran privatización de la CPT y ENTEL (más de 2000 millones de
dólares pagó la Telefónica por adquirir las acciones de ambas empresas). Se
acababa con las líneas telefónicas a 2 mil dólares y esperas al infinito para
conseguir una. Cientos de miles de líneas de telefonía fija y cientos de
teléfonos públicos surgieron como hongos benignos para satisfacer una necesidad
imprescindible. La de comunicarse.
Pasaron los años
y apareció la telefonía digital que como toda novedad fue muy cara al inicio y
hoy se ha expandido hasta alcanzar cifras inimaginables aquel 1994. Hoy existen algo más de 26 millones de
líneas de telefonía celular pero cabe decirlo, aún a pesar de la
competencia entre los operadores, el servicio no es óptimo y hay mucho
desconocimiento entre los consumidores al momento de optar por un plan de
telefonía y por qué no decirlo, hay falsas ofertas y ante ello el organismo
regulador OSIPTEL aún no cumple
cabalmente su papel. Los reclamos de los clientes casi nunca son atendidos
favorablemente a pesar de la justeza de sus reclamos (yo mismo he sido
“víctima” de esas injusticias).
Es impensable
aún cuál será el futuro de las comunicaciones. Pensar que tuvimos no hace mucho
la telefonía IP que devino en
obsoleta con la aparición de los Smartphones
cada día más potentes. Ya las llamadas desde teléfonos fijos ni se realizan y
el uso del WhatsApp superó largamente al Skype
en poco tiempo. Seguro que ni Stanley Kubrik en 2001 Odisea en el Espacio se imaginó que fuera posible la escena de
la comunicación entre dos personas a través de una versión futurista del Skype.
El mercado
evoluciona a pasos agigantados. Ahora tener un celular con capacidad de 32 Gigas ya es algo casi obsoleto sobre
todo para el uso que hoy se le da, ya que ha dejado de ser un mero teléfono
para convertirse en una computadora portátil y soporte para escuchar música,
ver películas y comunicarse vía redes sociales. Sin embargo, no podemos
imaginar todavía como cierta empresa ofrece como gran “oferta” cuatro servicios
a la vez (telefonía celular, telefonía fija, servicio de internet y televisión
en cable) pero no ofrece “dúos” de solo internet y televisión de cable o
telefonía celular e internet (hoy ya muchas personas ven películas y series vía
Neflix obviando por completo la televisión llamémosla tradicional).
¿Los adelantos
tecnológicos conllevan mejor calidad de vida? Quizás. “El Mundo al Instante”, como decía un antiguo noticiero que los
cinemas pasaban previo a las películas, ya no es solo un dicho sino una
realidad. Conversaciones en tiempo real “face to face”, envío de información al
momento y otras cosas positivas; sin embargo el uso de la tecnología también ha
traído consigo un proceso deshumanizante
de las relaciones interpersonales (pueden estar 4 personas sentadas juntas y no
comunicarse entre sí por estar atentas a las redes sociales); jornadas de
trabajo sin fin pues hay la “obligación” de estar atento al teléfono del centro
laboral; hasta incluso modismos como hablar con el micrófono entre dientes.
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