El día de mañana
millones de niños y jóvenes regresan a las aulas. Años atrás cuando empecé a ir
al colegio el primer día de clases era el 1 de abril o lunes siguiente si el
primero caía sábado o domingo. Recuerdo ese día con gran emoción. Días antes ya estaba lista la maleta con
los cuadernos y libros (la Enciclopedia, el Libro de Lectura, el Libro de
Religión, el Diccionario) bien forrados y la cartuchera con todas “las armas de
trabajo” (lápices, colores, lapiceros, tajador, borrador y otros). Era el día
de reencuentro con mis compañeros de colegio. Eran otras épocas y salvo
algunos más cercanos (Campos, Wagner,
los primos Díaz, Polo, Jarrín, Valenzuela y otros más), nuestro contacto se
reducía solamente al tiempo que permanecíamos en el colegio.
Nunca llegué tarde el primer día de colegio y casi
nunca algún día de los once años de escolaridad. Puntualidad dirían algunos, yo
diría respeto por mis maestros, por mis compañeros y sobre todo por el esfuerzo
de mis padres en pagar una escuela privada (El Nazareno, en la Primaria).
Aquellos años se
estudiaba menos horas que hoy pero qué duda cabe que hoy se aprende menos y con
el agravante del envenenamiento ideológico
que atenta contra los estudiantes. Una agenda aberrante busca lavarles el
cerebro compitiendo con el intento de algunos para llenar de odio a los
estudiantes con una ideología de muerte. Grave responsabilidad de las
autoridades que deben asumir un rol más activo en la promoción de una verdadera
formación en valores.
¿Habremos
avanzado en la formación de ciudadanos de bien o es que en vez de ello hemos
involucionado? Creemos que a pesar de los avances en el uso de la tecnología y
empleo de mejores técnicas de enseñanza; hoy se ha dejado de priorizar la
enseñanza de cursos formativos como Religión,
Educación Cívica, Apreciación Musical y Artística y Educación Física. Creo
que la primera etapa escolar debe apuntar a la formación de personas de bien.
Por cierto y en
ese objetivo, vuelvo a sostener que se debería enseñar el idioma Latín que es la base de las principales lenguas; introducir
a los niños y jóvenes en el camino de
vida de las Artes Marciales formativas (Karate o Judo) e incentivar la enseñanza del Ajedrez, lo que ayudaría a desarrollar ciertas áreas de la
inteligencia.
Sin embargo hay
que destacar algo. A pesar que la labor del docente está siendo remunerado
mejor y hay diversos mecanismos de capacitación y perfeccionamiento; hoy ya no
vemos, creo, la actitud del maestro de antaño, casi un apostolado. Ejemplos,
innumerables como el caso de la profesora
Irene Bravo o los de mis profesores de Transición y Primaria; la señorita Tula
y los profesores Díaz, Carrión, Pérez, Solano y Rodríguez, por quienes
guardo el mejor de los recuerdos.
Esperemos que la
lucha que se está dando para combatir el mal llamado “enfoque de género” sea
exitosa ya que el futuro del Perú y de su Sociedad descansa en nuestros niños y jóvenes. Gran
responsabilidad de nuestros maestros y autoridades del sector Educación y en
general de todas las instancias de gobierno que tienen que ver con el tema.
No solo
requerimos alumnos que sepan cómo resolver una inecuación de segundo grado,
desarrollar un tema de ciencias sociales o saber a qué familia pertenecen las
palmeras; sino básicamente que los alumnos se formen en valores y sean ciudadanos
de bien.
Esperemos que la lucha que se está dando para combatir el mal llamado “enfoque de género” sea exitosa ya que el futuro del Perú y de su Sociedad descansa en nuestros niños y jóvenes. Gran responsabilidad de nuestros maestros y autoridades del sector Educación y en general de todas las instancias de gobierno que tienen que ver con el tema referencia de ayuda
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