Hoy través de unas
transcripciones de conversaciones interceptadas legalmente hemos comprobado lo
que ya se sabía no de ahora sino de mucho tiempo atrás.
Los “abogados y asesores” de
comunidades que negocian ciertos beneficios económicos con la empresa que
explota Las Bambas al parecer se mueven no por fines orientados a defender a
las comunidades “del abuso capitalista”. Menos aún buscan proteger a la
“Pachamama” o a la “ecología”. Sus intereses son más crematísticos no
importando, al parecer por lo escuchado, la vida siquiera de los que dicen
defender.
Los comuneros para estos señores
son meros muñecos y sus vidas no importan. En estas protestas al estilo de los
años 80s (paros armados) “tienen” que tener sus muertos para que “sean
efectivas”.
Mientras tanto el Estado está
inerme, sea por complicidad (como hemos visto en el caso de ciertas autoridades
subnacionales) o por incapacidad para enfrentar estas “protestas” que solo
buscan crear el caos y pobreza. ¿O sino qué buscan? ¿El bien común?¿
Desarrollo?
Claro que no. Ya sabemos que
busca el comunismo y en qué terminan procesos cómo ésos. ¿Ejemplos? Cuba,
Venezuela y tantos más. Al comunismo no le importan que los pobres dejen de
serlo. A esa ideología y a quienes la abrazan les importa que existan más pobres
para que ellos “sean los ingredientes del caldo de cultivo” con el que
iniciarán “la lucha armada libertadora”.
A raíz de esas conversaciones
transcritas recuerdo lo que me contaba un amigo, experto en conflictos
sociales, quien tenía que contribuir a ciertos revoltosos vía el pago por
ciertas “notas periodísticas”. En caso no se les pagaba o no se les aceptaba
“sus condiciones”, simplemente esos plumíferos lanzaban todo tipo de ataques a
los proyectos que buscaban “su licencia social”. Otro caso fue el que viví en
Puno en pleno paro regional no hace muchos años. El bloqueo de las pistas nos
iba impedir el viaje de Puno a Cusco en un servicio privado. “Afortunadamente”
el encargado del viaje en Puno contacto con los “dirigentes” de la protesta y
“previo sencillo” les convenció para que
nos dejara pasar. Así ocurrió pero quien no logró pasar fue otra unidad que no
había “contribuido voluntariamente” y en cambio recibió decenas de piedras que
le destrozaron las lunas de la unidad.
Así funcionan estas protestas.
Los comuneros o supuestos beneficiarios son solo “carne de cañón” o tienen que
“aportar los muertos” para “legitimar la lucha”.
Mientras tengamos autoridades
timoratas o en el Estado sigan enquistados comunistas que solo buscan “sus lentejas”
el Perú no avanzará.
Finalmente, amigo lector
pregúntese sino por qué ciertas instituciones estatales buscan ser copadas.
¿Alguna vez ustedes han visto que una conferencia contra el hambre se haya
hecho en un comedor popular? Claro que no. Estas conferencias son hechas en
hoteles cinco estrellas a todo dar.
Pregúntese también si cientos de
asesorías sirven para algo o si los principales promotores de oenegés o líderes
de la izquierda comunista y caviares viven en alguna zona marginal de Lima, por
decir algo?
Claro que no. La lucha contra la
pobreza, la corrupción y otras las lacras sociales siempre serán pretextos para
que unos cuantos “vivos vivan a cuerpo de rey”.
Qué no nos agarren de cojudos¡
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