“A sol las rellenas”
ofrecía una señora ya mayor, vestida humildemente pero muy pulcra. Eran los
años 70s en los que cursaba Primaria en el colegio Nazareno de Breña. Con mis
compañeritos Campos, Wagner, Polo,
Orikawa, los primos Díaz Ludeña y Díaz Herrada, Venturi, Barrera, Trivelli,
Carhuancho Lucen, Marchese, Lepage, Vidal Donayre, Vidal Ezeta, Vargas y
otros nos “disputábamos” las Papas Rellenas a la hora de salida. Yo las
compraba cuando mi papá me daba “mi sol” de propina.
Eran de relleno
“humilde” (más cebolla que carne) pero de sabor incomparable. Siempre bien
calientes, la señora las guardaba en medio de una manta muy limpia y las
ofrecía con un riquísimo ají.
Pocos sitios hoy
en día ofrecen una buena Papa Rellena. El
único sitio dónde comí una mejor fue en mi casa donde el relleno sí era
generoso en carne o pollo, aún en épocas de “vacas flacas”, hechas claro está
por mi madre Ana.
La comida tiene
sus secretos; no solo en los ingredientes y preparación sino en las manos de
quienes la hacen. Ya lo dijimos anteriormente. La paciencia es uno de ellos. No hay peor Papa Rellena que aquella
hecha con papas a medio prensar por el apuro.
Otro de los
detalles para su preparación es mezclar
papa harinosa con una más consistente (incluso yuca). Esto le da consistencia y
hace que no se desmorone apenas le pones el tenedor encima.
En cuanto al relleno, hay de todo tipo sea con carne de
res picada en trozos pequeños o molida, pollo en trozos o incluso queso. La calidad del relleno dependerá lógicamente
de cuánto dinero tengamos para ponerle, por ejemplo carne de buena calidad.
Tenga en cuenta
algo: no fría mucho el relleno pues lo
reseca (deje que el relleno termine de cocerse durante la fritura de las papas
rellenas). Agréguele su aceituna deshuesada de ley y algunas pasas (no muchas
pues le da un sabor demasiado dulce). Aparte de la carne o pollo, el relleno
lleva cebolla bien picada, trozos de huevo duro, ajos, pimienta, sal, comino,
pimienta y también ají amarillo bien picado.
Finalmente, otro de los secretos para una buena Papa
Rellena es freírla con aceite de buena calidad y de un solo uso. Y no
olvide que la fritura sirve para darle un dorado atractivo (no se descuide pues las papas se quemarán y quedarán de un
color “quemado” horrible). No las enharine mucho pues empolvarlas
sirve para darles consistencia más no para que se forme una costra incomible.
Si desean una
recomendación de algún lugar dónde comer la mejor Papa Rellena de Lima vaya a
la esquina de José Gálvez con Leoncio Prado en Magdalena, a pocos pasos del
Mercado de este distrito. Pídala con su porción de arroz y su salsa de cebolla
recién hecha. Ah y no se olvide de pedir su Inca Kola bien heladita para
acompañar este “manjar de los dioses”.
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