martes, 5 de marzo de 2019

A LA DERIVA?


El pasado fin de semana, el hasta hace poco más importante partido político del Perú tuvo un encuentro de sus legisladores donde participaron un poco más del 40% de ellos para evaluar lo hecho hasta hoy y plantear nuevos rumbos.
No está mal que se quiera enmendar rumbos. Es necesario no solo para Fuerza Popular sino para la propia democracia y la gobernabilidad. Sin embargo la lectura de la realidad hecha no parece ser la correcta y menos está claro qué rumbo se tomará en estas borrascosas aguas en las que navega el gobierno del Presidente Vizcarra.

La disyuntiva no es si legislar o fiscalizar y menos aún en medio de una necesaria agenda anticorrupción, de necesidades de millones de pobres insatisfechas o de cara al Bicentenario, Tampoco vemos en Fuerza Popular un partido con instancias intermedias que digan algo en esta coyuntura y menos dirigentes activos que no solo estén ocupando una curul, cómo si la política se redujera a la tarea parlamentaria. Si fuera así, Víctor Raúl Haya de la Torre nunca hubiera sido un personaje trascendente a lo largo de casi 50 años de vida activa. Tampoco entendemos la pasividad con la que se afrontan decisiones importantísimas cuando la urgencia apremia.

Vemos también con preocupación la ausencia de un capitán que haya tomado el mando ante la injusta detención carcelaria de la lideresa Keiko Fujimori. El principio que dice “el comando nunca muere” lamentablemente no parece estar vigente en el partido naranja. La verdad ya no sabemos quiénes son los que lo dirigen tras la renuncia de varias de sus cabezas que asumieron el mando en diversas instancias. Tan solo vemos a un vocero como el Almirante Tubino que por más buena voluntad que pone, no alcanza para cubrir su inexperiencia política.

Es hora que de una vez por todas se entienda en Fuerza Popular que es necesario un norte claro y que lo imperativo que significa de una vez por todas tener una propuesta ideológica. No sabemos qué es Fuerza Popular; si es derecha popular, centro derecha o un barco a la deriva.
Es inconcebible que en el mencionado cónclave se haya tenido como “capacitadores” a un conspicuo caviar o a un respetable ex gobernador regional pero que no representan para nada al fujimorismo.

El camino es reconstruir lo qué fue el fujimorismo. Mientras no se entienda esto, poco o nada avanzaremos. Más bien terminaremos siendo aquel barco fantasma que alguna vez alojara a cientos de viajeros y en donde ahora solo se escuchan los chirriares de sus oxidadas estructuras.

Entre tanto pase esto, millones de electores que votaron por Fuerza Popular desviarán su mirada a otras opciones, muchas de las cuales incluso dañinas para la viabilidad del Perú como País. Ya esto se ve en las ínfimas convocatorias para marchas en favor de la libertad de Keiko Fujimori o del respeto al Indulto del Presidente Fujimori o en los pocos miles de afiliados que tiene Fuerza Popular.



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