Algo tendrá que cambiar en la
forma cómo buscamos conquistar el corazón de una mujer, por lo menos aquí en el
Perú, ahora que hay una serie de miradas diferentes en relación al “acoso” y
otros temas.
Digo esto porque en el Perú “un
no” no necesariamente es “no” en el mediano plazo. Podría ser “sí” incluso
pasado un tiempo. Esto también sucede en el cortejo amoroso. A veces “caemos y
rebotamos” pero la cortejada acepta seguir saliendo con uno, al cine, a comer o
a tomar una copa, en la idea de ganar tiempo para tomar una decisión al
respecto.
¿Debería ser tomado como acoso
nuestra persistencia, sabiendo que así son los “protocolos de enamoramiento” en
el Perú? Por cierto que no, pero lamentablemente eso es parte de una forma poco
sana de la convivencia diaria.
No sabemos decir “no” y menos “sí”
de manera firme pero segura. Nadie tendría por qué sentirse molesto ni ofendido
si habiendo pedido un favor, un apoyo o una colaboración recibe por respuesta
un lacónico “paso”, tal como me dijo un compañero de estudios secundarios
cuando le solicité colaborar con el lanzamiento de mis relatos cortos en
formato digital que estoy promocionando estos días.
Al respecto quiero agradecer a
aquellos que préstamente han respondido positivamente a mi pedido. Incluso
algunos me pedían facilitar el depósito mediante transferencia vía el código interbancario,
algo que había obviado (cosas de los adelantos tecnológicos que nos facilitan
la vida). Otros aún no lo hacen porque evidentemente la vida es muy complicada
y casi no hay tiempo para nada que no sea trabajar. Eso es entendible, más no lo es el silencio con el que a veces creemos poder afrontar dar una respuesta.
También quiero llamar la
atención a algunas “respuestas” recibidas que no significan nada salvo un simple
“floro y mecidas”. Recuerdo a un fulano que requerido por un ambulante para que
le comprara un dulce, su respuesta fue “otro día” (en vez de un “no, gracias”)
como si la probabilidad de encontrarse con ese ambulante fuera del 99%. Simple
manera de mandar a “pasear a la gente”. Recibir como “promesa” un “luego” es
bastante decepcionante no solo por la respuesta misma sino por la poca solidaridad de quien consideramos
amigo o simplemente su poco entender del fin de ese pedido.
Somos una sociedad muy afecta a
no ser francos. “Mañana”, “no te preocupes” o “cuenta conmigo” son formas
comunes para salir del paso.
Entiendo también aquellos amigos
que son francos y dicen pasar algunas estrecheces. Todos las pasamos y aquellos que me lo dijeron ya están
en la lista de los que recibirán digitalmente mi libro. No lo está, por cierto, alguien que
me dijo “gracias” pero cuando le dije que había una colaboración que hacer, me
respondió que “pensaba que era gratis” (sic).
Finalmente, solo recordar que así
como debemos ser francos y directos, también hay que tener tino a la hora de un
“no”. Nuestros amigos merecen una consideración que todos queremos para
nosotros mismos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario