lunes, 26 de octubre de 2020

EL RESPETO



Frecuentemente converso con el Maestro Jorge Crespo, de quien siempre tengo algo que aprender. Concordamos en muchas cosas y también discrepamos en otras pero siempre con respeto, algo que hoy se ha perdido en mucha gente,  concordar y discrepar en armonía.

Antaño nos dirigíamos a los mayores con respeto por principio. Las canas, los kilómetros recorridos  y "los galones" eran señales que nos obligaban a ello. 

Hoy muchos creen saberlo todo por haber leído un par de memes o haber golpeado un saco de arena unos cuantos meses. Atrás quedó el dicho que se aprendía algo en mil días y recién sabíamos y comprendíamos ello en diez mil días. 

Todo es efímero y pasajero. Se dice saber de algo cuando ni siquiera hemos conocido superficialmente sobre ello. Hoy todos son 'profesores" de algo pero los verdaderos Maestros son pocos pero todos sabemos quienes son.

Jorge Crespo tiene completa razón cuando se sorprende por la cantidad de 'instructores que enseñan" en los parques a realizar unos cuantos  movimientos de defensa personal cuando ellos mismos no pueden defenderse en una situación real. Como a él, tengo el honor de conocer a otros Maestros de Artes Marciales como La Leyenda Viviente Eduardo Wayo Salas y Rodrigo Jorquera ("El Profe de tu Profe"), verdaderos formadores de miles de jóvenes a quienes inculcaron ante todo Valores como el Respeto y Lealtad, concepto que ya hemos desarrollado anteriormente.

Está claro que cuando los jóvenes crecen, no solo dejan el hogar paterno para formar una Familia (la Verdadera) y también iniciar su propio camino. Es la ley de la Vida. El verdadero Hombre no olvidará a sus Maestros, quienes les enseñaron los primeros pasos  y a quienes siempre respetarán y agradecerán eternamente.

Irse tirando la puerta no dice bien de nadie. Recuerdo una reflexión de alguien que decía que de niños, el Padre era nuestra Héroe Infalible. Ya de adolescenres el Padre era el "autoritario molestoso". De adultos jóvenes, el Papá era un viejo desfasado y ya mayores nos dábamos cuenta que nuestro Padre no solo siempre había tenido la razón sino era un Sabio. Lamentáblemente muchas veces ya lo teníamos cerca para decírselo.

Igual pasa con nuestros Maestros; así que si los tenemos aún vivos y por alguna razón no nos hemos portado bien con ellos, es hora de rectificarnos. Mañana quizás sea tarde

Al que le caiga el guante, que se lo chante! I'm so sorry!

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