Ayer escribí sobre una serie de categorías de personas, de alguna manera hay que llamarlas, que existen en nuestra Patria y a mi entender son un peligro para la continuidad del Perú como Nación. Qué duda cabe.
A raíz de este artículo una amiga lectora expresó su inmensa preocupación y en razón de ello es que escribo una saga del artículo en mención para señalar que a pesar del negro panorama que se presenta hoy, hay salidas y hay peruanos que deben enfrentar a los enemigos de la Patria que los vio nacer.
Debo señalar que los peruanos a los que me refiero no tienen excluyentemente una o unas de las caracterizaciones que señalaré sino más bien es una suma de todas las mencionadas. No podría ser de otra forma.
En primer lugar son cumplidores de la ley. Son peruanos que cumplen sus deberes y respetan los derechos de los demás, recordando que sus derechos terminan donde empiezan los de su prójimo. Es en verdad indignado ante la corrupción, la opresión, la injusticia y el abuso. Levanta la voz ante la injusticia que sufren quienes purgan carcelería en forma abusiva, por los niños anémicos, por los que aún viven en medio de la destrucción ocasionada por la naturaleza o los que mueren por frío, por falta de medicinas o por niños y jóvenes que aún estudian en colegios sin agua ni luz. También es generoso ante tanto dolor y sufrimiento sin que ello implique no buscar una mejor vida Y sin que esto signifique que muchos otros sufran directamente a causa nuestra.
El peruano que hará viable a nuestra Patria es el virtuoso, el que educa a sus hijos en valores y es ejemplo con su vida. Es aquel que no promueve agendas aberrantes ni propicia la muerte con su acción o inacción. Es aquel que levanta la voz contra la violencia no solo cuando las cámaras lo enfocan; menos es el que justifica tanto insulto proveniente de asalariados y dice que los terroristas son “guerrilleros” o justifica al terrorismo llamándolo “suavemente” conflicto armado interno.
Es el informado que busca la verdad y la predica. El que señala sin ambages a la prensa mentirosa y vendida así como aquellos que dicen ser la expresión de la opinión pública y solo representan intereses malsanos.
El peruano que reúne esas condiciones existe y seguro somos más de los que los malignos creen; sin embargo, el nuevo peruano debe seguir esos pasos. Crecer en la Fe, en Valores, no estar infectado por agendas aberrantes, ser educado con una sólida formación humanística y de civismo y con profundo amor al Perú.
Fomentemos la ley, la verdad y la justicia. Solo así el Perú tendrá futuro.
En los 80s se hablaban de “los informales”; luego surgen los que estudian a las PYMES o MYPES (que al final son lo mismo, pequeñas y medianas empresas) y luego alguien ve más allá de los árboles y ve el bosque. La gran capacidad de emprender de millones de seres humanos en el mundo y les llaman “emprendedores”.
Pocos tienen esa cualidad. El ser visionario, el afrontar los retos y perseverar. No por eso los triunfadores son pocos. Aún contra las adversidades, salen adelante.
Ejemplos hay muchos. Para no ir muy lejos citaré a algunos muy al alcance de nuestros ojos. Erasmo Wong que transformó una tienda de barrio en una exitosa cadena de supermercados o la familia Añaños que en su natal Ayacucho sentó las bases para una transnacional. Ni qué decir de los grandes empresarios de la gastronomía como El Verídico Fidel, los anticuchos de la señora Grimanesa y por qué no decirlo el gran Gastón Acurio.
En los peores años de la década de los 80s, los emprendedores dieron el soporte para que el Perú no se destruya en medio de los coches bombas y la hiperinflación. La gran lección de aquellos años fue que el Estado no podía ser el “padre irresponsable” que regalaba pescado pero no enseñaba a pescar.
Hoy en día hay una serie de ventajas tecnológicas que nos hacen mejorar nuestro acceso a un mercado que creció con el crecimiento de la economía y de una masa crítica de potenciales compradores. ¿Quién diría cuando comprábamos en los 80s la famosa leche ENCI? Casi 30 años después tenemos leche deslactosada, fortalecida con hierro y “n” tipos más. De igual forma resaltar los diversos tipos de arroz que hoy se venden y hace 40 años con las justas comprábamos arroz a granel lleno de “soldaditos” a 8.80 soles (de entonces).
Volviendo al carácter de emprendedor, éste se ha potenciado con conocimientos teóricos de los hijos y nietos quienes han transformado los esfuerzos iniciales de los padres y abuelos. Cito el caso de la empresa New Athletic http://blogs.trome.pe/emprendetrome/2016/06/silvio-vila-de-taxista-a-rey-de-las-zapatillas/
Finalmente terminamos esta primera aproximación al tema resaltando que todo se puede adquirir (experiencia y conocimientos) pero el espíritu emprendedor es innato. “Lo que Natura no da, Salamanca no brinda”, dice un antiguo refrán.
Reforcemos el espíritu emprendedor, incentivemos a los que lo tienen y que el Estado haga su parte, facilitando las cosas y no poniendo trabas en el camino al éxito.
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