Hay ciertas circunstancias que se repiten en la vida de los pueblos, con diferentes actores pero con similares resultados. No lo dudemos. Paso a reflexionar sobre ello.
En 1990 el Perú estaba quebrado y enfrentaba un destino incierto; como hoy lo enfrentamos. No sé que es finalmente más grave. O las bombas de sendero y el mrta o la pandemia que ha matado a más de 80 mil personas en tan solo 6 meses y ha dejado secuelas en la economía de millones de peruanos, al igual que la hiperinflación de fines de los 80s.
Frente a esa coyuntura el novelista Mario Vargas se creía fijo y creía saber qué se necesitaba para enderezar al Perú. Pero lo que él no sabía era que existia "otro Perú", el Perú informal como existe hoy y representa el 75% o más de la economía. En 1990 como en el 2020, el prestigioso Hernando de Soto sí lo sabía y lo sabe.
De Soto se presenta ante el electorado con un partido poco conocido tan poco como Cambio 90. Los estrategas del Perú Oficial creen que De Soto es un desconocido para el Perú Informal y me da la impresión de que es errónea esa apreciacion. En 1990 la gente del Perú Profundo veía a Fujimori en el programa Concertando del Canal del Estado y hoy el Perú de los mineros informales, de los pequeños empresarios y una clase media informada también conoce a De Soto, más y mejor que lo que algunos creen.
De Soto apela al "optimismo y ofrecer soluciones" y eso es lo que queremos escuchar. Ya estamos cansados de quejas y críticas. El peruano "no es llorón" ni se abate ante el infortunio. Así lo demostraron muchos cuando no tenían que comer en plena pandemia o no teníam oxígeno para sus familiares. En 1990 Fujimorio ofreció "trabajar para salir adelante" y eso es lo que escucho hoy a Hernando de Soto.
Esta vez ya no está al frente "un chinito" sino un arequipeño de mundo, que se codea con grandes personalidades de tú a tú pero que también escucha al humilde o al pequeño industrial que arriesga los pocos soles que tiene para fabricar o al comerciante que vende en la vereda.
En los 90s el Perú salió adelante pero generando nuevos problemas que no se enfrentaron a tiempo (vale decir llevar a cabo las "reformas de segunda generación"). El Perú hoy vive después de 30 años la misma crisis de los "partidos políticos". Revivieron algunos, existen aquellos que son frutos del cubileteo y los extremistas pretenden vendernos "sebo de culebra" para curar el cáncer que corroe nuestra sociedad.
Hay un dicho muy cierto. "No se capa dos veces a un gato" como no se puede seguir vendiendo "frotaciones Vivorina" para salvar una pierna o gran parte del cuerpo a punto de colapsar. El Perú necesita que alguien diga qué hacer y sepa cómo hacerlo. Y por supuesto esta vez tendrá que presentar cuál es su equipo. Será necesario un Frente Republicano que refunde el Perú desde sus bases, con Valores y con Fe.
El Perú Informal necesita escuchar Soluciones así como los millones de jovenes y las familias que quieren un mejor futuro. Es hora que hablemos también de Valores. El peruano tiene hambre de pan pero también de Fe.
Si Hernando de Soto quiere realmente transformar al Perú debe ser acompañado de personalidades de valía, honestos y pedir sin complejos una mayoría congresal que lo acompañe en ese camino. De Soto no necesita payasos, ni achorados o atorrantes. El será la locomotora que arrastre el tren que llevará al Perú a un nuevo destino. Sobrádamente ha demostrado saber. No requiere repasar la leccion antes de dar el examen. El ya lo ha resuelto. No necesita hacer cálculos para saber cuánto le falta para aprobar con 10.5; hace rato que sacó el Doctorado y creo que es hora de demostrar que sí se puede recorrer "el otro sendero" y debelar "el misterio del capital".
El Perú merece un mejor destino¡
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