Lo vi muchas veces caminando por Jirón Atahualpa en Miraflores. Alto, de andar desgarbado vistiendo finos ternos auqnue siempre parecían arrugados. Una foto famosa lo retrata con el poco cabello al viento.
Un hombre de mundo que se daba el lujo de llegar tarde a una cita real con la Reina Isabel II e incluso ser parte de situaciones poco creíbles como las contadas por el periodista Juan Gargurevich. En el Perú hay muchas leyendas urbanas que se sostienen con el paso del tiempo a punta de repetirlas.
Manuel Ulloa Elías nació el 12 de noviembre de 1922. Fue hijo del internacionalista Alberto Ulloa Sotomayor, nieto del periodista Alberto Ulloa Cisneros y bisnieto del médido Casimiro Ulloa y del Jefe de Estado Domingo Elías (1844).
Ulloa se educó en los mejores colegios (Champagnay e Inmaculada) y se graduó como abogado en la Universidad de San Marcos (1947). Vivió en la Europa de la preguerra mundial y regresó al Perú en 1939.
Trabajó para la Casa Grace, Deltec y otras importantes bancos de inversión. Ulloa no fue propiamente un empresario sino un financista, un lobista tal como lo es PPK. Quizás su único emprendimiento fue cuando compró las acciones de Manuel Mujica Gallo en 1965 y se hizo propietario de los diarios Expreso y Extra para lo cual creó la Editora Nacional, la misma que le fue expropiada en 1970 por el dictador Velasco.
Manuel Ulloa fue un político que aprovechó sus influencias no necesariamente para servir al Peú. Fue el penúltimo Ministro de Hacienda y Comercio del desastroso gobierno de Fernando Beláunde, formando parte del Gabinete Hercelles (desde el 1 de junio de 1968 hasta un día antes del golpe del 3 de octubre de ese año).
Tras el golpe partió al destierro y regesó al Perú en 1977 como figura ya política de Acción Popular que no participó con mucho olfato en la Constituyente de 1978-1979 pero ganó las elecciones de 1980. Fue electo senador de la República y reelecto en 1985 hasta 1990. Ulloa era la otra cara del acciopopulismo caciquista comandado por Javier Alva Orlandini, el Lechuzón con quien competiría por largos años en todos los frentes del poder.Ulloa fue también presidente del Senado en el periodo 1984-1985 y tuvo que lidear no solo con la incapacidad de un gobierno del cual era parte sino con su poca firmeza para combatir el terrorismo y la corrupción que corroía el Perú. Acción Popular y Fernando Belaúnde no fueron "los virginales querubines" que la historia "oficial" quiere vender, hoy sobre todo que intenta ser gobierno (léase "desgobierno") e inaugurar el Cuarto Belaundismo.
Ulloa fue actor del sainete que armó Alana García en una presentación del Gabinete ante el Parlamento Nacional. Ulloa era entonces Ministro de Economía y Primer Ministro (28 de julio de 1980 hasta el 31 de diciembre de 1982) y en esa condición García bajó de su escaño y enfrentó a "Cara de Flecha" (como lo llamaría el comediante Tulio Loza) criticando su política económica. Tiempo más tarde García destrozaría el Perú con su desastrosa gestión económica.
Manuel Ulloa fue un liberal en el tema económico pero no pudo plasmar sus ideas ni a finales del primer gobierno belaundista y menos en el segundo, en el cual ni se trató de desmontar el estatismo heredado del gobierno militar. Acción Popular fue y es una mazamorra de ideas, sin consistencia ni homogeniedad. Su "programa de gobierno" fue un lema altisonante, "El Perú como Doctrina".
La gestión pública de Ulloa siempre fue cuestionada por el ultraizquierdismo petardista (Carlos Malpica, el filosenderista Javier Diez Canseco y Manuel "Balón de gas a doce soles" Dammert) y petardeada por la facción acciopopulista comandada por el mecionado Javier Alva. Es menester por tanto hurgar en el pasado y confirmar si tanta acusación fue cierta o primó la ideología destructora del comunismo odiador o la mezquindad de una derecha que muy pocas veces apostó por el Perú.
Manuel Ulloa como dijimos fue un "hombre de mundo", fecundo en el amor (4 matrimonios y muchos amores). Murió en Madrid el 9 de agosto de 1992. Un hombre brillante en sus finanzas personales pero cuestionado como gestor público, al servicio del Perú. Quizás sea menester, como ya dijimos, revisar un poco la verdadera historia y escribir algo más sobre este político que tuvo vigencia por casi 25 años, aunque no llegó a trascender como sí lo hizo Pedro Beltrán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario