El día de ayer publiqué un artículo sobre el Pacto Social propuesto por Hernando de Soto y una serie de organizaciones del Perú Informal con sus representantes. Considero, así lo manifesté, que el mencionado Pacto no solo es necesario sino imprescindible de cara a los años venideros.
Al respecto debo señalar que he recibido muchas adhesiones pero también ataques y críticas de sectores opuestos a que se logre la tan necesaria Paz Social y acuerdos que beneficien a todos pero también de sectores maximalistas que no dudan en deslegitimar dicho Pacto Social con medias verdades y también lamentablemente, con mentiras.
El tema no es qué sectores llevan adelante esos acuerdos sino qué objetivos y metas se esperanzan alcanzar y cómo se esperan alcanzar y mediante qué acciones concretas de corto, mediano y largo plazo. Qué no nos venga a decir que ello no es posible o que se pretenda invalidarla propuesta de De Soto. Acuerdos de este tipo o similares se han concretado como la unión entre el SPD y la CDU para formar gobierno en Alemania, los acuerdos de paz Arabe - Israelí, la famosa Convivencia APRA-Pradismo o las conversaciones para la rendición de la cúpula de sendero ĺuminoso.
Muchos han logrado acuerdos con enemigos irrenciliables o con los más disímiles actores. El tema es qué se acuerda y para qué.
Hoy estamos en una coyuntura desastrosa. La incapacidad, la inacción, la inexperiencia y la corrupción han obrado a tal punto que el próximo Presidente 2021-2026 encontrará un país quebrado, con reclamos de todo tipo y con pocos recursos. Es necesario por tanto que se produzca un encuentro entre el Perú Formal y el Informal y que milliones tengan acceso a servicios básicos, a un puesto de trabajo, a un sistema de salud, a pensiones dignas, a un Estado eficiente.
Hay que mirarnos en el espejo chileno. No podemos darnos el lujo de no aprovechar nuestros recursos, de generar riqueza, que esta se distribuya más equitavamente y por cierto se promueva el desarrollo y se luche contra la pobreza extrema.
Espero que mucha gente de buena voluntad se una a este esfuerzo. Que la dicotomía win-loss se convierta en una virtuosa win-win.
Sueño que antes de irme vea encaminado al Perú como cuando se reconstruyó en 1990 y estábamos a punto de dar el salto hasta que llegaron aventureros, mercantilistas y saqueadores.
Tanto a Sendero como el MRTA se les ha derrotado política y militarmente. No creo que los remanentes terroristas ni los seudos partidos políticos que tratan de hacerse pasar como democráticos, tengan poder de negociación. Pero si creo que el Pacto Social es necesario con las comunidades campesinas y mineras informales, más no ilegales
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