Siempre leo al agudo y valiente columnista del diario Expreso, Luis García Miró y en días pasados recordaba algo sobre lo que debemos de reflexionar. La libertad de Expresión y de Prensa es inherente a un país democrático y con ella, por supuesto, medios objetivos e independientes del poder de turno.
Con mucha razón se le llama el Cuarto Poder de una Sociedad pues sin una prensa vigilante no es posible que ella se desarrolle. No está demás recordar que sin una prensa valiente no hubiera sido posible descubrir y poner en evidencia robos inmensos como los de las constructoras brasileñas y sus cómplices peruanos, realmente "traidores a la Patria".
Sin embargo, lamentablemente, son pocos los que levantan la voz y no se someten, sea por miedo, por prebendas (a los que llaman mermelada) disfrazada de publicidad estatal) o quizás, en pocos casos creo, por convicción.
Los que ya peinamos canas recordamos que esto viene de muy atrás. En el Velascato y sus coletazos existía primero la Dirección de Comunicaciones comandada por Augusto Zimmerman Zavala y luego la Oficina Central de Información que digitaban todo lo que se tenía que "informar" hasta que el dictador Velasco no aguantó las críticas de la prensa libre y la expropió en 1974. Cuatro años atrás lo había hecho con Expreso y Extra, a los que convirtió en sus mastines. Seguro que ello lo recuerda el hoy demócrata Rafael Roncagliolo.
Recordamos tambiém cómo agacharon la cerviz en la televisión peruana (Telecentro) . Algunos serviles de esa dictadura aún viven, con el oprobio. ¿Será así?
¿Qué decir de esos editores que alguna vez con la complicidad del encargado de hacer las primeras planas tuvieron la desverguenza de poner a página entera que "la carne de rata era áltamente proteíca!.
Con el regreso de Belaúnde al poder en 1980 todos los medios fueron devueltos a sus dueños y herederos. Fue un quinquenio en el que se vivió una relativa libertad, valga decirlo, aunque siempre hubo formas muy sofisticada o a veces burdas para "ajustar" a los críticos. Es menester decir también el papel de cierta prensa que en vez de imprimirse con tinta se hacía con la sangre de las víctimas del terrorismo. La democracia "boba" lo permitió dizque "en defensa del derecho a la libre expresión. Sin embargo hubo gente valiente que enfrentó al terrorismo como Don Patricio Ricketts. Así como él, recordamos las siempre esperadas intervenciones de Ricardo Palma Michelsen en Radio Miraflores cuando levantaba su voz con un "Buenos Días Señor Presidente".
Ya en los 90s, un oscuro personaje manejó la prensa a su antojo, con buenos fajos de dinero o presiones de otro tipo. "Fruto" de esa época es la prensa "chicha" o basura que hoy goza de excelente salud y los pagos debajo de la mesa hoy se hacen con sendas facturas por concepto de "publicidad estatal". ¿Qué diferencia hay entre los "diarios chicha" de los 90s (la chuchi, la yuca,el tío, el chato. el mañanero, el chino, el men, repudio, repúdica, referendum, diario ás, conclusión) y las actuales primeras planas que esparcen odio, mentiras y basura?
Qué verguenza da ver cómo ciertos periodistas se arrodillan ante el poder y alquilan su pluma o hipotecan su bien ganada fama "entrevistando" a los funcionarios del gobierno de turno. Es escandaloso cómo se manejan los titulares de los diarios que no se venden ya mucho pero cumplen su papel de "dazibaos" en los kioskos.Mucha gente se forma opinión ("deforma") leyendo parados los titulares en alguna esquina de la ciudad. Ni qué decir de los noticieros y programas "de opinión" en las radios y televisoras. Si uno solo creyera que es verdad aquello, parecería que vivimos en Suiza o Finlandia cuando leemos "las noticias sobre los éxitos del gobierno" o en una inmensa cloaca cuando leermos el grado de vesanía con el que se ataca a los "enemigos del gobierno".
Finalmente cabe decir que si bien el panorama de la prensa escrita, radial y televisiva es deprimente, tal como ya lo hemos reseñado en https://eloraculodedontribi.blogspot.com/2020/09/prensa-diaria-reinvertarse-o-morir.html , la nueva forma de informarse y formar opinión ha cambiado y ahí sí el panorama es alentador. Sin embargo aún hay espacio para un diario objetivo e independiente, ¿algún inversor se animará?
Belaúnde no devolvió todos los diarios, La Crónica siguió a cargo del Estado. Quizá la difícil situación económica o que Marianito Prado Sosa rechazó volver a vincularse a la prensa.
ResponderBorrarCierto Walter pero el Grupo Prado estaba quebrado ya
ResponderBorrarGRacias por tu observación