El otro día un
amigo me instaba a hacer un ejercicio intelectual que simulara qué opciones
habría para el 2021 (o quizás antes).
Lamentablemente
hemos sido permanentemente engañados por gente que nos han pedido su voto y
luego han hecho cualquier cosa menos honrar el compromiso con nosotros, sus electores.
Hemos sido
testigos cómo una elección aluvional de 73 congresistas se ha derretido en un
mar de incapacidad, cobardía y traición. ¿Hay excepciones? Claro que sí. Ya los
hemos mencionado en otras oportunidades; sin embargo, la gran mayoría
defeccionaron desde situaciones al parecer pequeñas hasta grandes traiciones.
Hay incluso un congresista que se pasea en cuanto medio le da cabida para
anunciar cual ave de mal agüero las siguientes salidas de su bancada original.
Lo dice sin rubor ni vergüenza alguna. La traición expresada en el más
vergonzoso transfuguismo ya no es señalada como un acto vil sino como
consecuencia de “un acto político”.
¿Quiénes han
sido responsables de seleccionar y nominar a esos congresistas” Ellos deberán
rendir cuentas. Era previsible que aquellos que tuvieron “fallas de origen” tarde o temprano defeccionarían o serían señalados
por acuciosos hurgadores de “anticuchos”. De esta manera se vieron puestos en
evidencia y fueron sujetos del “garrote o de la zanahoria”.
Vuelvo a señalar
que esto estaba cantado; sino lean a Julio Cótler en su conversación con Felipe
Ortiz de Zevallos (Revista PODER, junio 2016).
¿Qué nos espera
entonces? Con el actual Congreso, muy poco. Un adelanto de elecciones sería una
salida para salvar a esta institución republicana tan mal venida a menos.
Dicho esto, cae
de madura una pregunta. ¿A quién debemos darle nuestro voto en unas hipotéticas
elecciones adelantadas?
En primer lugar
que debe haber un confluencia de partidos (que incluya el fujimorismo) que se responsable
de sus candidatos electos. Una medida sería el compromiso formal para presentar
una propuesta de Ley que ante graves problemas éticos, los congresistas sean
vacados y reemplazados por sus accesitarios (ya no basta una suspensión de “120
días).
Debemos votar
por aquellos que nos digan que defenderán PRINCIPIOS Y VALORES como la Vida, la
Familia y otros tantos no negociable para que luego apelando a “su conciencia”
(¿la tendrán?) no traicionen promesas de campaña. No al transfuguismo. Aquellos
que se van, se van a su casa y ceden su lugar a sus accesitarios.
Queremos gente
que nos representen con honor. Que antepongan los intereses del Perú sobre
todo. Que no representen intereses subalternos. Queremos gente comprometida con
la lucha contra la miseria y la corrupción y que defiendan la libertad y la iniciativa privada.
Queremos gente
valiente, que hable en voz alta y se indigne de verdad contra tantas cosas que
promueven las agendas de odio y de aberraciones.
Muchos amigos me
dicen estar decepcionados. Que ya no confían en nadie ni en nada. A ellos les
respondo y digo que las soluciones las tenemos nosotros. Que debemos asumir el
compromiso de seguir batallando por el Perú.
¿No hay gente
honesta y valiosa? Falso. Quizás las caras que siempre hemos visto en estos
años ya tuvieron su hora y no hicieron nada o muy poco.
Hay gente que no
accede a medios y por tanto no es tan conocida (salvo excepciones a quienes
menciono) como Sergio Tapia, Luciano
Revoredo, Mariella Bianchi, Jesús Chumpitaz, Pepe Cevasco, José Williams
Zapata, Beatriz Mejía , Martha Chávez, Jaime Sobero, Christian Rosas, César
Ibarra, Gorky Barrionuevo, Francisco Arroyo, Gustavo Ibarra, Beto Bedoya, Francisco Dumler, Koki Martínez
,Gianfranco Sangalli, Carlos García, Juan Celi, Juan Carlos Figueroa, Rolando Villanueva, Elsa Vega, Alberto González, Walter Guerrero, Samuel Soldevilla, Carlos Vermejo, Dayana
Collantes, Omar Zambrano, Eduardo
Figueroa, Jorge Castillo; Francisco Tudela, Roque Benavides y tantos otros.
¿No hay gente
valiosa? Claro que la hay¡ Y desde aquí me permito lanzar la candidatura
a la Presidencia de la República de la valiente y capaz actual congresista Rosa
Bartra quien ha sabido honrar su compromiso con sus electores.
El Perú merece mejor destino¡¡