Como no podía dejar de ser, los irrespetuosos e intolerantes" que exigen "respeto y tolerancia" salen a quejarse sosteniendo que se le está coactando "su derecho a expresarse libremente".
¿Es así? Claro que no. Todo derecho tiene un límite y éste nace cuando existen deberes que cumplir.
Cada quien es libre de escoger su camino pero ello implica el respeto -por ejemplo- del pudor de niños inocentes que con el avance de las comunicaciones están expuestos a una serie de peligros por indebidas exposiciones.
Levantar la voz frente a ello no implica nada en contra de la tolerancia y la lucha contra la discriminación, sino el legítimo derecho de defender, por ejemplo, nuestra Fe, Creencias e Instituciones. Injuriar a la Virgen María es un vil insulto que no merece ninguna tolerancia.
Si oponerse a ello es ser parte de algún grupo "religioso conservador", en buena hora que se nos señale como tal. Eso significa que estamos en el buen camino y no por aquel desviado que sostiene el sincretismo religioso, el usar el análisis marxista para explicar el Evangelio (teología de la liberación) o la heterodoxia de algunas sectas fundadas por algunos que quieren vivir "a su manera" los Principios de la Iglesia Católica.
Es lamentable que desde dentro de nuestra Iglesia existan topos e interesados en promover y difundir lo señalado. Ello no solo es intolerable sino condenable.
Es hora de señalar a aquellos, rezar por su conversión e instalarlos a un genuino cambio de actitud. No se puede ser "católico" ni preciarse de tener origen "pontificio" si no defendemos los Verdaderos Valores Católicos, aquellos que se han conservado por siglos y lo que hace de obligación incuestionable ser "conservadores" de ello.
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