El fútbol considerado "pasión de multitudes", hace ya bien tiempo ha dejado de ser solo un deporte y es un negocio en el cual se mueven miles de millones de dólares interviniendo en él ya no solo once contra once jugadores sino miles de personas en diversas posiciones y ejerciendo variadas funciones, inimaginables hará unos años atrás.
No por algo la FIFA tiene más afiliados que la ONU tiene países miembros reconocidos. Su poder es omnímodo aunque ya los estados comienzan a poner límites a sus atribuciones, algo impensado en los últimos tiempos.
El fútbol para molestia de algunos que se dicen "socialistas" es un negocio lucrativo y mucho, bien que lo sea. Millones de jóvenes en el mundo salen de la pobreza ganando sueldos que nunca los ganarían sino "pateando una pelota" con destreza. Sin embargo para que esto suceda tiene que ser financiado con publicidad, asistencia a los estadios, televisación de los partidos y difusión por diferentes medios tradicionales y el uso de diferentes redes tecnológicas, merchandising, negociación de los pases y derechos formativos, apuestas deportivas legales y tantos otros ingresos.
Sin esto no sería posible el fútbol tal como se concibe hoy. Es cierto que los jugadores ganan muy bien pero a cambio tienen que jugar, muchos de élite llegan a jugar 65 partidos al año e incluso 70 o más.
Un ejemplo es la Premier League de Inglaterra en la que 20 equipos disputan un torneo de 38 fechas. Esta próxima temporada 2025-2026 podría ser que 10 de los 20 equipos ingleses jueguen torneos europeos (Champions, Europa o Conference League), además de la Copa de la Liga, FA CUP y los lleguen a una final además las Supercopa de sus países y la europea.
Adicionalmente un jugador destacado jugará las Clasificatorias al Mundial y si juega por algunos de los países europeos la Liga de Naciones, la Eurocopa además del Mundial de Clubes.
Es un sinnúmero de partidos que obliga a los clubes a tener plantillas mucho más grandes y a los jugadores de élite someterse a grandes esfuerzos, por lo que ya no son raras lesiones severas.
Afortunadamente en Europa aún no hay liguillas para determinar al campeón de la temporada pero sí Play Off para definir puestos de ascenso y descenso. Por el contrario en Argentina tenemos campeonatos con 30 equipos y liguillas interminables, algo que ya intentamos copiar en el Perú. Ya ni qué decir de la liga de México y la MLS en las que un equipo que terminó en octavo puesto en el torneo regular pueda ser "el campeón".
Es hora que el negocio y la racionalidad vuelvan a encontrarse. Hace 55 años a un mundial iban los 16 mejores del mundo; en el 2026 irán 48 selecciones, muchas sin posibilidad alguna.
Basta ya de "mundiales de clubes" que por una mal entendida "inclusión" van equipos de pacotilla y por absurdos criterios de selección en está primera edición no estén equipos como el Barcelona, Liverpool y Arsenal.
Es imperativo que ciertos torneos se organicen en plena competencia de los jugadores y no al final de ésta cuando los jugadores concurren "exprimidos como limón de emolientero" o en fechas acomodadas al interés del organizador como fue el mundial de Qatar 2022. Aspectos como el clima, horarios y otros también deben tomarse en cuenta.
El deporte y el negocio no deben estar ni contrapuestos ni sometidos uno a otro sino deben regirse por criterios razonables y los intereses vayan de la mano y por supuesto con la del aficionado, que es quién finalmente aporta al círculo virtuoso de este negocio.
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