martes, 5 de febrero de 2019

¿COMO QUERRAS QUE TE RECUERDEN?


¿Cómo querrás que te recuerden tras tu paso por este mundo?, fue una pregunta lanzada a boca de jarro por un gran amigo. Me dio que pensar y antes de responder pensé en Grau y Bolognesi que se despidieron de sus familias con una epístola sabiendo que no las volverían a ver. El amor al Perú primó sobre todo.
¿Qué habrán pensado el Presidente Fujimori cuando dio la orden de ataque el 22 de abril de 1997? Pensó en el Perú como pensaron los 140 comandos que entraron en combate. Valer y Jiménez, los dos que murieron por las balas terroristas, no volverían a ver a sus familias.
Pensando en algo banal como es el fútbol, ¿qué habría pensado Oswaldo Cachito Ramírez cuando enrumbaba al arco argentino para anotar el segundo de sus dos goles con los que clasificó al Perú a México70 en la Bombonera aquella tarde de agosto de 1969?

¿Qué pensaron los héroes anónimos que defendieron al Perú contra el terrorismo o en la Cordillera del Cóndor y en el Cenepa cuando arriesgaron sus vidas decenas de veces?
Todos ellos quizás no tuvieron tiempo para ponerse a pensar que estaban pasando a la Historia con H; que con sus actos los recordarían con honor y con gloria. Este gran amigo citado me hizo reflexionar cuando me dijo que los pocos años que vivíamos deberían ser de calidad para que nos recordaran toda una eternidad.

Es cierto que muchas veces fallamos, somos humanos; sin embargo el peso de nuestros actos buenos deberá hacer que la suma final sea positiva y que nos vayamos de este mundo con la tranquilidad de haber cumplido con nuestro paso por la Tierra. Y para quienes somos creyentes, el premio mayor será la Vida Eterna al lado de Dios Padre.

Hemos citado a personas que a pesar de las “historias oficiales” y a los intentos de los enemigos de la Patria son grandes y recordados como tales. Pero también hay casos de gente que ha pasado a “la historia” como Felipillo y junto con él tantos traidores a su Patria, a los suyos, a quienes confiaron en ellos.  Hoy vemos que eso no llama la atención, desgraciadamente.

Los “felipillos” del siglo XXI son aplaudidos por quienes viven en la inmundicia, en el deshonor, en el soboneo más vergonzoso. Pregunto en voz alta; ¿podrán mirar a los ojos de  sus hijos, sus padres y  a sus amigos después de haberse bañado en tanto deshonor?
¿Habrá tanto “caradurismo” para no solo querer engañar a otros sino engañarse a sí mismo diciendo que sus traiciones las realizan  por “la gobernabilidad”, “por la democracia” o “por un nuevo congreso”?

Aprendí a leer hace más de 50 años gracias a los diarios. Nunca dejaron de estar lejos de mí y de mi vida. Quizás cuando tenga que iniciar el camino al “más allá”, éste será largo antes de ver a Dios por lo que me llevaré un Expreso para no aburrirme en el camino. Ya lo saben, si ven un diario que pareciera que flotara en el aire y no esté alguien que lo sostenga; seguro ése seré yo. Ese día espero que mis buenos actos pesen más que mis errores.

Finalmente, una última pregunta a las que he hecho a lo largo de este artículo. ¿Cómo cree el actual presidente del Congreso, Daniel Salaverry, que será recordado de aquí a 50 años o quizás en el 2021? ¿Cómo el que traicionó a más de 8 millones de electores?



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