jueves, 7 de febrero de 2019

TODO ESTA CONSUMADO


Días antes del inicio del mandato de los actuales congresistas (periodo 2016-2021) señalábamos la importancia que se rodearan de gente honesta, leal y capaz. Nadie nace sabiendo y menos la mayoría de los actuales congresistas que asumían por primera vez un mandato popular en el Congreso de la República.

Puntualizamos aquella vez que la labor de un congresista no tenía que ver solo con la elaboración de proyectos de ley sino sobre todo con la fiscalización y representación genuina de quienes votaron por la lista parlamentaria donde ellos postularon en las elecciones generales del 2016.

Desgraciadamente estos pequeños consejos no fueron escuchados y me referiré especialmente a los congresistas electos por Fuerza Popular, quienes en una gran mayoría han fracasado y más aún, 21 de ellos han cometido la más vil de las bajezas que puede cometer un político, vale decir la traición reflejada en el transfuguismo.

Hoy vemos un informe del diario Peru21 que confirma que no es que hayan faltado recursos humanos sino que éstos evidentemente no han cumplido cabalmente con sus funciones. Eficiencia cero¡ Qué lástima¡
Importantes oficinas no han servido para acercar el Congreso a la ciudadanía (Participación Ciudadana); el Canal del Congreso se limitó a transmisiones de las sesiones sin siquiera difundir importantes contenidos relativos a la labor parlamentaria; el Fondo Editorial que pudo haber sido un potente difusor de propuestas brilló por su ausencia y una importantísima Comisión como es la del Bicentenario no avanzó gran cosa de cara a esta magna fecha.

Así mismo, el actual presidente del Congreso elegido con votos de Fuerza Popular ha sacado la guadaña y so pretexto de elegir a “los mejores” ha cesado las labores de más de 130 personas. Ignora este caballero que el Congreso es un lugar donde no solo debe primar la meritocracia, sino donde se debe contar con gente eficiente pero también leal a un proyecto político; entendiéndose que una vez concluido ese mandato estas personas llamadas de “confianza” deberán dar un paso al costado; algo que por supuesto no es así pues vemos cómo gente sin “rubor alguno” a pocas semanas de concluir el quinquenio ya está buscando cómo “cambiarse de camiseta”. A varios de ellos hemos visto en el actual periodo congresal con “la camiseta naranja” y no hace poco eran “nacionalistas, apristas o peruposibilistas”. Estos son los primeros escollos para una buena labor congresal pues como “asesores de despacho” no les ha importado el éxito del proyecto político sino poder cobrar su sueldo cada fin de mes. No importa si para ello deban ponerse rodilleras o arrastrarse vergonzosamente.

La verdad ya es tarde para lamentaciones. “El infierno está empedrado de buenas intenciones”, dicen los antiguos. Ojalá que este enésimo fracaso sirve en verdad de ejemplo. Lástima nomás que los millones que apostaron por un proyecto político de manera leal y perseverante vean como todo se ha ido al agua.

¿Los traidores y oportunistas? Ya estarán buscando a dónde ir a medrar.



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