El ser humano es
capaz de los más excelsos actos de heroísmo y entrega, ¿quién lo duda? Ejemplos
hay miles a lo largo de la historia. Incluso es capaz de ofrendar su vida por
causas nobles en situaciones extremas.
Sin embargo por
una extraño sino, olvida y vuelve a cometer los mismos errores que lo llevaron
al desastre. ¿Sino cómo explicar las derrotas de Napoleón y Hitler en Rusia vencidos
por el “General Invierno y por un tenaz y valiente pueblo”? Sin embargo no solo
el ser humano se equivoca fataLmente sino también es capaz de las más atroces
traiciones para “salvar el pellejo”. Es así que apelando a ello, nace la figura
del “colaborador eficaz”, que siendo tan delincuente como los que delata, se
salva o ve amenguada su pena acusando a todos con los que compartió “los
frutos” de viles delitos.
Sin embargo a
veces me pregunto por qué la sociedad tendría que “jugar limpio” con esos
sujetos. ¿Por qué necesariamente tendrían que salir libres de polvo y paja
siendo tan culpables como los que purgarán carcelería por sus delitos?
Vemos hoy en día
cómo supuestos colaboradores eficaces están poniendo en evidencia probables
actos de corrupción de ex presidentes y de líderes políticos que sí se habrían coludido con alcaldes corruptos,
sacando su “tajadita”, por supuesto.
¿Está actuando
la justicia? ¿Vemos a fiscales y jueces actuar con celeridad allanando locales
de partidos políticos que se habrían convertido en “organizaciones criminales”
y detenido a prominentes figuras de la escena política tal cómo hicieron
injustamente (y apelando a supuestos cargos) con Keiko Fujimori; quien no
habiendo ocupado ningún cargo público está detenida ya 101 días mientras
decenas de otros que sí estarían implicados se pasean libremente?
Nos han querido
vender en estos “un acuerdo” con el cual se sabría “la verdad” de lo acontecido
en estos últimos 19 años; pero ya está claro que “ese acuerdo” no es sino una
“echada”, “una página 11 del siglo XXI”. Muchos han salido a levantar la voz
poniendo en claro las deficiencias y lo dañino que sería para el Perú ese
“acuerdo”. Sin embargo, al parecer, esa suscripción se llevaría a cabo. ¿Esa
“página 11 del siglo XXI” desencadenará algo similar a lo acontecido en 1968?
Finalmente, leo
hoy en Expreso (Polidatos) una nota sobre “la lealtad” con la que se manejan
“algunos fujimoristas” que ayer vivaban a una congresista de Fuerza Popular y
hoy ni le dirigen el saludo. Pasó algo similar hace 19 años y hoy vuelve a
pasar. ¿Quién tiene la culpa que eso pase? ¿Los desleales que dicen que “la
lealtad no se come” o aquellos que volvieron a confiar en sujetos como esos?
Las miasmas y la
pus brotan por doquier, entre tanto miles de peruanos sufren los embates de la
naturaleza “gracias” a un gobierno incapaz. Una lástima¡
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