jueves, 21 de febrero de 2019

LOS AMIGOS DE DON TRIBI



¿El mundo se encamina a un descalabro terminal? Los traidores son aplaudidos y viven para contarla, en quienes confiamos en las urnas pareciera que terminan vendiéndose a la corrupción (Expreso, 21 de febrero, página 6) y gente incapaz está llevando al Perú al descalabro.
Pero en medio de ese panorama, siempre hay quienes brillan con luz propia y nos hacen creer que la humanidad no está perdida.

Entre quienes pertenecen a esta “raza de virtuosos” resaltaré esta vez a mis grandes amigos y hermanos Wilmar,  So, Lu y Mía; ejemplos de muchos valores, sobre todo de la inmensa lealtad y generosidad para estar a nuestro lado en los momentos más difíciles cuando para muchos es mejor “hacer la finta y alejarse rapidito”.

A estas dos características sumaré la generosidad, energía sin par y la capacidad de trabajo de Wilmar y la inmensa capacidad intelectual de So, su dedición y entrega al trabajo. Solo un profesor demasiado “exigente” impidió un justo y merecido Suma Cum Laude en su examen de Maestría. So es funcionaria pública y ejemplo de la entrega que deben tener quienes están al servicio de la ciudadanía.

Lu es invencible ante los retos físicos y de todo tipo, tiene una inmensa habilidad para generar contenidos usando herramientas tecnológicas y junto con Mía, una sensibilidad para convertir unos cuantos metros cuadrados en un hermoso jardín.

Mía es la experta en música, conocimientos varios y habilidades artísticas. Hace simple las tareas más complicadas por su enorme inteligencia creativa y es la Alfa de Tobito, quien la respeta por encima de todos.
Aunque ninguna de los cuatro destaque en las artes culinarias siempre se las arreglan para compartir la mesa de su casa con generosidad.

Si hay algunas personas a las que dejaría guardar un millón de dólares cash, ellos serían ésos. Estoy seguro que regresaría después de largos años y me los entregarían hasta el último centavo.

No conocí a su madre Irene pero por las referencias y recuerdos, no hay duda que ellos heredaron mucho de ella. Maestra de muchas generaciones influyó en la vocación de servicio de So y de Mía y su sabiduría encontró fértil terreno en las almas de mis cuatro amigos.

Heredera de ellos es mi hermana Irina, de destacadísimo papel como alumna de una universidad local y de grandes dotes para las artes y literatura. Desde niña destaca por su dedicación para el estudio y su buen corazón.

Luego de escribir estas líneas no tengo duda que basta que existan más personas como estas amistades para que el mundo no esté perdido y aún en las horas más negras siempre habrá gente que harán posible un mundo mejor.

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