jueves, 27 de febrero de 2025

TREMENDA IRRESPONSABILIDAD

 


El 18 de mayo de 1980 Fernando Belaúnde fue electo Presidente de la República por segunda vez; un día antes la organización terrorista Sendero Luminoso le había declarado la guerra al Perú en Chuschi,  un lejano pueblo andino en Ayacucho.

¿Cómo pudo está organización maoísta nacer,  organizarse y fortalecerse en pleno gobierno militar (1968-1980)? La verdad es incomprensible aunque al respecto el General del Ejercito Luis Cisneros Vizquerra dio algunos luces en una entrevista dada a la revista Caretas en 1991, en la cual sostuvo que las Fuerzas Armadas tenían controlado a Sendero Luminoso y había puesto en conocimiento al electo Presidente Belaúnde de sus planes, lo que fue desoido y minimizado; lo cual se confirmaría con lo sucedido en los primeros meses del segundo belaundismo.

Sin embargo, pese a lo dicho, no queda claro cómo podría haber estado controlado Sendero Luminoso si inició "la lucha armada" en la aún vigencia del gobierno militar. Poco o nada se ha escrito al respecto y peor aún si los principales actores de las dos etapas del gobierno militar ya han fallecido.

Lo cierto, más allá de detalles como si alguien señaló o no a los terroristas como "abigeos" (algo al parecer descartado), la responsabilidad política recae directamente sobre el Presidente Belaúnde y su ministro del Interior José María de la Jara, quienes desde un inicio y por un buen tiempo minimizaron las acciones terroristas llamandolas "hechos aislados" y llevar a cabo "una política del avestruz" ante la valiente declaración del entonces Director de la Guardia Civil Humberto Balaguer quién sin ambages señaló que lo que ocurría en el Perú era el inicio de un plan subversivo comunista; lo que le valió ser destituido. 

Por el contrario el ministro de la Jara fue ratificado , siendo esto una señal inequívoca de la corresponsabilidad de una clase política que se negó a actuar con firmeza, al punto que el diputado Elías Mendoza señaló que " ciertos sectores estaban empeñados en empujar al gobierno a una represión indiscriminada" y el Vicepresidente y Senador Javier Alva dijo que "no cambiarían al ministro de la Jara".

Un detalle menos importante fue el hecho que el General del Ejército Pedro Richter Fernandez-Prada, una de las cabezas de la Segunda Fase (Presidente del Consejo de Ministros, Ministro de Guerra y Comandante General del Ejército entre el 31 de enero de 1979 y el 28 de julio de 1980 en los primeros cargos y en el tercero hasta el 31 de diciembre de 1980), fue nombrado Presidente del Comando Conjunto de la Fuerza Armada el mismo 28 de julio de 1980 y como tal guardó aparente silencio en estos primeros momentos del accionar terrorista. Cabe rescatar que recién la Fuerza Armada pasó a actuar directamente en 1983.

Como vemos la negativa del ministro de la Jara de la existencia de "un brote guerrillero"  fue ciega y cobarde y más bien señaló que "no había de qué preocuparse ni alarmarse" lo que fue ratificado por el propio Presidente Belaúnde quién sostuvo que el accionar de Sendero Luminoso constituía "hechos aislados que no entrañaban mayor peligro".

El "clima de agitación en provincias" negado por de la Jara con la directa complicidad del Presidente Belaúnde no solo era tal sino el inicio de una guerra que ensangrentó al Perú, trayendo dolor, muerte y destrucción. 

La irresponsable posición del belaundismo aún no es juzgado por la Historia con la drasticidad que amerita. ¿Qué esperamos?



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