sábado, 28 de diciembre de 2019

PANETON


La Navidad es una celebración de Fe, de la Vida, de la Familia. En suma es una fiesta de carácter religioso y donde recordamos el Nacimiento de Dios hecho hombre.

Esta fecha viene con agregados, con colaterales como es el consumo del Paneton, un bizcocho de origen italiano que rememora los días que compartíamos la mesa navideña con este infaltable acompañamiento.

Recuerdo que en mi niñez había el D'Onofrio y el Motta con quienes competían las diestras manos de mi madre, aunque ella hacía el tipo genovés no el milanés y el que hacía Rovegno, panadería que quedaba en la esquina de Brasil y República Dominicana y el de la panadería Romeo en la esquina de Brasil con Húsares de Junín. Eran las épocas de la harina de venta restringida y escasa ofertas de fruta seca y otros.

Con el tiempo aparecieron "il vero" Todino con su Todinito y tantísimas marcas, desde las que lanzó el supermercado Monterrey y tantísimas marcas más. Todos promocionaban "su calidad" , sus pasas y frutas confitadas y otras variantes como chispitas de chocolate y frutos secos menos comunes como los piñones.

Sin embargo y sin contar los panetores importados, de los nacionales D'Onofrio es mi preferido aunque "soy buen pobre", como el que me ofrecen. Siempre hay un espacio en mi estómago que me permite comer una porción de este inigualable bizcocho navideño.


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