miércoles, 12 de marzo de 2025

MAS VIDA, ¿PARA QUÉ?

 


Hará unos 50 años llegar a la edad de 60 años era celebrado como un gran logro; hoy en día con los avances de la medicina llegar a esa edades es algo normal.

La esperanza de vida ha aumentado a pesar de pertenecer a generaciones en las que la alimentación se deterioró y el estrés de la vida diaria nos restan horas y días de vida.

En muchos casos veo a coetáneos o incluso mayores angustiarse por vivir más. Ello era entendible cuando aún sus hijos eran menores y necesitaban su apoyo; sin embargo no habiendo ello, muchos se desesperan por vivir para gozar del fruto de su trabajo y ello es valedero, sin embargo a pocos escucho plantearse vivir más para servir al prójimo o ayudar a sus más cercanos.

Por cierto hay quienes sí no solo plantean ello, sino que lo ponen en práctica como los Voluntarios que apoyan en los hospitales del Estado o aquellos que ya jubilados van a enseñar a remotos pueblos o pertenecen activamente a grupos parroquiales que sostienen hogares para ancianos desvalidos o comedores y puestos de salud que atienden a personas necesitadas.

Al respecto, viene a mi memoria lo que nos decía y recalcaba cada vez que podía nuestro profesor José Zegarra, entonces recién ordenado sacerdote salesiano. El nos hablaba de que cada quien debía tener "un proyecto de vida" y claro está, ello incluía nuestros últimos años de vida, más aún que ha transcurrido en promedio casi el 80% de ella.

La vida hay que vivirla no solo para lograr satisfacciones personales o incrementar nuestro patrimonio, algo que no es malo pues ello demuestra que hicimos o estamos haciendo las cosas bien; pero es insuficiente si solo la reducimos a ello.

Dice un dicho, "haz el bien sin que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha"; algo muy cierto. Hay gente que promociona a cuatro vientos algunas monedas que dan al prójimo. Hagámoslo en silencio como muchos y con el objetivo de la satisfacción de ayudar, sin esperar -a veces- "un gracias", algo que no debería ser de parte de quienes tienen la gracia de ser ayudados.

Las cosas buenas que hagamos, la palabra de aliento que demos al que la pasa mal, la visita a un enfermo o caído en desgracia sumará a la hora de que tengamos que rendir cuentas a Dios. No lo olvidemos.

1 comentario:

  1. Que Dios nos permita un tiempo de vida más, para poder ayudar a nuestros semejantes

    ResponderBorrar