La llegada del verano nos brinda más horas de luz, el inevitable calor y bastantes más ganas de salir. Lamentablemente ahora las exigencias laborales son mayores que hace unos 30 años. En aquel tiempo los trabajadores salían más temprano de su centro laboral y por tanto se tenía más tiempo libre. Ahora hay una mayor oferta de diversión, en términos generales una situación económica golpeada por la crisis y menos tiempo.
Lima como ciudad brinda muchos espacios que son desconocidos aún para muchos a pesar de estar cerca o muy al alcance.
Citaré en primer lugar la parte alta de los acantilados en la zona de Miraflores, que empiezan a la altura de del estadio “Niño Héroe Manuel Bonilla” y termina en el parque Salazar a la altura de Larco Mar. A lo largo de este paseo hay una serie de parques entre los que destacan el “María Reiche”, “El Parque del Amor”, el del “Faro de la Marina”; “Isaac Rabin”, entre otros. Hermosos espacios verdes que permiten caminar, trotar, sentarse en sus bancas, realizar deportes con el parapente e incluso sentarse en el grass y hace un picnic.
Otro espacio abierto que invita al relax es la Costa Verde, cuyas playas permiten gozar del sol y el mar. En sus playas se puede practicar deportes como el surf así como correr o hacer gimnasia al aire libre. Cabe destacar que hay todo un proyecto aún parcialmente en ejecución de obras y mejoras que permitirá unir Chorrillos hasta San Miguel y próximamente hasta el Callao, con una mejor oferta de servicios e infraestructura. La Costa Verde tiene que resolver aún el uso de sus acantilados y la aprobación de nuevas construcciones a lo largo de sus 22.5 kms que abarca desde Chorrillos hasta el Callao. Cabe señalar que Lima es la única capital de Sudamérica que está al lado del océano. Un privilegio que aún no lo explotamos al máximo.
Lima tiene otros espacios como el Olivar de San Isidro, el Campo de Marte, el Parque de Las Leyendas, el Zoológico de Huachipa, los 14 Parques Zonales, los Pantanos de Villa, el Circuito de Aguas y el Parque de La Reserva, el Parque de la Exposición, el Parque de la Muralla y los Balnearios de La Punta y Ancón así como Pucusana, y el famoso centro de diversión en Asia.
En realidad para una ciudad de casi 10 millones habitantes, Lima no tiene suficientes áreas verdes y de esparcimiento. Con ocasión de la construcción de la vía rápida Línea Amarilla, se anunció la construcción del parque Ecológico de Cantagallo de más de 4 kms de largo del río Rímac, que se quedó en tan solo una promesa trunca de tener un importante pulmón para la ciudad.
Ante la falta de espacios verdes, los limeños pueden ir en el verano a las playas del sur aunque con ciertas restricciones por la urbanización de varias de ellas que han terminado por “privatizar” en la práctica extensas zonas de playas, sin que los municipios hayan actuado proponiendo normas que aseguren el acceso a ellas.
En el sur la zona de Pachacamac y Lurín son dos lugares que experimentan un boom, con la presencia de restaurantes campestres y también lugares donde hay lugares de crianza de Caballos de Paso Peruanos.
Algo más al sur, en Chilca, tenemos unas lagunas que tienen propiedades curativas y en donde van muchos limeños para solucionar ciertos problemas de salud. Un poco más lejos, a la altura de la playa León Dormido, está la entrada para el camino que conduce a Azpitia, un nuevo destino gastronómico de Lima y ya en Cañete, tenemos el famoso balneario de Cerro Azul así como Lunahuaná.
Al norte de Lima está Chancay y sus playas como Chacrimar, Huaral, Huacho, Supe y Barranca que no solo ofrecen lugares como Caral, Paraiso, la Albufera de Medio Mundo. Gastronomía, campiña, playas, lugares arqueológicos e históricos.
No hay motivo para no gozar del verano aunque con las restricciones sanitarias de la aún vigente pandemia.