En estos días he leído diversas opiniones de respetables ciudadanos, las cuales no comparto.
Ya no es momento de dialogar o de dar tregua a quienes desde el Ejecutivo promueven un proyecto castrochavista cuya tarea inicial es destruir las bases de la República y sobre los escombros de nuestro Perú construir lo que en los 80s los terroristas y hoy sus herederos ideológicos llamaron y llaman "República Popular de Nueva Democracia".
Con estos caballeros no se dialoga. No hay nada que transar. Al contrario, se les combate en todos los frentes, incluso en las calles si por ventura osaran alzar los machetes o los petardos de dinamita.
Por cierto la lucha no viene de ahora. Desde junio del 2021 millones de peruanos salimos a las calles para enfrentar un fraude avalado desde el Estado. Quienes debieron dirimir sobre ello, no lo hicieron. Ellos son la herencia vizcarrista enquistada en el Estado y cuya entraña ya empieza a expeler fétidos olores. La descomposición de la corrupción y las mentiras tarde o temprano saldrán a la vista.
También me extraña que algunos que defendieron al Perú del ataque contra la Democracia, hoy son "compañeros asolapados" del comunista Castillo y se unen al coro de ayayeros para decir que la vacancia de un incapaz no es democrático, sino por el contrario constituye "un golpe de estado"; mientras callan en mil idiomas cuando los operadores del castrochavismo avivan a quienes pretenden incendiar el Congreso.
Sé que hay gente que de buena fe buscan evitar una confrontación entre los Demócratas y los comunistas y sus cómplices. Entiendo que es un buen deseo pero éste es inevitable. Ya es hora de entenderlo.
La presencia de incapaces y corruptos no se corregirá sacándolos sino erradicando desde la cabeza a quienes desean la destrucción de la Democracia en el Perú. Esto no es solo incapacidad sino parte de un plan diseñado desde el Caribe, existiendo señales de que es operativizado por "un diplomático" que debería ser expulsado de nuestro país una creíble injerencia.
La lucha será larga. No seamos ingenuos en pensar que los comunistas se irán tranquilos. Las Fuerzas Armadas tendrán que cumplir a cabalidad su rol de salvaguardar la Soberania e Integridad de la Patria y junto a estas Instituciones Tutelares, la ciudadanía y sus representantes en el Congreso de la República.
Restablecer La Paz, el Estado de Derecho y asegurar la convivencia en libertad sin duda alguna tendrá un precio que todos deberemos contribuir a pagarlo.
Un "presidente" ilegítmo en su origen y en su ejercicio no debe seguir en la Palacio de Gobierno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario