Cuentan que en la primera mitad del siglo pasado, Lima y Callao en el mes de febrero era una fiesta. Los principales clubes y hoteles de la ciudad eran sede de impresionantes fiestas y de elecciones de hermosas reinas de belleza.
Sin embargo todo ello cambió con la vigencia de un oscuro capítulo de nuestra historia, el Septenato. Ya en los 80s los Carnavales se transformaron en un pretexto para que los domingos muchos ciudadanos fueran bañados , incluso con aguas sucias, inclementemente sin ser parte de salvajes "juegos" en determinadas zonas de la capital.
De los perfumados juegos e intercambio de fragancias, los Carnavales se convirtieron en las primeras manifestaciones del deterioro de las relaciones entre las personas y el irrespeto a sus derechos.
Hoy en día ya no se escucha de la existencia de los Carnavales, que en un momento fueron famosos en La Punta, Barranco, Ancón y Miraflores. Todo ello se fue con la crisis, la informalidad y el crecimiento de la ciudad. Las costumbres cambiaron y los gustos también, incluyendo por cierto la forma de divertirse.
Las tradiciones y costumbres dan el carácter a una Nación y a los pueblos en particular. Sino que nos digan lo qué representan el desfile de Macy's en New York, el Oktoberfest en Mūnchen, los carnavales de Río y de Venecia, por citar algunas de las principales celebraciones en el mundo.
Desaparecerlas o cambiarlas en su esencia es el objetivo que persigue el marxismo cultural con el fin de destruir las naciones.
Por cierto y cabe decirlo los Carnavales es una fiesta asociada a la Cuaresma pues se celebra 40 días antes de ella, siendo su día central a fines de febrero o principios de marzo, pero como dijimos se celebra todo el mes de febrero y en todo el Perú con igual prestancia e importancia, como parte de la confluencia de las costumbres españolas llegadas con el Virreinato y la fusión con las costumbres ancestrales de nuestra Patria.
Ojalá que los diferentes clubes departamentales con presencia en Lima así como las municipalidades distritales vuelvan a promocionar costumbres que se han venido perdiendo en el tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario