1973

Han pasado 49 años de aquel marzo de 1973, fecha en la cual inicié mi paso escolar secundario y formativo en el Seminario Salesiano Pablo Albera ubicado en el 520 de Leoncio Prado (antes Ulises Delboy).

Cómo no recordar a mis hermanos Jorge Farfán, Jorge Cobo , Andrés Castillo, Edwin Choy, Jaime Aylas, Miguel Rimarachin, Jorge Quispe, Pepe Bazán, Carlos Vivar, Miguel Campbell y Lucho Díaz. Luego vendrían al año siguiente Carlos Bernabé, Toscano, Tavera y Belisario Beyzaga.  Junto a ellos emprendimos un proceso formativo que quedó como un sello imperecedero basado en la Fe a  Dios, el amor a la Vírgen María Auxiliadora y en los preceptos de San Juan Bosco.

Las clases escolares eran de primera calidad dictadas en grupos muy pequeños por un selecto grupo de Maestros como los Padres Santilli, Antúnez de Magiolo, Flowers, Vera, Arizaga, Gutiérrez Jaromin; los luego sacerdotes Domenech y Posada así como los profesores Pierobon,  Collazos y  Castillejos.

Un curso que llevamos diariamente por dos años que duró mi permanencia en el Seminario fue el Latín, conocimiento que fue de gran utilidad al aprender el Alemán.

Los dos años de estudios secundarios eran acompañados con horas de tareas de limpieza,   deportes, aprendizaje de todo tipo de instrumentos musicales (cosa que no hice lamentáblemente), clases de teatro y la formación espiritual (participación diaria en la Santa Misa y el rezo del Santo Rosario).

Mi estadía en el Seminario era desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde de lunes a domingo compartiendo en Comunidad, además de las actividades, el  almuerzo y el refrigerio  así como un tiempo de estudio.

Además de mis compañeros de año; compartimos con Aspirantes de otros años como "mi profesor de fútbol" Víctor González, los González, los Castillo, los Moloche, el Bocha Mejía, Donayre, Benavente, Chamochumbi, Veiga, Ruiz, Escaffi, Percy Davey, Durán, Ibaceta, Reider García, Carlos Marrufo, Enciso, Peralta, los Ledesma, Ambrosio Quiñónez, el hoy sacerdote Atarama, Rudy Castro, Bermúdez, Renato Zerga, Portugal, Osorio, Loayza, Arista, el finado Lucho Collantes, Pancho Cahuana, Lara, Pitacha y tantos otros. Al año siguiente llegaron Pancho Dumler, el finado Dávila, Manuel Tovar, Delaude,  juntos con otros más.

Junto con nosotros estaban los Hermanos mayores (postulantes, novicios y estudiantes de Filosofia y Teología) como Campana, el difunto Costa; los luego sacerdotes Olencinski, Canales, Pepe Zegarra, Valdivia, Cherres, Alejandro Saavedra, Sono, Payano y por supuesto los sacerdotes mayores como los padres Fanello y Juge.

La vida em el Seminario fue inolvidable a pesar de haber durado solo dos años. Años después de mi salida volví a ir al Aspirantado, ocasión que fue emocionante.

Hoy los antiguos aspirantes nos reunimos cada primer sábado del mes de enero desde hace 9 años, momentos que por motivo de la pandemia se suspendió en el 2021. En estas reuniones compartimos con un gran hermano como Ciro quien se unió a quines ingresamos en 1974, siendo él algo mayor.

El camino de mi casa en Pueblo Libre duraba unos 20 minutos , el que lo hacía con micros de diversas líneas como la 2 (ploma), la 7 (azul), 8 (roja), 11 (celeste), 24 (naranja) y la  75 (rosada); todas las cuales tomaba en el paradero de la 13 de la Brasil y me llevaban hasta la Plaza Túpac Amaru.

Sirva este artículo para enviar un gran saludo a todos los mencionados, disculparme con quienes he olvido y una oración por el Descanso Eterno de quienes partieron al encuentro del Padre.

PS Gracias a aportes de Hermanos Seminaristas recordamos también a: 

El hoy Padre Rodríguez, Ontaneda,Aquije,Yataco Silvio Aylas, Juan Vargas, Sotelo, Gallardo, los hermanos Flores y Ventocilla