Realizando mis estudios universitarios tuve la gran suerte de tener como profesor a César Cheng, no solo una buena persona sino un riguroso maestro y alguien que sobre todo exigía que sus alumnos aguzaran su sentido común, que pensaran.
Ello lo pude comprobar en un examen parcial cuando una pregunta que aparentemente no tenía los datos completos para resolverla, bastaba pensar un poco para deducir cómo hallar un dato "ausente".
Por cierto no era el único; todos en la universidad exigían no solo que aprendiéramos la teoría sino también su aplicación práctica y también el análisis lógico y lo que se llama "sentido común". César Cheng, Folke Kafka, Ricardo Siu, Guido Penano, el padre López Dóriga y en general todos los maestros que formaron muchas generaciones de profesionales.
Cuántos "César Cheng y otros citados" se requieren hoy para enseñar a los que fungen de ministros y en especial a la Ministra de Trabajo, a la que cito en particular por su falta de criterio al emitir una norma que modifica la tercerización laboral de manera inconsulta y sin preguntar a gente que sabe como la Dra Beatriz Alva Hart que certeramente puso "los puntos sobre las íes" sobre ello en una buena entrevista del periodista Cesar Campos en PBO RADIO el día de ayer.
Es probable que a lo largo de nuestra actividad profesional no nos acordemos de muchas cosas teóricas pero la experiencia, práctica y vuelvo a repetir, el sentido común nos hará obrar con acierto.
Hará poco tuve oportunidad de repasar a una sobrina unos tópicos financieros y pude explicar la solución de un ejercicio el cual, aparentemente, parecía no tener solución, gracias al sentido común.
Solucionar problemas no solo es parte de la vida académica sino de la vida diaria; en todos los ámbitos.
Ver más allá de lo aparente, sacar conclusiones donde muchos solo ven cifras aisladas y plantear soluciones ingeniosas no solo nos sirve en lo macro sino en lo micro.
Gracias por todo, profesor César Cheng¡
No hay comentarios.:
Publicar un comentario