Ayer al promediar la tarde londinense el mundo tomó conocimiento del deceso de la reina Elizabeth II , quien a los 96 años era la monarca que más tiempo reinó (algo más de 70 años)
Querida y respetada por la mayoría de sus súbditos deja una valla muy alto a su sucesor, su hijo Carlos III.
Elizabeth II fue un factor de unidad en los años de la post guerra y en el declinar del poderío inglés. Hoy Inglaterra, los países del Reino Unido y los del Commonwealth la lloran y esperan el cumplimiento del protocolo que dará paso a sus funerales ("London Bridge") y la asunción de su sucesor ( "Spring Tide")
Tuve la oportunidad de visitar Inglaterra, Londres en particular, experiencia que compartí con amigos que formaban parte de diferentes estratos sociales, algo que hizo única mi experiencia.
En aquel año, 1990, Londres estaba sometida a los ataques terroristas del IRA, algo que para mí no era ajeno.
Tuve la oportunidad de ir a la presentación de un libro escrito por un irlandés a quien había conocido en Lima, evento que se llevó a cabo en la Cámara de los Comunes, encontrar la casa donde vivió Bolívar y visitar el cementerio donde están los restos de Marx.
Londres es una ciudad de las que llamaría imperdibles. Con el imponente Hayd Park, el Buckingham Palace, la Abadia de Westminster, el Parlamento, la Torre de Londres, el Támesis, la Catedral de St.Paul, la plaza Trafalgar, el Piccadilly Circus y el Puente de Londres.
De clima impredecible, de una variada oferta de diarios, el típico Fish & Cheaps, los barrios de Islington, Kensington y Soho, sus misteriosas calles donde alguna vez transitó Jack y donde se ambientan las aventuras de Sherlock Holmes, sus taxis, buses y subterráneo que recorren en sentido inverso del nuestro.
Pasó el tiempo y no volví a tener contacto con mi amigo Ronnan Bennett, quie se convirtió en un gran novelista, y tampoco con su luego esposa Georgina Henry, ya difunta, quien en vida fue una reconocida periodista de The Guardian así como tampoco con Marianne Rassmussen que vivía en Kensignton. Con ellos mis días en Londres fueron inolvidables junto con el Té con Leche y el Pan de Soda con mantequilla.
Como inolvidable fue el viaje de regreso cruzando el Canal de la Mancha en ferry que por las cosas de la naturaleza se convirtió en un viaje que demoró mucho más que lo promedio.
Todo esto viene a la memoria justo cuando los ingleses lloran a su Reina y quizá nada sea igual luego. Como dice mi amigo Oscar, es probable que la Corona no sobreviva mucho a Elizabeth II.
Me auno al duelo de una Nación a la que mis amigos hispanistas llaman con desdén como "la pérfida Albión", animadversión que no comparto sino por lo contrario le tengo simpatía - a pesar de la guerra de Las Malvinas- por los días vividos en los lejanos días de 1990. Una genial interpretación de Anthony Hopkings y Emma Thompson refleja a este pueblo en una imperdible película, "Lo que queda del día".
Descanse en Paz Elizabeth II. Dios salve al pueblo inglés.
PS Para los futboleros, Qatar2022 no será igual sin Elizabeth II, quien vivió todos los mundiales, desde 1930 hasta 2018.
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