Estamos a quince días de la fecha en la que millones de peruanos renovarán las autoridades municipales y regionales. ¿Cambiaremos mocos por babas? ¿Cuántas de ellas cambiarán las sedes de gobierno por la dureza de una celda?
Desgraciádamente los ciudadanos no escarmentamos; escogeremos no necesariamente los mejores sino a quienes nos hablen "bonito" o nos ofrezcan "tapizar las calles". En Lima Metropolitana donde viven 10 millones de personas no les va mejor. Un mediocre arquero, un admirador de la corrupta Villarán y un exitoso gestor público y privado compiten por el Sillón de Nicolás de Rivera.
La problemática de la ciudad es un reto que debe ser asumido por quienes saben y tienen experiencia y no por gente que cree que todo se hace "hablando ". Ya lo demostraron el arquero cuando fue efímero y fracasado alcalde distrital y el villaranista, un funcionario de tercer nivel en Los Olivos.
Lima dentro de 13 años cumplirá 500 años de fundación española. Hay numerosos estudios sobre su futuro pero poco se ha puesto en práctica. Un punto importante será cuál será su división política; lo cual se plantea reformularla. ¿Seguiremos divididos en 43 circunscripciones o se apostará por un nuevo modelo?
El nuevo Alcalde Metropolitano deberá tener un liderazgo más proactivo. Desde siempre he escuchado a los alcaldes decir que "buscarán coordinar con los alcaldes distritales", algo que no se ha dado en ningún caso. Lima no es solo el Centro Histórico pese a que éste cada día es más caótico y lleno de problemas pese a los esfuerzos que se han llevado a cabo.
Veamos qué decide la ciudadanía y qué resultados se lograrán en el corto y mediano plazo.
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