De pronto un jabón se ha convertido en motivo de campañas contra el racismo. En medio de lloriqueos mentirosos, los "políticamente correctos" quieren tapar el sol con un jabón.
Los "éticos y transparentes" no dicen nada sobre los ataques a las mujeres que no le son afines políticamente. Menos de las abusivas exclusiones de los rivales políticos o de las interferencias abusivas del presidente golpista y de sus ministros "chi cheño".
En el Perú nos hemos acostumbrado, lamentablemente, a "lo ancho para mis amigos y la ley para mis enemigos" o que la incapacidad y la corrupción nos gobiernen.
O que la prensa use sus primeras páginas o sus programas para justificar los millones por concepto de publicidad estatal innecesaria que reciben. No importa la verdad ni principios. Millones se gastan para "luchar" con avisos contra la anemia infantil que mata a miles o cientos de niños mueren a los pocos días de nacer por la incapacidad. Ni que decir de los miles de seres que son asesinados antes de morir u otros tantos viven "muertos en vida" por su adicción; ambos casos con la promoción de una agenda aberrante.
La apertura de un proceso investigatorio por "entregar como regalo un jabón" ya linda con lo surrealista. Miles de delincuentes no reciben ese trato con la celeridad del caso y millones estamos expuestos al avance incontenible de la crimininalidad que un gobierno incapaz no combate con eficiencia.
Cuidado entonces con las "campañas que enseñan a lavar las manos o a promueven la higiene". Podrían ser acusadas de "racistas". Felizmente que el gobierno chavista promueve la "inclusión" pues "gracias a su política económica" no hay papel higiénico.
PS Un homenaje para el Poeta Hippie, personaje interpetado por Jorge Montoro, precursor de la "lucha contra el racismo".
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