AQUELLOS AÑOS

Aquellos jóvenes que creen que la conectividad de hoy era así hace 40 años, se equivocan completamente. Eran los años en los que encontrar un teléfono público era casi imposible y tener una línea telefónica en casa no solo costaba un platal  sino que para acceder a ella teníamos que esperar dos o tres años

Los 80s fue la década de la escasez, del acaparamiento, de las colas para todo y de la hiperinflación que hacían puré cualquier ingreso mensual. ¿Acaso quienes lo vivieron no se acuerdan de la leche Enci, el corte único de res, el arroz y azúcar a granel de pésima calidad o del pan "popular"?

A mediados de los 80s recién aparecieron las primeras PC, casi inalcanzables para la gran mayoría. Hoy cualquiera podemos tener un smartphone con el que podemos hacer múltiples cosas, hasta por supuesto hacer llamadas telefónicas. 

Qué decir de los Super Epsa de los 80s con sus góndolas casi vacías. Hoy podemos ir a comprar en una amplia oferta de supermercados, almacenes, minimarkets o grandes centros comerciales con una amplia variedad de productos, servicios y lugares de esparcimiento.

Hoy en todo Lima hay una amplia oferta de casas y departamentos al alcance de todos los bolsillos. Cuántos hoy en día son propietarios gracias a programas de vivienda construídos y financiados por privados y con el apoyo de bonos estatales.  

En los 80s era impensable tener una tarjeta de crédito o el acceso a crédito bancario. Por Lima transitaban en su gran mayoría autos con antigüedad de 15 a 20 años. Hoy el parque automotor se renueva a gran velocidad gracias al crédito vehicular.

Viajar por tierra en los 80s demoraba largas jornadas en buses anticuados y en carreteras en su gran mayoría sin asfaltar y llenas de huecos. Ir al extranjero era una quimera. Hoy muchos jóvenes antes de la mayoría de edad ya han viajado a más de un destino del extranjero y nos podemos trasladar en cómodos buses en carreteras en buen estado.

Hoy ya casi no hay mercado de segundo uso de electrodomésticos y casi no se encuentran zapateros o personas que remienden ropa. Hay una gran oferta ropa de todo tipo para todos los gustos y bolsillos.

Aún así, seguimos encontrando algunos que dicen que "el sistema no funciona" y que hay que cambiar la Constitución  para que "el pueblo acceda a la prosperidad ".

No solo pretenden tamaña estupidez sino que quieren volver a las recetas cepalinas y estatistas, las que aseguran solo miseria.

Hagamos pedagogía y expliquemos a quienes no vivieron las miserias de los 70s y 80s qué sucedió en el Perú en aquellos años y díganles que en el  Perú hubo generaciones que tomaron té en el desayuno y Nicovita (comida para pollos) en el almuerzo.  

Parte 1. El lunes 18 publicaremos la segunda parte

Esperemos que esos años no vuelvan¡

#FueraCastilloBoluarte